El cáncer es una de las principales causas de morbimortalidad en el mundo y resulta crucial concientizar a la sociedad sobre esta enfermedad. En esta lucha donde se han logrado avances significativos, pero aún se enfrenta desafíos importantes.

Según la OMS, este padecimiento es la principal causa de muerte en el mundo, con aproximadamente 10 millones de defunciones anuales, siendo el de mama uno de los padecimientos más frecuentes. Por otra parte, en la Región de las Américas se estimó el número de casos de cáncer en cuatro millones en 2020 y se proyecta que aumentará a seis millones en 2040, de los cuales el de mama está entre los tipos de cáncer diagnosticados con mayor frecuencia en las mujeres (30%), y en los hombres el de pulmón (12%). Aparte, la mayor incidencia de muertes se debe al cáncer de pulmón, tanto en mujeres como en hombres.

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En Bolivia, de acuerdo con datos del Registro Nacional de Cáncer, la tasa cruda de incidencia de cáncer es de 170,8 por cada mil habitantes de sexo femenino y 93,2 por cada mil habitantes de sexo masculino, con mayor incidencia en cérvix (22%) en mujeres, y próstata (17%) en hombres. Lo más preocupante es que aproximadamente ocho personas por día mueren por algún tipo de cáncer.

Según el Global Cáncer Observatory, hasta marzo de 2021 en Bolivia la incidencia de cáncer cervicouterino era del 22%, con una alarmante tasa de mortalidad del 50%, o sea que la mitad de los casos detectados fallece, además es preocupante que de 2016 a 2020 se registraron más de 5.000 nuevos casos de cáncer de mama, con una tasa de letalidad del 60%; este impacto se traduce en familias destruidas, mayor desigualdad y dificultades económicas.

Bolivia ha implementado programas de salud destinados a mejorar la detección y el tratamiento del cáncer, a través del Programa Nacional de Lucha Contra el Cáncer, con el objetivo de brindar atención integral a los afectados. Este programa incluye la realización de mamografías gratuitas para mujeres de 40 a 59 años y la promoción de la salud.

Los Centros de Medicina Nuclear y Radioterapia ofrecen un enfoque completo en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer, con tecnología de vanguardia que incluye equipos de radioterapia y diagnóstico por imagen, estableciendo un nuevo estándar en la atención a pacientes oncológicos.

Los servicios incluyen proporcionar diagnósticos avanzados en diversas áreas médicas, como ser oncología, cardiología y neurología. Además, se fomenta la investigación en medicina nuclear y contribuye a la reducción de la mortalidad por cáncer, mejorando la calidad de vida de los pacientes.

La inversión en tecnología de punta y profesionales altamente capacitados está transformando la atención oncológica en Bolivia y brindando esperanza a los pacientes.

Ahora, Bolivia produce sus propios radiofármacos. Producir y suministrar radiofármacos nacionales representa un avance significativo en la atención médica. Ello se materializó con la entrega de los primeros radiofármacos FDG (Fluorodesoxiglucosa) producidos en el Complejo Ciclotrón Radiofarmacia Preclínica del país.

Este hecho, conforme las palabras del presidente Luis Arce, es un logro que representa un hito, ya que Bolivia no solo puede dejar de depender de la importación de fármacos, sino que se puede expandir su producción a otras regiones.

Los avances en la producción de estos radiofármacos reflejan un compromiso serio con la salud y el bienestar nacional. La producción local no solo reduce la dependencia de importaciones, sino que también contribuye al acceso oportuno y eficaz a la atención médica para los pacientes, siendo un ejemplo de cómo la inversión en tecnología y la capacitación de profesionales nacionales pueden marcar la diferencia.

La lucha contra el cáncer en América Latina y Bolivia requiere un enfoque integral que involucre a gobiernos, organizaciones de salud, profesionales médicos y la sociedad en su conjunto; la educación sobre la importancia de la prevención y la detección temprana es fundamental.

Esta lucha es un desafío constante, pero los avances y los esfuerzos continuos son prometedores. La detección temprana y el acceso a tratamientos efectivos son vitales para salvar vidas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad.

(*) Andrea Córdova es ingeniera comercial