El título plantea dos interrogantes.
¿Habrá primarias el próximo año para la elección de binomios presidenciales? Si hubiese, ¿serán competitivas? Sobre lo último, me sumo con entusiasmo a la iniciativa del TSE para garantizar que en las primarias de cada partido o alianza compitan al menos dos binomios. De lo contrario, no serían elecciones, sino simulacros. Como en 2019. Como en las “elecciones” de algunos comités cívicos y asociaciones de periodistas.
Pero además de lograr que las primarias sean competitivas, la necesaria reforma de la Ley de Organizaciones Políticas debiera disponer que los binomios sean paritarios. En las 11 elecciones generales de nuestra historia democrática, entre 1979 y 2020, hubo 110 candidaturas presidenciales. Solo dos fueron mujeres. Y apenas hubo 14 candidatas a la vicepresidencia. Ninguna fue electa. Hay que revertir esa brecha de persistente desigualdad de género en el Órgano Ejecutivo.
Primarias competitivas y paritarias, entonces. Ahora bien. ¿Debieran ser abiertas a toda la población, como propone la bancada de CC en el Senado, sumándose a la fiebre imitadora de grupúsculos como el Conade o los entretenidos bunkeros? ¿Cómo se gestionan diferencias tan grandes en los militantes como la que existe, por ejemplo, entre el millón del MAS-IPSP y los 28.000 del PDC? Hay que discutirlo. Creo que el modelo argentino tendría serias distorsiones en Bolivia.
Como sea, la cuestión de fondo es si las primarias ayudarán a resolver, o al menos atenuar, la fractura en el MAS-IPSP y la fragmentación en el campo opositor. Si no pudieron conciliar su congreso orgánico, ¿las facciones azules decidirán en primarias su binomio presidencial? Y la oposición, que ya lleva como ocho precandidatos presidenciales (todos en nombre de la unidad), ¿concurrirá a las primarias en un frente único o, al menos, amplio? Nunca lo hicieron.
Vuelvo a la pregunta inicial: ¿habrá elecciones primarias en 2024? Sospecho que las tres fuerzas políticas que debieran reformar la ley no tienen incentivos ni la necesidad de ir a primarias. El masismo ya está dividido en dos candidaturas. ¿Primarias en CC cuando su documento regulador consagra a Carlos Diego como candidato presidencial único, con facultad de designar a dedo al candidato a la vicepresidencia? Ni hablemos de Creemos, entre Chonchocoro y la trinchera.
Y están los tiempos políticos. Con la norma actual, las primarias deben convocarse en julio del próximo año. Eso precipita todo: candidaturas, alianzas, disputas internas. Con fallidas elecciones (per)judiciales en agenda. El nuevo ciclo electoral está tocando la puerta. Una puerta rota.
FadoCracia insultadora
1. Este insulto, mío; el otro, tuyo. La faena insultadora, nuestra. Habemus torneo de injurias para rato. 2. Eres una escoria, le dijo el señor G al señor H. Te prostituyes por una pega, respondió H. Cabeza de chancho, soltó G. Es el lenguaje de un vulgar llokalla, un pandillero, replicó H. Deja de ser idiota, cerró G. Nos vemos en el juzgado, anunció H. 3. Y el intercambio verbal con reflectores mediáticos, ay, siguió viviendo. 4. Judas traidor, le dijo el señor R al señor C. Repartidor de cargos entre amigotes, respondió C. Dice semejante mentira, más grande que sus ojos, atacó R. Fuiste expulsado tres veces, le espetó C. Sapo, criminal, delincuente, reaccionó R. Estos cojudos, los voy a deschapar, advirtió C. 5. Y así, bronca va, bronca viene, ebria de colores. 6. Traidor, golpista, dijo uno. Fascista, vendido a la derecha, acusó el otro. Completo chiflado, intervino un tercero. Sinvergüenza, malagradecido, carga maletines, apuntó el cuarto. Enajenado mental, idiota, vividor, sarna… se dijeron unos a otros. 7. Y así la revolución democrática y cultural, esa, se va yendo un poquito a la mierda.
José Luis Exeni Rodríguez es politólogo.