Conny Toornstra ‘Apoyamos a 120.000 productores indígenas del Chaco’
Con el lema de que es importante crear en situaciones difíciles, ICCO, la cooperación holandesa, realiza en Bolivia proyectos de desarrollo cuyos principales actores son jóvenes, mujeres e indígenas. Tienen cuatro importantes programas
CCO, la cooperación holandesa, destinará para la siguiente gestión 3 millones de euros para varios programas que desarrolla. En Bolivia, en el ámbito financiero, destaca el programa Chaco Sustentable, el cual beneficia a 120.000 productores, que se traducen en 300.000 familias pertenecientes a los pueblos indígenas guaraníes y weenhayek. La directora regional de la institución, Conny Toornstra, habla de los proyectos y sus enfoques. La institución no solo trabaja en territorio boliviano, sino también en Paraguay y Nicaragua.
—¿En qué programas invertirán en la gestión 2021?
—Los 3 millones de euros los invertiremos en programas como Manq’a, Chaco Sustentable y Vuela Libre, que son grandes programas que tenemos en Bolivia y aportan en varios proyectos.
—¿Hace cuántos años trabajan en Bolivia?
—Hay una cooperación holandesa más amplia que ICCO, hemos tenido una embajada en Bolivia muy activa hasta hace cinco años. También habían ONG grandes y en este momento somos de los pocos que han quedado en el país, ICCO está desde hace más de 50 años. Llegó entre la década de los 70 y 80 con las dictaduras. ICCO hizo un compromiso para trabajar con las organizaciones sociales resistiendo ante la dictadura de aquel entonces. Así comenzó en Argentina, Perú y Brasil en tiempos muy difíciles. ICCO ha trabajado mucho con el tema de pequeños productores, seguridad alimentaria y apoyo a asociaciones, cooperativas y mundo rural. ICCO nació como una de las cuatro agencias de cooperación en los 80, apoyaba a los países a través de cuatro organizaciones: laico, católico, humanista y protestante. ICCO tiene base en iglesias protestantes, aunque es una organización laica. Su base social comenzó allí. Hasta hoy las iglesias protestantes apoyan a ICCO, además de otros patrocinadores.
—¿Qué desafíos se han presentado en esta coyuntura?
—Uno de los desafíos es hacer que los programas sean sostenibles y la propia gente se los apropie. Además que participe la población del sector privado y del público. El desafío ha sido cómo hacer alianzas y plataformas de intervención. Cómo hacer que la gente tome liderazgo de sus vidas.
—¿Qué programa destaca por que camina por sí solo?
—Podemos mencionar a las escuelas Manq’a, que brinda la oportunidad a jóvenes, en contextos de vulnerabilidad, de formarse en cocina y revalorizar los alimentos tradicionales bolivianos. Siento que en toda América Latina y en Bolivia hay una desvalorización de las áreas rurales. En estos espacios se ve dignidad, alegría y oportunidades. El programa de Manq’a es la idea de que sea sostenible y no quiere decir solo lo financieramente. Es que todos nos sintamos dueños, busquemos fortalecer e innovar y con eso hemos creado unidades de negocios. El municipio de El Alto pidió cursos de emprendimiento para replicar estos modelos. La Alcaldía de Sucre nos pidió montar facilitadores. Las escuelas son una alianza con los vecinos. Con Manq’a, unos 4.500 jóvenes se beneficiaron del proyecto y son como 5.000 con otros proyectos.
—¿En el programa Chaco Sustentable quiénes son las o los beneficiados?
—Chaco tiene a 120.000 productores y unas 300.000 familias. En primera instancia en Chaco se beneficiaron los pueblos indígenas guaraní. Fue un trabajo de gobernabilidad, derechos, etc. A partir de ahí unos cinco años hemos comenzado con más trabajo económico que son familias guaraníes y weenhayek. Sobre todo trabajamos con familias que son jóvenes y mujeres. Hemos comenzado a trabajar en pequeños emprendimientos de miel, maní, algarrobo, productos propios del Chaco y ganado. Producción local es para el mercado. ICCO apoya el acceso a mercado de estos pequeños productores.
—¿Por qué apuestan por jóvenes y mujeres en sus proyectos de desarrollo?
—Más de la mitad en El Alto son jóvenes, que son un enlace entre el área rural y la ciudad. Son creativos, son jóvenes y quieren emprender y apoyan a valorizar lo que tenemos en Bolivia. Es la apuesta a esta generación que tiene muy pocas oportunidades. Nosotros vemos un potencial muy grande en ellos. Mujeres porque también son desvalorizadas y tienen una alta carga de responsabilidad al ser buenas administradoras, cocineras, mantienen sus familias. Si apoyas a una mujer apoyas a toda una familia. Son personas invisibilizadas con mucho potencial. Hay que crear en situaciones difíciles.
Perfil
Nombre: Conny Toornstra
Profesión: Agrónoma
Cargo: Directora Regional de ICCO, cooperación holandesa
Experiencia
Dirige ICCO desde 2010 hasta la fecha. La oficina en Bolivia es la regional para América Latina. Comenzó su carrera en la década del 80 en Nicaragua trabajando en educación agropecuaria con mujeres, jóvenes y pueblos indígenas.