Un engaño
Una sanción restándole tres puntos a Wilstermann no puede considerarse suficiente castigo: la irregular habilitación del jugador argentino Eric Aparicio debe propiciar la apertura de una investigación hasta dar con todos los responsables y sancionarlos.
El Tribunal Superior de Disciplina de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) acaba de constatar la actuación antirreglamentaria de un jugador a partir de una habilitación fraudulenta, un engaño que eludió las normas vigentes.
El asunto, si bien comenzó a gestarse en el club que trajo al futbolista, encontró en el camino aliados que tienen relación directa con la Liga, la entidad que aglutina a los clubes y a los jugadores de cada uno de ellos, y que fue la que dio —en última instancia— su visto bueno para proceder a esa habilitación a sabiendas de que estaba mal realizada.
Mientras la mayoría de los clubes se ha preocupado por cumplir con la norma respetando el juego limpio, uno ha procedido a actuar con trampa y, lo que es peor, lo ha hecho con la venia de un estamento que en vez de dar curso a una anormalidad tiene la obligación de frenarla y rechazarla; por tanto la Liga no sólo deberá ofrecer explicaciones acerca de lo ocurrido si no tendrá que someterse a una investigación.
Llama la atención, asimismo, que el asunto se hubiera reducido a la mala habilitación de un jugador cuando la falta parece aún mayor: la inscripción, por parte de un club, de siete jugadores extranjeros que además actuaron en un mismo certamen, cuando el Reglamento General de Campeonato permite sólo seis.
Según Bolívar —uno de los clubes que hizo la denuncia de manera oportuna, y recibió sólo silencio como respuesta de la Liga — Wilstermann habilitó a siete jugadores extranjeros o, por el contrario, procedió a hacer actuar en el torneo a algún jugador foráneo no habilitado correctamente, lo que a la larga ha quedado descubierto. Por eso la determinación del Tribunal —que ha favorecido a Oriente Petrolero por una puntualización— parece injusta para con los demás clubes impugnadores, que lo único que hicieron fue advertir una anormalidad.