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La dinámica de la deuda

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Marco Gavincha

Recientemente, analistas sostuvieron que la deuda pública creció 463,38%, lo cual es erróneo. Medir la deuda es como medir el peso de las personas. Así como no se puede determinar su obesidad o desnutrición a través del simple dato del peso, tampoco se puede medir el grado de endeudamiento mediante la cantidad adeudada. Ambas formas de medir son deficientes y pueden resultar en diagnósticos errados.

Así como el sobrepeso se mide a través del índice de masa corporal, el cual toma en cuenta el aumento de la altura de las personas, el crecimiento de la deuda se mide a través del crecimiento del cociente deuda-PIB (Producto Interno Bruto), el cual toma en cuenta la capacidad de un país de cumplir en forma continua sus deudas.

El sentido de medir la deuda respecto a la riqueza generada es simple. Así como el cuerpo humano crece y desarrolla musculatura, los países también crecen y ganan musculatura. En el caso de las naciones, la musculatura se mide a través de la riqueza generada, medida por el PIB nominal.

Según datos oficiales, el ratio deuda externa respecto al PIB disminuyó de 31,2% a 30% del PIB, lo cual representa un decremento porcentual de 4% entre 2021 y 2022. Cifra que está lejos de esas tasas de crecimiento de tres números mencionados por los analistas. Esta forma de medir el crecimiento no es nueva, si uno revisa un poco de literatura sobre deuda pública.

En cuanto al ratio deuda interna respecto al PIB, esta variable aumentó de 14,3% del PIB a 15,9% del PIB, lo cual implica un aumento porcentual de 11,18%, el cual es mucho menor a la cifra alarmante de 463,38%.

Ahora bien, también existen otras formas de tomarle el pulso a la deuda. Cuando una deuda crece fuertemente sin el acompañamiento del crecimiento económico, el síntoma inmediato sería la inflación. Sin embargo, ello no está sucediendo en el país. Los recientes niveles de inflación han sido bajos en relación a otros países que sí aumentaron fuertemente su deuda.

Pero más allá de los niveles de deuda y su crecimiento, se debiera prestar más atención a las características de los planes de pagos de los intereses y el capital de la deuda. Un país puede aumentar su deuda a pesar que su deuda sea alta, siempre y cuando el plan de pagos sea favorable, con bajas tasas de interés y pagos de capital acomodados en periodos de altos ingresos del deudor.

Los enfoques modernos de sostenibilidad de la deuda toman en cuenta esta otra variable, calificándola como clave. Al respecto, Bolivia, hasta ahora, ha cumplido con todo el servicio de su deuda pública interna y externa, lo cual es poco mencionado por los analistas.

En conclusión, la deuda no es tan alta como la quieren hacer ver. Así como los incrementos de peso no necesariamente significan sobrepeso, los aumentos de deuda no significan sobreendeudamiento. Además del crecimiento del saldo de deuda, lo que también importa son las características del servicio de la deuda.

Marco Gavincha Lima es economísta.