El comercio justo supera la pandemia
Imagen: la razón-archivo
CAFÉ. Es uno de los sectores más representativos, que ahora lidera la Coordinadora Nacional de Comercio Justo.
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Alternativa. Este movimiento comercial accede a un precio justo y oportunidades.
ECONOMÍA
Pese a una baja en las ventas y altos costos operativos, el comercio justo se mantiene como alternativa comercial para miles de productores. Este sector también fue afectado por la crisis generada por la pandemia del COVID-19 y hoy busca recuperarse.
El comercio justo es un movimiento mundial que promueve modelos diferentes de comercialización y una economía democrática que facilita el desarrollo de los pequeños productores fortaleciendo la autogestión, haciendo una alianza de intercambio lo más corto posible con el consumidor, ofreciendo productos que promueven y mejoren las condiciones sociales, la economía popular, equidad de género y el medio ambiente.
Según la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO), se trata de una relación comercial, basada en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional. Además, contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de los productores y trabajadores marginados, especialmente en el Sur.
Bajo principios de comercio justo, en el país se producen y exportan productos como cacao, quinua, café, castaña, artesanías y prendas de alpaca, entre otras, de cooperativas, federaciones y asociaciones de productores.
No obstante, tras dos años de pandemia este sector se recupera, tras enfrentar pérdidas económicas y un alza en los costos logísticos y operativos.
“La pandemia afectó a los productores de café, cacao, quinua y castaña, pero no podíamos quedarnos así. Empezamos a salir adelante innovando nuevas alternativas productivas”, comentó a LA RAZÓN el nuevo presidente de la Coordinadora Nacional de Comercio Justo, Hugo Chinchero.
Con 30 años de edad, es el ejecutivo más joven de esta entidad que lo eligió la semana pasada con la misión de impulsar el comercio justo desde las bases más jóvenes de las organizaciones productoras que la integran.
RETO. “Ahora el mayor motor principal son los jóvenes, que tienen que empaparse más en la Coordinadora del Comercio Justo, porque ellos son el presente, los mayores ya están cansados y la Coordinadora tiene que ser dirigida por los jóvenes”, dijo.
Agregó que en la asamblea de la entidad se ha decidido que los productores de café, quinua, castaña y cacao “tienen que continuar mejorando los volúmenes de producción orgánica, mejorar las exportaciones”.
“Otro de los retos planteados es ingresar en los municipios, las gobernaciones y el Gobierno central hacerles conocer que los pequeños productores contribuimos en el desarrollo del país bajo los principios del Comercio Justo y que toda la población boliviana consuma nuestros productos, sin necesidad de exportar a otros países”, remarcó.
A su vez, Juan Carlos Moscoso, representante de la Asociación Artesanal Boliviana Señor de Mayo (Asarbolsem), que lleva cerca de dos décadas trabajando en comercio justo, indicó que pese a la pandemia ese sector no enfrentó “descensos muy dramáticos” en sus actividades comerciales debido a que los compradores internacionales continuaron adquiriendo los mismos volúmenes de productos de manera habitual.
No obstante, “lo que sí vemos y prevemos es que va a haber una disminución en los próximos dos años antes de que se estabilicen, porque los clientes han estocado cosas que no han podido vender al mismo ritmo. Entonces el golpe recién se va a sentir este 2022 y creemos que en 2023 y en 2024 va a estar todavía sin ningún crecimiento”, dijo a este medio.
Moscoso precisó que las pérdidas por la pandemia no fueron por una baja en las ventas sino por la elevación de los costos logísticos y operativos en un 30% a 40%. “Hemos tenido importantes pérdidas pero no por disminución de ventas, las pérdidas han sido por la subida de los costos, es decir, el flete aéreo que antes costaba $us 1,98 a Europa por kilo ha llegado a $us 3,50”, sostuvo.
También dijo que se registraron pérdidas importantes por la subida de costos en las materias primas y que “ahora hay problemas con los proveedores de fibras que proveen a las hilanderías, y eso afecta a toda la cadena”.
Respecto de las debilidades del sector, el representante de esta asociación de artesanos apuntó a las limitaciones logísticas.
“Creemos que el tema de la logística es muy complicado, no tenemos puertos propios, los costos para sacar la producción nacional a los países externos son muy grandes y en realidad con las naciones vecinas que compiten con la misma producción que tenemos a nivel de mano de obra, pero los costos logísticos son los que nos sacan del mercado, son los que limitan nuestro crecimiento”.
FUTURO. Por su parte, Chinchero exhortó a la administración de Luis Arce a apoyar a ese sector, que este 11 de mayo celebra el Día del Comercio Justo.
“Lo que queremos es que nos reconozcan como sector productivo y que nuestros productos orgánicos sean consumidos. No nos toman en cuenta en los viceministerios, pero ya hemos dado el primer paso”, dijo y complementó: “Nuestro desafío es fortalecer el consumo interno. Lo que queremos es que nuestra producción sea consumida por los bolivianos, en los cuarteles, en el desayuno escolar, en el subsidio de lactancia y otros programas que tienen el Gobierno central, las gobernaciones y los municipios. La fortaleza del Comercio Justo es la incorporación de los jóvenes en las asociaciones de productores y la debilidad son las personas mayores que se oponen a los cambios y no dan espacios a los jóvenes”.
Principios claves de este sector productor
El Comercio Justo tiene como base 10 principios, que se relacionan con oportunidades, pago de un precio justo, asegurar ausencia de trabajo infantil y trabajo forzoso, así como un compromiso con la no discriminación, equidad de género y libertad de asociación.
Entre estos principios que impulsa la Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO) se destaca la creación de oportunidades para productores con desventajas económicas. Su objetivo es que puedan pasar de la pobreza y la inseguridad de los ingresos a una autosuficiencia económica y propia.
Asimismo, pago justo significa la provisión de una remuneración socialmente aceptable (en el contexto local) considerado por los propios productores como justos, y que tenga en cuenta el principio de igual pago por igual trabajo entre mujeres y hombres.
Asegurar ausencia de trabajo infantil y trabajo forzoso, es otro de los principios a través del cual la organización del sector se adhiere a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, y a la ley nacional/local sobre el empleo de los niños. La organización asegura que no hay trabajo forzoso en su mano de obra y/o miembros o trabajadores a domicilio.
Las organizaciones que compran productos de comercio justo de los grupos de productores ya sea directamente o a través de intermediarios aseguran que no se utiliza el trabajo forzoso en la producción y los productores cumplen con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, y la Ley Nacional/local sobre el Empleo de los Niños.
Los productores también tienen un compromiso con la no discriminación, equidad de género y libertad de asociación (sindical). La organización no discrimina en la contratación, remuneración, acceso a la capacitación, promoción, terminación o jubilación por motivos de la raza, origen nacional, religión, discapacidad, género, orientación sexual, unión de membresía (afiliación sindical), afiliación política. HIV/Sida, estatus o edad.
Se proporciona oportunidades para las mujeres y los hombres a desarrollar sus habilidades y fomenta activamente las solicitudes de las mujeres para puestos de trabajo y para los cargos de liderazgo en la organización.
La organización proporciona un entorno de trabajo seguro y saludable para los empleados y/o miembros. La organización cumple, como mínimo, con las leyes nacionales y locales y convenios de la OIT sobre salud y seguridad.
Las horas de trabajo y las condiciones para los empleados y/o de los miembros (y cualquier trabajador a domicilio) cumple con las condiciones establecidas por las legislaciones nacionales y locales y los convenios de la OIT.