Perdedores comicios 2025
José Luis Exeni Rodríguez
El ya proclamado candidato presidencial, Juan Evo, afirmó categórico que el actual presidente del Estado, Luis Alberto, “no va a ganar las elecciones”. Por más que, al final del camino, TCP/TSE mediante, sea candidato del MAS-IPSP. Evo supone que, “viendo lo que está pasando ahora”, la factura por la incierta situación en el país será alta para Lucho. Es evidente. Y ambos están haciendo todo lo posible para abultar dicha factura.
Lo que no dice el expresidente Morales — y quizás tampoco lo asume— es que, como van las cosas, él tampoco ganará las elecciones. Incluso si conserva la sigla partidaria y, claro, logra que el arcismo no prohíba su candidatura. Atrás quedaron las sucesivas victorias electorales desde 2005, tres de ellas con mayoría absoluta de votos. Dada la ruptura interna, hoy ni Evo ni Luis tienen opción de victoria electoral en primera vuelta.
Si así están las cosas en el partido-instrumento político azul, el paisaje opositor tampoco ofrece una opción ganadora en las urnas. A la fecha se han proclamado o insinuaron hacerlo 14 candidatos presidenciales para los próximos comicios. Nada menos. Varios de ellos son especialistas en perder elecciones. Y otros, entre añejos, reciclados y “nuevos”, ni siquiera cuentan con partido político. Tendrán que buscar alianzas o alquilar/negociar sigla.
Entre los reciclados están Carlos Diego, Samuel Jorge, Luis Fernando, Manfred Armando Antonio, Jorge Fernando y hasta Juan Fernando. Mucho nombre, pocos votos. Participaron juntos o por turno en todos los comicios presidenciales entre 2002 y 2020. Perdieron siempre. Dada hoy la elevada fragmentación opositora, lejos en los hechos del reiterado discurso de “unidad”, ninguno tiene posibilidad cierta de ganar en primera vuelta en 2025.
¿Y los “nuevos” políticos, que lanzan proclamas veloces, anuncian partidos inexistentes, tuitean y se ofrecen como candidatos a la carta? Ya circulan ocho aspirantes: el exrector Cuéllar, el exalcalde Paz, el exfiscal Soliz, el excapitán Lara, el también excapitán Vargas, el extodo Börth, el bloominista Zambrana y hasta el mileísta Saravia. Mucho ruido en redes, falta calle. Ni sumados parecen opción victoriosa en las urnas.
A este paso, entre la división y la fragmentación en el campo político-electoral, los comicios 2025 serán un variopinto tendal de perdedores de distinto tamaño y, si acaso, bancada. Van 16 precandidatos presidenciales, alguno incluso en campaña de cantante. Todos hombres por supuesto. Veamos cuántos y cómo llegan a la papeleta de votación. Veamos cuánto y cómo digieren, el día después, su condición minoritaria y, ergo, la necesidad de pactar. Faltan 18 meses. Y (des)contando.
FadoCracia lluviosa
1. Es un exceso pedirle al alcalde de la hoyada paceña que pare la lluvia. Ni que fuera personaje de cómic. Con que haga tregua en la fiesta y en el aguacero interior estaría muy bien. 2. La buena noticia es que la ciudad “puede dormir tranquila”. Caídas de muro, taludes, filtraciones, sifonamientos, derrumbes… “Todos los casos atendemos”, asegura el señor. Mejor por docena, casero. 3. Pero no todo es tragedia. Abundan divertidas quejas de sus votantes, hoy arrepentidos: “es la peor alcaldía de las últimas dos décadas”. Ni hablemos de las maldiciones de sus oponentes. 4. Vuelvo a las lluvias. ¿Qué quieren? ¿Que el alcalde, desde Oruro, las modere? “Las lluvias se dan» (sic). Es de mala leche exigir previsión. 5. Igual, cuidado con lo que deseas: “Nosotros hoy le pedimos al Ekeko que, al margen de la abundancia material, nos mande lluvia. Pidamos lluvia”, demandó el señor en la Alasita. 6. Hablando de deseos, 263.511 personas eligieron este alcalde, muchas con la consigna “cualquier cosa menos el MAS”. Se entiende. 7. Y así estamos. La ciudad se derrumba y la cosa… bailando. Háganse cargo.
José Luis Exeni Rodríguez es politólogo.