La moda ‘asalta’ las cocinas de restaurantes
Confección. El crecimiento de la gastronomía promueve la aparición de empresas especializadas.
A la tradicional visión del cocinero de gorro alto y uniforme de un blanco muy difícil de mantener en la cocina se han añadido en los últimos años colores más vivos y diseños y materiales novedosos que profesionalizan aún más la imagen del chef en el mercado.
El trabajo de estilizar la figura de los expertos de la gastronomía y atender pedidos personalizados o masivos de institutos y restaurantes es realizado por empresas especializadas en el sector que surgieron con el crecimiento del negocio de los restaurantes, cuya facturación aumentó en 957% en los últimos 11 años.
Ahora ya no es extraño ver un chef con una filipina —chaqueta de manga corta o larga y en algunos casos botones cruzados y bolsillos— con motivos de aguayo y de color naranja o con “figuras de carne, poros, cuchillos y llamas de fuego” como el que Munay diseñó para el jefe de cocina de Humo, Rubén Gruñeiro.
“Hoy, el que tiene imagen corporativa tiene ventaja en el mercado”, subraya Roberto Nazrala, gerente de la cruceña Lineatex. En la cocina, “un buen traje representa higiene y salud”. Así que “inconscientemente los consumidores prefieren ir a un lugar donde la gente está uniformada. El empresario gastronómico se da cuenta de eso e invierte para que sus clientes tengan un mejor concepto del lugar”, explica.
La funcionalidad de las ropas, agrega Nazrala, también es muy importante, ya que ahora el rubro busca telas “frescas” 100% algodón y uniformes hechos con cortes y materiales inteligentes y antiflama, que evitan que el calor afecte a los cocineros.
“Cuando los especialistas de la gastronomía van a trabajar también quieren lucir algo innovador, algo moderno (…), en especial los jóvenes”, relata el gerente de Gourmet Fashion, Javier Castro, quien afirma que la demanda por los trajes personalizados creció porque estudiar para chef también “está de moda”.
“Ahora un cocinero es tan o más valuado que cualquier otro profesional”, subraya Ramiro Peredo, chef y copropietario de D’Tapas Gastro Bar.
Según Castro, la elección de los colores depende de la edad, “los jóvenes siempre están buscando diseños novedosos”, mientras que “la gente de 40 años para arriba se va al estilo clásico”.
Cada cocinero profesional construye su apariencia, pero en todos los casos sus uniformes son pulcros e impecables. “Cada chef tiene su estilo”, concuerda el jefe de cocina de Tempora, Alejandro Clavijo, a quien en cuestión de moda le gustan las “cosas nuevas y únicas”, como los zapatos con pimenteros y filipinas con respiraderas. “Tenemos que usar algo llamativo, se nos distingue por eso”, asegura la chef Daniela Zuleta e indica que las cocineras prefieren hoy “las filipinas cortas y los colores vivos como el rosado y el lila, aunque no se dejó de lado los colores sobrios, el blanco y el negro”.
Con filipinas hechas con tela militar, Eduardo Mendoza y David Luna, parte del equipo de Margarita, corroboran que la cocina es un lugar donde la innovación puede estar en todos los niveles y que los uniformes de un solo color quedaron en el pasado.
Datos. La forma en la que se visten los chefs “ya no es la tradicional”, ahora sus uniformes son más “coloridos” y “cómodos”, tienen “estampados” y están “a la moda”, según también el criterio de los restaurantes, manifiesta Peredo.
“El uniforme camuflado lo usamos para participar en eventos” fuera del restaurante, “para mostrar que estamos siempre listos” y “al pie del cañón”, dice Luna, cuyo equipo busca así diferenciarse y caracterizar al negocio que representan. “Es parte de la marca”, subraya el cocinero cuyo restaurante es parte de la Semana de los Restaurantes en La Paz (Restaurante Week).
Por Bs 110, Margarita, Altamar, Fellini, Duke’s, Jardín de Asia, La Fondue, Mercat, Ona, Pan y Patio, Sajoni, Tempora, Muela del Diablo, Terra, D’Tapas, La Bastille y Gustu ofrecen del 5 al 15 de septiembre un menú gourmet compuesto por entrada, plato de fondo, postre y bebida a elección. El evento cuenta con el patrocinio de Huari y el auspicio de Coca-Cola, Credinform, Princesa, Hipermaxi y el Banco Mercantil Santa Cruz.