Algo está terminando

Lucía Sauma, periodista
En 20 años esta será la primera vez que no estarán en la Champions League ni Messi, ni Cristiano Ronaldo, otras estrellas del fútbol los reemplazarán en el torneo europeo, lo cierto es que esa etapa, la de Leo y Cristiano, llegó a su fin. Joan Manuel Serrat se despidió de los escenarios en diciembre del año pasado después de 57 años de regalar poesía y música a cientos de millones de personas de habla hispana. Elton John también se despidió luego de “52 años de pura alegría tocando música». Todo esto indica claramente que algo está terminando, que tenemos que hablar por lo que fueron o hicieron en su momento, de cómo nos marcaron, de la herencia y los recuerdos que de ellos atesoramos.
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Los restos de inocencia que uno suele guardar para afrontar los momentos de adversidad nos pueden hacer pensar que no habrá nada mejor que lo que nos hizo vibrar, sin embargo la realidad que puede parecer cruel porque viene vestida de verdad, tiene cientos de ejemplos para demostrar que en la historia de la humanidad siempre hubo, hay y habrá un cielo plagado de estrellas que se descubren cuando se apaga la luz y se levanta la vista para observar en silencio, es decir que cada noche aparecen nuevos astros, siempre hay nuevos brillos por develar.
Hay que saber despedirse del propio tiempo, sin despreciar, sin olvidar, solo con la certeza que no todo pasado fue mejor, sino que simplemente fue bueno, muy bueno, pero que la vida es exigente y al mismo tiempo equitativa porque toda época tiene que echar sus propios dados y recibir los vítores de la buena fortuna, la genialidad de sus genios, los poemas de sus poetas, los designios de sus dioses.
Nos queda esperar o producir con delirante inquietud lo bueno y hermoso que está por venir. Si no tenemos el suficiente ingenio para crearlo, al menos tengamos la suficiente delicadeza para darle la bienvenida y acompañar su debut con atención y respeto. Cada época, cada generación viene cargada de ansias, de sueños, de dolores nuevos, de angustias y esperanzas nuevas que se transforman en inventos nuevos, en sabores renovados, en ideas recién construidas. ¿Cómo no esperar lo nuevo? ¿Cómo no sentir curiosidad por lo desconocido? ¿Quién sabe qué trae? ¿Quién sabe quién será el inventor?
El más bello de los mares
es aquel que no hemos visto.
La más linda criatura
todavía no ha nacido.
Nuestros días más hermosos
aún no los hemos vivido.
Y lo mejor de todo aquello que tengo que decirte
todavía no lo he dicho.
(Nazim Hikmet)
(*) Lucía Sauma es periodista