Túpac Katari, emblema del Estado Plurinacional
La reconstrucción de la memoria en torno a Túpac Katari busca articular aquel pasado de insurgencia anticolonial, pasando por la resistencia ante el Estado Republicano, con el presente, con la imagen del presidente Evo Morales y, a través suyo, con el propio Estado Plurinacional.
Hay frases que se inmortalizan porque son parte de la construcción del mito y la leyenda, trazando simbólicamente los horizontes políticos e ideológicos a seguir; se mitifican alcanzando niveles de trascendencia, incluso venciendo a su propia historicidad. Una de ellas es la arenga atribuida a Túpac Katari antes de ser descuartizado: Volveré y seré millones.
Con el correr del tiempo, esta frase se instaló en el imaginario de los pueblos indígenas, principalmente aymaras, con una fuerte carga simbólica. A posteriori, cuando los indígenas llegaron al poder, Túpac Katari se convirtió en un ícono imperecedero asociado a la construcción del Estado Plurinacional.
En rigor, en una de las paredes del Viceministerio de Descolonización, un afiche oficial dice: “Descolonizar implica desestructurar, desmontar toda la institucionalidad del Estado Colonial y una primera tarea es descolonizar la historia oficial”. Esta frase ilustra la tendencia por recuperar aquellas historias de la resistencia indígena contra el orden colonial, invisibilizadas por la narrativa histórica criolla/mestiza, para luego convertirlas en protagonistas centrales, como parte fundamental de la nueva discursividad del Estado Plurinacional.
En este contexto, el personaje paradigmático es Julián Apaza Nina, más conocido como Túpac Katari, el indígena aymara que con su esposa Bartolina Sisa y su hermana menor Gregoria Apaza protagonizaron en 1782 una rebelión que desembocó en dos cercos a la ciudad de La Paz, poniendo en vilo a la sociedad paceña de aquel entonces.
Esta apelación a la figura de Túpac Katari —y a los otros líderes indígenas— opera como uno de los ejes simbólicos del discurso del Estado Plurinacional. Además hay un juego asociativo de articular el pasado —simbolizado fundamentalmente en la figura de Túpac Katari— con el presente y con el futuro incluso; por ejemplo, en el contexto del manejo iconográfico, llama la atención que al interior del hemiciclo parlamentario se encuentren lienzos con las figuras de Túpac Katari y Bartolina Sisa junto a las de Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, símbolos indiscutibles del Estado Republicano.
Esta narrativa en torno a la figura de Túpac Katari y de la propia Bartolina Sisa ha sido diseminada por las instituciones estatales a través de diferentes canales discursivos. Así, por ejemplo, la empresa de Transporte Aéreo Militar (TAM) perteneciente a la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) denominó a sus aviones con los nombres de héroes y heroínas indígenas, inclusive con grados honoríficos.
El efecto de mayor repercusión mediática del uso de Túpac Katari en el universo simbólico del Estado Plurinacional está relacionado con el lanzamiento del primer satélite boliviano. Indudablemente, la decisión de haberle puesto el nombre de “Túpac Katari” al satélite (TK-SAT 1) causó un efecto emblemático significativo. El lanzamiento en China fue televisado para todo el país y proyectado en la plaza Murillo, donde estaba la principal celebración alrededor de un consejo de amautas, que ofreció un ritual ancestral a la Madre Tierra “para acompañar el momento histórico que marca la nueva era de telecomunicaciones de Bolivia” (Cambio 21.12.2013). Asimismo, se vio al presidente Evo Morales vestido con una indumentaria —adecuada para el invierno chino— que se asemejaba a un traje espacial. Uno de los lemas más utilizados por el Ministerio de Comunicación con relación a la proyección discursiva del satélite decía: “Bolivia ingresa a la era espacial”.
En esta misma línea, Pablo Stefanoni reflexionó acerca del sentido descolonizador de la puesta en órbita del instrumento de telecomunicación. “Su meta es expandir los servicios de internet y telefonía celular, especialmente a las áreas rurales, y un afiche publicitario no escatimó en exageración y habló de “descolonizar el espacio”. Por lo tanto, la recuperación de la figura de Túpac Katari, como emblema del Estado Plurinacional, adquiere nuevos rasgos pues siendo un símbolo que representa al pasado anticolonial indígena sirve, en este contexto, como un dispositivo de articulación con el mundo moderno globalizado.
Asimismo, el uso simbólico de Túpac Katari está asociado a generar una auto-representación de los sectores indígenas. De allí que desde las instancias estatales, particularmente del Viceministerio de Descolonización, hay un despliegue significativo de recursos logísticos y económicos para llevar a cabo actos multitudinarios orientados a escenificar las luchas indígenas, particularmente anticoloniales, articulándolas con el presente, es decir, con el proceso de construcción del Estado Plurinacional. Este fue el caso de la entrega que se hizo de los monumentos de Katari y Sisa en el municipio de Peñas de La Paz, en el marco de la ejecución del proyecto “Recuperación de la memoria histórica de los líderes indígenas Túpac Katari y Bartolina Sisa” que impulsa el Ministerio de Culturas y Turismo a través del Viceministerio de Descolonización, a solicitud de las organizaciones campesinas. Este proyecto abarcó la entrega de monumentos en los lugares de nacimiento de ambos líderes indígenas (Ocuire y Ayo Ayo); posteriormente, se entregó dos monumentos en la localidad de Peñas, donde el líder indígena fue descuartizado y expuesto su cuerpo en la plaza por parte de las autoridades de la corona española. Lo interesante es que anteriormente había un monumento de Túpac Katari pero no así de Bartolina Sisa; por lo tanto, el hecho de que ahora estén juntos responde a esta lógica del chacha warmi, que en el criterio de las autoridades del Viceministerio de Descolonización estaría apuntando hacia el horizonte de la despatriarcalización, un eje discursivo central del proceso de descolonización.
El dramatismo de este acontecimiento histórico que se ha instalado en el imaginario de los indígenas de la zona andina, hoy es reforzado en la narrativa estatal plurinacional a partir de su recreación in situ, por medio de carteles con gráficos y textos que explican de manera cronológica desde la génesis de la resistencia de Katari, Sisa y Gregoria Apaza, hasta su mutilación.
En este contexto, la reconstrucción de la memoria en torno al caudillo indígena tiene el objetivo de articular aquel pasado de insurgencia anticolonial, pasando por la resistencia ante el Estado Republicano, con el presente; es decir, con la imagen del presidente Evo Morales y, a través suyo, con el propio Estado Plurinacional, proyectado éste hacia el futuro y trascendiendo el espacio a través del satélite Túpac Katari, todo esto en una línea de continuidad histórica.