Ronald Nostas: El problema esencial es que persiste un modelo que ya no es efectivo
El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) realiza una evaluación preliminar de la economía y el nuevo escenario que enfrenta el sector, el cual a su vez requiere de un nuevo modelo de desarrollo empresarial.
El máximo representante del sector privado en Bolivia, el industrial cruceño Ronald Nostas, comentó por escrito algunas de las cifras del Ranking de las 300 Empresas Más Grandes de Bolivia, anticipadas el 17 de octubre por La Razón y el economista Hugo Siles a representantes de las principales compañías del país, diplomáticos y líderes de opinión, quienes como todas las compañías del país y la población en general tendrán a disposición el informe completo el 25 de noviembre, junto a la edición de este periódico.
— ¿Cuál es su evaluación del avance de la economía en lo que va de esta gestión?
— No hay muchos cambios de fondo; la tendencia que ya vimos desde principios de año se mantiene. Es preocupante la disminución acelerada de las Reservas Internacionales Netas (RIN), el sostenimiento del déficit fiscal y el aumento de la deuda externa, con el costo que significa. Factores externos, como la crisis argentina, e internos, como el boyante contrabando y la informalidad, siguen afectando al sector productivo boliviano. Hay departamentos cuya economía está reportando graves problemas que se extienden a rubros como la industria manufacturera, la construcción y el agrícola no industrial. Pero en contrapartida, el aumento de los ingresos por exportaciones y los precios de venta de gas y minerales nos van a ayudar mucho a sostener un crecimiento que quisiéramos fuera del 6, 8 o 10%, pero que se mantiene alrededor del 4%. Creo que se están sembrando proyectos muy importantes como el del etanol, el de la urea y el de la planta de cloruro de potasio que van a tener impactos a mediano plazo. Nos preocupa mucho, sin embargo, que se continúe con una política salarial regresiva que junto al doble aguinaldo está afectando la inversión privada nacional, lo que ha generado mucha preocupación en el empresariado boliviano.
— ¿Considera que esta y las anteriores ediciones del ‘Ranking de las Empresas Más Grandes de Bolivia’ reflejan el comportamiento de la economía?
— El estudio es muy importante porque muestra una parte del comportamiento de la economía nacional que, como es evidente, es muy compleja e incluye muchos factores como la política fiscal, la inversión pública, el comportamiento del mercado interno, la informalidad y otros. Yo creo que nos da un buen diagnóstico del sector empresarial, tanto público como privado, que nos va a permitir realizar análisis de fondo sobre la situación y las perspectivas que enfrentamos.
— Los rubros de hidrocarburos e industria componen, según el estudio, la mitad de los ingresos que perciben las 300 empresas más grandes, ¿cuál es su opinión sobre este punto?
— Hay que distinguir entre las empresas ligadas a los hidrocarburos, que representan el 36% de los ingresos totales, frente a las de la industria, banca y minería, que representan el 14%, 9% y 8%, respectivamente. Ese es un marco de comparación más adecuado porque nos permite advertir las grandes diferencias que existen entre los rubros y nos da una buena gráfica para considerar lo que pasa en la realidad económica de nuestro país, si hablamos de ingresos. Hay una fuerte dependencia de los ingresos por hidrocarburos, mientras que el resto de los rubros reporta porcentajes sustancialmente menores.
— ¿Qué percepción le deja que YPFB se mantenga como la compañía más grande del país?
— Primero, el hecho de que la empresa más grande de Bolivia sea boliviana es un indicador indudablemente positivo. También es evidente que al ser una compañía estratégica estatal tiene la ventaja de poder acceder a mejores condiciones que las privadas, además de tener el monopolio de un área tan importante y sólida como es la de los hidrocarburos, lo que puede considerarse una fortaleza muy grande. En todo caso, debemos considerar también que su dimensión y la distancia con el resto de las empresas muestra que seguimos siendo un país fuertemente dependiente de la explotación de hidrocarburos, lo que es una ventaja competitiva temporal pero al mismo tiempo una debilidad, porque no estamos siendo capaces de generar crecimiento en otras áreas en las que también tenemos grandes potencialidades.
— El ranking muestra también que las 10 mayores firmas de Bolivia representan el 44,2% de los ingresos de las 300 empresas más grandes del país.
— La concentración de los ingresos en las grandes compañías es un fenómeno propio del modelo económico global y tiene que ver con varios factores como la inversión y la aplicación de procesos de modernización y de desarrollo tecnológico, además de los rubros, los mercados y la demanda agregada. En la medida en que un país cuenta con empresas más grandes, que generan altos niveles de ingresos, se produce también mayor cantidad de impuestos, se dinamizan otros sectores e incluso se incrementa el empleo decente y protegido (…). En todo caso, esta realidad nos presenta un reto que debemos encarar y que tiene que ver esencialmente con la diversificación, pero también con la generación de condiciones que permitan a las empresas nacionales un crecimiento más rápido y sostenible. Solo como ejemplo, si se generaran las condiciones para que las constructoras bolivianas puedan ejecutar las obras públicas contratadas por el Gobierno central, pudieran generar ingresos mucho más elevados y mejorar su propio ranking en esta lista.
— ¿El hecho de que el 44,2% de los ingresos de las empresas que están en el ranking se concentren en las 10 más grandes de la lista es una muestra de lo que sucede en el sector empresarial en general? Es decir, ¿la mayor cantidad de los ingresos se queda en pocas manos?
— Es un hecho evidente y ocurre, incluso, en los niveles de recaudación impositiva. Sin embargo, recalco que tiene que ver con las condiciones y es el resultado de una política que está generando una carga excesiva sobre gran cantidad de empresas, especialmente de los sectores productivos, lo que impide que puedan desarrollarse adecuadamente. Si tenemos una política salarial que castiga con aumentos exorbitantes y dobles aguinaldos cada año a las empresas; si tenemos una de las cargas impositivas más altas, informalidad creciente, contrabando e incluso inseguridad es natural que las empresas medianas no puedan crecer a un ritmo sostenido, lo que pone barreras al desarrollo natural de los distintos segmentos del sector privado y genera este tipo de desequilibrios. Este dato lo hemos expresado en varias oportunidades para ejemplificar la distorsión de medidas como los aumentos salariales y los segundos aguinaldos, que son impuestos ciegos que no reparan en los desequilibrios. Como se ve claramente en este dato, hay una concentración de los ingresos y las utilidades y, aunque es evidente que algunas han crecido tanto que pueden soportar estos aumentos, la gran mayoría se reparte una mínima cantidad de utilidades y este tipo de medidas las precariza aún más.
— En utilidades, la Cervecería Boliviana Nacional (CBN) ocupa el primer lugar con Bs 1.400 millones, seguida por la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) con 1.386 millones y la Minera San Cristóbal con 1.327 millones. ¿Qué le dicen estos datos y sitiales?
— Las tres empresas han implementado modelos empresariales de avanzada en todos los componentes de la cadena de producción y de negocios. Fuera de ENDE, que es una compañía pública estratégica y tiene otro carácter, tanto la CBN como San Cristóbal son empresas altamente competitivas que han realizado fuertes inversiones y aportan de manera importante tanto con el pago de impuestos como con políticas de responsabilidad social que son muy valoradas.
— ¿Qué políticas urgentes por parte del Gobierno necesita al momento el sector empresarial privado para desempeñar un rol mucho más estratégico en la economía?
— Ya no se trata de aplicar algunas políticas dispersas y sectoriales, sino de replantear seriamente la visión que el Gobierno tiene respecto al rol del sector privado en el país y que se articula, a su vez, con otros ámbitos fundamentales como la política salarial, la seguridad jurídica, el impulso a la producción nacional, la disminución del contrabando y la informalidad, y el incentivo a la inversión privada. Hay varios temas que se deben enfrentar en el futuro inmediato y que en realidad son barreras que dificultan y hasta imposibilitan el crecimiento sostenido del aparato productivo nacional. El tipo de cambio, la innovación y apropiación tecnológica, el comercio exterior y los acuerdos para abrir mercados, el tema de puertos y las tendencias globales en el empleo son todos aspectos que eventualmente exigen respuestas y posiciones claras desde el Estado. El problema esencial es la persistencia en un modelo que fue muy efectivo en la época de bonanza, pero que en la actualidad ya no puede dar respuestas a los grandes problemas que dejó pendiente la década pasada.
— ¿Falta aún seguridad jurídica para atraer Inversión Extranjera Directa a Bolivia?
— En ese aspecto creo que es importante que se apruebe el reglamento de la Ley de Promoción de Inversiones (promulgada en abril de 2014) y que se otorgue mayores certezas a los inversores, lo que se relaciona necesariamente con aspectos como una política laboral equilibrada y lucha efectiva contra el contrabando y la informalidad.
Perfil
Nombre: Ronald Nostas Ardaya
Cargo: Presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB)
Experimentado inversionista y emprendedor
Es un inversionista cruceño que desarrolló empresas en los rubros farmacéutico, ganadería, plásticos e imprenta, entre otros. Fue primer vicepresidente de la CEPB entre 2010 y 2015 y presidente de la institución de 2015 a 2017. El 15 de marzo del año pasado fue reelegido para liderar hasta 2019 la máxima representación del sector privado en el país, la cual aglutina a 26 instituciones empresariales, de las que 18 son cámaras o asociaciones y ocho son federaciones departamentales. Es uno de los líderes empresariales con más tiempo en la institución y está entre los más jóvenes en asumir ese cargo. En 2016 fue incluido por la revista América Economía como uno de los 120 personajes con más posibilidades de influir en la región y entre los cuatro con ese perfil en Bolivia.