‘Hoy estamos de ñañas’
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El “periodista” bunkero, hoy devenido en precandidato, retrató bien el camino de unidad de la oposición política (Opopo). En conferencia de prensa, junto con otros dos precandidatos, confesó: “Al comienzo Amparo y yo chocábamos todo el día. Hoy estamos de ñañas” (tomados de la mano, sonrientes). ¿Cómo se logra tan veloz alianza entre enemigos íntimos? Hay peores. La unidad del campo opositor para las elecciones generales 2025, hasta hoy fallida, merece mejor suerte. Y rumbo.
Si no han surgido nuevos nombres en los últimos días, a la fecha cuentan 17 aspirantes (16 hombres, una mujer) a la presidencia desde la Opopo. 17 precandidatos, nada menos, la mayoría sin partido político ni calle que los postule. ¿Es posible que, por algún sortilegio, concurran a las urnas en una candidatura única? ¿Es deseable? Estos políticos y sus operadores mediáticos tienen criterios distintos. Unos creen en el “voto unitario”, otros pregonan el “voto útil”.
¿Qué tienen en común los precandidatos Opo? ¿Cuál es su oferta electoral detrás de la retórica de “una nueva República”? O mejor: ¿para qué quieren unirse? “Para sacar al MAS del poder”. Vaya plataforma programática. Es menos de lo mismo desde hace tres lustros. En palabras más toscas, al estilo del precandidato libertario que habita en X: “Cada quien vende su charque. El que gana es candidato único de oposición y el resto se baja. Punto”. Charques eran los de antes.
Sobran precandidatos, hay narrativa de unidad, está el norte anti-MAS. ¿Cómo elegir, si acaso, al candidato único de la Opopo? En la metodología está el gusto. Hay tres propuestas: encargar una encuesta internacional, organizar por cuenta propia unas preprimarias o fabricar tres sucesivas encuestas nacionales (que vayan filtrando nombres). Antes y/o en medio tendrían debates públicos. Y que la ciudadanía, cuyas preocupaciones están lejos del prematuro discurso, decida.
El problema de la unidad Opo rumbo a los comicios 2025 (como sucedió en 2009, 2014, 2019 y 2020) es que el candidato que figura con mejores chances de voto no tiene ningún incentivo para integrar una juntucha de opositores menores. No le interesa. Ni le sirve. Leamos a la manfredumbre: “He tomado la sensata decisión de no ser parte de reuniones, coaliciones o firmas de pactos políticos”. Dice que no caerá en la tentación de electoralizar el país, aunque esté en modo campaña.
¿Basta estar de ñañas para conformar un frente de unidad de la Opopo? ¿Al menos para tener un frente amplio? No, no basta. Tampoco es suficiente que cada precandidato “venda su charque”.
Ni que los políticos tradicionales y/o “emergentes” se reúnan en Washington. Les va mejor chocando.
FadoCracia izquierdista
1. La derecha mediática está preocupada. Y asaz confundida. Proclama alborozada el hundimiento del MAS-Titanic (sic), pero deambula afligida porque “las pequeñas oposiciones” no están logrando el añejo sueño de unir a LA oposición. 2. Sus embrollos son penosos. Para empezar, supone tosca que el MAS “es LA izquierda” (única, inequívoca). No concibe que se pueda ser de izquierdas sin habitar en el masismo. 3. Y, demostrando que continúa sin entender nada, cree que “este tiempo del naufragio del MAS” (recontra sic) implica la clausura del horizonte emancipador en el país. Es lo que sueña/quisiera. 4. La diminuta derecha mediática, experta en penduleo, jura que rompiendo el termómetro bajará la/su fiebre. Desmontar es la consigna. 5. Ya he retratado a quienes, con la edad, vergonzantes, se convierten en viejos de mierda. Otros, está visto, son más precoces: llenos de espuma, arrepentidos, fachos. 6. Hay Rojitas-Rojas que debieran apellidar Amarillos: ni fríos ni calientes. Tibios vomitados de todas las bocas. 7. Navegamos, Maga. Que los piratas, esos, sigan pontificando.
José Luis Exeni Rodríguez es politólogo.