El MESCP, más vigente que nunca
El presupuesto para la inversión pública en 2023 es de $us 4.006 millones, pilar del MESCP
Ranulfo Prieto Salinas
La implementación del modelo neoliberal, bajo el DS 21060, no logró cambiar las condiciones socioeconómicas, provocando las primeras señales de hartazgo en nuestro país.
El Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) nace con el propósito de erradicar el modelo primario exportador. Un patrón de acumulación basado en la producción y exportación de materias primas de bajo valor agregado, desde los países periféricos hacia las economías del centro. El MESCP identifica cinco crisis en el sistema capitalista: energética, alimentaria, climática, financiera y de políticas macroeconómicas. La crisis financiera comenzó a enunciarse a fines de 2007 y alcanzó su punto culminante en el último trimestre de 2008, especialmente en el tema inmobiliario.
Por tal motivo, Bolivia puede autoabastecerse en la producción de alimentos, energía y establecer un clima económico diferente a las recetas del FMI, basadas en el ajuste estructural, lo cual ahonda las aspiraciones de equidad y del vivir bien.
El MESCP establece cuatro sectores estratégicos generadores de excedentes económicos: hidrocarburos, evaporíticos, minería y electricidad, cuyo principal actor es el Estado, con el fin de redistribuir este excedente y traducirlo en la industrialización, mejorando los niveles de ingreso, empleo, vivienda, etc.
Con la aplicación del MESCP, Bolivia elevó su PIB de $us 9.500 millones en 2005 a $us 40.000 millones en 2022, alcanzando un crecimiento anual promedio del 4,7% en el periodo 2006-2019, constituyéndose en un referente en la región, liderando el crecimiento económico en 2008, 2013, 2015, 2016 y 2018. Se ha logrado disminuir la pobreza moderada de 60,6% en 2005 a 36.3% en 2022, y la pobreza extrema de 38,2% a 11% en el mismo periodo.
La empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) cerró 2022 con un ingreso de Bs 555 millones por ventas de carbonato de litio y cloruro de potasio, consolidándose la explotación de los recursos evaporíticos, haciéndose realidad la industrialización y la sustitución de importaciones. La industria petroquímica opera al 100% y exportó 313.933 toneladas de urea por $us 186 millones.
En 2022, la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania perturbaron a la economía mundial y a consecuencia de ello en muchos países los sectores afectados fueron el de alimentos y combustibles, en los que hubo una escalada de precios. Sin embargo, Bolivia fue el único que tuvo bajo control los precios y resaltó por tener una de las tasas de inflación más bajas de la región y del mundo.
El MESCP sigue vigente, a pesar del gobierno de facto (2019-2020) que promovió la aplicación del modelo neoliberal y realizó una mala administración de la pandemia, nuestra economía sufrió efectos desastrosos: el PIB al tercer trimestre de ese año registraba un crecimiento negativo del 12,6%, aumentó la pobreza, el hambre, el desempleo, y la actividad económica al cierre de 2020 registró una contracción del 9%.
Instalado el gobierno de Luis Arce en 2020, el MESCP fue reactivado, alcanzando un crecimiento del PIB de 6,1% en 2021, por encima de Brasil, Uruguay, Paraguay y Ecuador; al segundo trimestre de 2022, alcanzó 4,1%, y una previsión para 2023 de 4,3%.
El presupuesto para la inversión pública en 2023 es de $us 4.006 millones, pilar fundamental del MESCP, el cual mediante el crédito SIBOLIVIA inyectó hasta diciembre del año pasado Bs 1.268 millones en beneficio de 9.342 productores, para la sustitución de importaciones. Por tal motivo, Bolivia dejó de importar 200.000 toneladas de alimentos y bebidas, gracias al fomento de la agricultura.
Por eso el MESCP sigue vigente, porque cumple sus objetivos y mejora los problemas económicos estructurales y sociales heredados del viejo modelo neoliberal.
(*) Ranulfo Prieto Salinas es economista