Icono del sitio La Razón

Bolivia y el Mercosur

arnulfo_prieto.jpg

Ranulfo Prieto Salinas

La Integración económica es un proceso de dos o más países que proceden a la abolición gradual o inmediata de barreras económicas, con el propósito de establecer un solo espacio comercial. Teóricamente, se establecen seis etapas o grados de integración: zona comercial preferente, zona de libre comercio, unión aduanera, mercado común, unión económica e integración económica.

La Unión Europea ha superado los cuatro grados de integración y se encuentra en el proceso de unión económica. Se han dado grandes pasos en el proceso de unión monetaria, con la puesta en circulación de una moneda común, el euro, y la aplicación de una misma política monetaria entre los países miembros.

Lea también: El MESCP, más vigente que nunca

El Mercado Común del Sur (Mercosur) fue fundado en 1991 por cuatro países: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Bolivia, después de un proceso largo (16 años) fue aceptado como miembro pleno el 7 de diciembre de 2023. Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam son Estados asociados.

Los objetivos del Mercosur apuntan, a través de la integración, a propiciar un espacio común de libre circulación de mercancías, servicios, personas y capital que generará oportunidades comerciales y de inversiones en función a sus ventajas comparativas y competitivas de las economías nacionales al mercado internacional. Asimismo, los miembros armonizan su legislación comercial, fijando normas conjuntas a nivel laboral, sanitario, financiero, protección de los consumidores y empresas.  

Las fortalezas del bloque son que posee un territorio de casi 15 millones de kilómetros cuadrados, cuenta con una gran variedad de riquezas naturales fértiles. Su mayor riqueza reside en su población, más de 295 millones de personas, (cerca del 70% de América del Sur). Siete de cada 10 sudamericanos son ciudadanos del Mercosur. Es considerado como una potencia económica, con un PIB de $us 2.475 millones, lo que representa el 82,3% del PIB total de Sudamérica.

En relación a Bolivia, más del 50% del comercio exterior se realiza con países del Mercosur, comparte el 72% de sus fronteras y el 60% de sus migrantes viven en los países del bloque.

Además de la importancia económica que representa el Mercosur en toda América Latina, conlleva una relevancia geopolítica de gran magnitud, ya que dos de sus integrantes, Argentina y Brasil, son miembros del exclusivo G-20, lo cual conlleva tener intercambio comercial con la Unión Europea, Asia, Estados Unidos y Canadá. En el caso de Brasil, pertenece al grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, economías emergentes), que concentran el 40% de la población y el 20% del PIB mundial, y producen más de un tercio de la producción de cereales en el mundo.

Entre los desafíos está que se debe adecuar la estructura arancelaria a la del Mercosur, especialmente al Régimen de Origen del Mercosur (ROM), constituido por un conjunto de requisitos y procedimientos con el fin de determinar si un producto califica o no para otorgar el tratamiento preferencial, que incluye la eliminación de aranceles que gravan el comercio intrarregional. La armonización de políticas macroeconómicas, cuyo efecto dará mayor credibilidad al proceso de integración.

En relación a la infraestructura, Bolivia tiene problemas de desigualdad y deficiencia en muchas áreas, lo cual debe priorizar el Gobierno. Una sólida sincronización de las políticas macroeconómicas, ya que es muy difícil coordinar la reacción de las políticas frente a las perturbaciones externas. Asimetrías en cuanto a la productividad, derivadas de los distintos grados de desarrollo e industrialización.

La regionalización de la lucha contra el narcotráfico y la creación de una brigada para combatir los incendios fueron propuestas por el presidente Luis Arce, durante su intervención en la 63ª edición de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercado Común del Sur.

Como corolario, podemos enfatizar que un proceso de integración supone un objetivo muy interesante al englobar segmentos de mercado muy diferentes, lo que se traduce en oportunidades para innovadores, inversiones, nuevos mercados de trabajo, mejores condiciones sociolaborales y, obviamente, para el crecimiento y el desarrollo del país.

(*) Ranulfo Prieto Salinas es economista