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Sunday 28 Apr 2024 | Actualizado a 09:26 AM

Acuerdo de paz en Yemen

/ 8 de noviembre de 2019 / 00:45

El miércoles, un alto funcionario de Arabia Saudita anunció que estaban negociando con los rebeldes hutíes chiitas un acuerdo para poner fin a la guerra en Yemen. A diferencia de otros mensajes similares sin mayores resultados, el anuncio de ahora llega precedido de un acuerdo de alto el fuego suscrito un día antes entre los separatistas del sur y Riad.

Con lo cual, se han generado expectativas de que en esta ocasión se trate efectivamente de un primer paso, que impulse una negociación para poner fin a esta guerra civil que, después de cuatro años, está dejando cifras de horror. Por ejemplo, según estimaciones de la ONU y de Save the Children, aproximadamente 230.000 personas han fallecido hasta ahora por causa de este conflicto; de las cuales al menos 140.000 eran niños menores de cinco años, que murieron por desnutrición. Además, el 50% de la población, cerca de 14 millones, están al borde de una hambruna.

Cabe recordar que esta cruenta guerra civil se inició en marzo de 2015, cuando rebeldes hutíes, asentados principalmente en el sur del país, intentaron tomar la capital (Aden), apoyados principalmente por Irán principalmente. En respuesta, Arabia Saudita, bajo el amparo de una alianza con otros países árabes sunitas y el apoyo de EEUU, Reino Unido y Francia, comenzó a bombardear a los rebeldes hutíes, afectando sobre todo a la población civil. Por este motivo, urge un acuerdo político que viabilice el fin de este conflicto fratricida, cuyas consecuencias, como siempre, se están encarnizando sobre todo con los sectores más desfavorecidos.

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Martha Paredes, gracias por las enseñanzas

Ella escribió ‘El indio Laureano Machaca’, única publicación conocida sobre la experiencia rebelde de este aymara.

/ 28 de abril de 2024 / 00:26

Es muy doloroso cuando una persona amiga nos deja físicamente. La partida casi siempre nos lleva a recuerdos, a recapitular algún pasaje vivido que aún se tiene en la memoria y que pueda perdurar en el tiempo. Sabemos que no es sencillo reconstruir ese pasado. Martha Paredes era una historiadora muy especial, pues aparte de las cualidades técnicas adquiridas en la carrera de Historia de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde estudió, tenía un don especial de hacer amistades y también de brindar enseñanzas en el quehacer histórico. Recuerdo que, a finales de los años 80, era estudiante de la carrera de Sociología en la UMSA y me acerqué al Archivo de La Paz (ALP), dependiente de la UMSA y administrado por la carrera de Historia, para investigar sobre el movimiento indígena y campesino del país, y particularmente de la región andina. En la planta baja de la Casa Montes se albergaba, y aún lo es, una frondosa documentación recuperada en varios momentos por connotados historiadores y puesta públicamente para el acceso de los interesados en la investigación.

En este espacio maravilloso, lleno de documentos y libros, conocí a muchas personas que con el transcurrir del tiempo se hicieron amigos y colegas. Martha fue una de estas personas. Ella trabajaba en este espacio y yo que no tenía práctica sobre cómo entender los documentos, simplemente solicitaba legajos sobre los primeros años del siglo XX. Tocó explicar mi interés específico sobre el movimiento de los caciques apoderados, por ejemplo, a la cabeza de Santos Marka T’ula, Francisco Tangara, Rufino Willka y muchos otros. Esta precisión permitió acceder a los documentos ordenados por años y no por temas. Razón que a Martha le tocó buscar y cargar con documentos envueltos en papel madera, y a mí, a buscar como aguja en un pajar sobre el movimiento indicado. Mi constancia de visitar todas las tardes el ALP nos permitió conocernos y hacernos amigos. Al final de las tardes, cuando se acababa la jornada, nos poníamos a hablar de temas del pasado, incluido lo familiar.

Recuerdo las largas conversaciones sobre el pasado de los Paredes, es decir, Rigoberto Paredes, Antonio Paredes e incluso José Luis (Pepelucho) Paredes, escritores y políticos, quienes eran sus parientes cercanos. Hablar sobre el pasado de los Paredes era fascinante. Provenían de los caciques locales de la marka Carabuco, que en algún momento del tiempo apellidaban Siñani. La pregunta obvia fue: ¿Por qué se cambiaron de apellido, es de decir de Siñani a Paredes? Me sugirió leer el libro de Rigoberto Paredes Los Siñani. Pero también me contaba alguna actividad de su tía Alfonsina Paredes, gran investigadora y escritora. Ella escribió El indio Laureano Machaca, única publicación conocida sobre la experiencia rebelde del aymara Laureano Machaca en una región de la provincia Camacho, en el departamento de La Paz. A Martha también le interesaban otros temas y los libros, no solo de historia sino de las ciencias sociales y humanísticas, y no escatimaba para adquirirlos.

Después de varios años nos reencontramos en la Cancillería, dirigía el archivo central del ministerio. Estaba muy abocada a conocer y administrar la memoria internacional del país. Recuerdo que en una visita me enseñó la ingente cantidad de documentos sobre las relaciones internacionales del país, entreverados con actividades de los diplomáticos y escritores nacionales e internacionales. Después de 2006, le enviaron a desempeñar funciones diplomáticas en Roma, Italia. Nos escribíamos virtualmente, estaba muy motivada y muy emocionada por el nuevo espacio laboral y por aportar al país.

Después de cumplir la misión diplomática y retornar al país, en algunas comunicaciones me comentó de su jubilación. Quedamos en vernos tan pronto pase la pandemia del COVID-19. Lástima que nuestras largas conversaciones ya no será posible continuarlas. Martha, gracias por todas las atenciones tan generosas en mi etapa de aprendizaje in situ y por compartir temas del pasado y el presente. Hasta pronto. Ma suma kullakawa wiñay markaru sarawayxi. Martha sutininwa. Jupan achachilanapaxa Karawuku markataynawa. Jallalla!!!!

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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Los monumentos: símbolos, valores y memoria

Día Internacional de los Monumentos y Sitios, 18 de abril, fecha aprobada en 1983 por la Unesco.

/ 28 de abril de 2024 / 00:24

Cuando la anterior quincena buscábamos más información sobre monumentos paceños, para abordar la cuestión de la “cabeza de Zepita”, redescubrimos una publicación impresa específica y, casi por casualidad, hallamos que existe una fecha mundial referida al tema.

Empecemos por el libro (que también tuvo su “día” el pasado 23). Se trata de una obra de 160 páginas con espléndidas fotografías y datos muy precisos de las características, ubicación, clasificación y “trayectoria” de alrededor de 150 piezas; su título es Patrimonio escultórico de la ciudad de La Paz y sus autores, Carlos M. Gerl Prado y Randy Chávez García. Al momento de su publicación (2010), los investigadores advierten que ya existían a esa fecha nuevas incorporaciones y varias reubicaciones, aspecto que ofrecían subsanar en una segunda edición que, desafortunadamente, no se ha realizado y, que sepamos, está muy lejos de las prioridades de las actuales autoridades municipales, las mismas que, se supone, están enfocadas en proteger a la ciudad de los rigores de la naturaleza, agravados por la permanente falta de previsión.

Día Internacional de los Monumentos y Sitios, 18 de abril, fecha aprobada en 1983 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y La Cultura (Unesco, por su sigla en inglés). Lo que se pretende es sensibilizar y dar a conocer toda la riqueza que encierra la humanidad en cuestión de patrimonio histórico, así como fomentar su conservación y protección. La Convención del Patrimonio Mundial establece que la desaparición, daño o deterioro de un bien cultural, puede llegar a generar un empobrecimiento del patrimonio en todos los pueblos de mundo. Esta conmemoración es impulsada por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), en el marco de las actividades de la Unesco. En esta visión, los monumentos funcionan como símbolos de memoria, valores y reflexiones a los cuales tanto la humanidad como los pueblos y comunidades se han enfrentado.

Con su estilo picante y agudamente crítico, cierta vez Augusto Céspedes censuró a las élites paceñas, a las que consideraba enajenadas, por haber construido en el eje central de la ciudad una vía que no contaba con monumentos de próceres o motivos bolivianos, sino en su totalidad con efigies de personajes o temas de otras latitudes. ¿Qué ha cambiado en estos más de 30 años del artículo del Chueco? Nos animamos a afirmar que muy poco. Sobre la vía central dominada por el cauce del río (La Paz está ubicada en una cuenca), continúan impertérritos los mismos de antes: Cristo Rey, Bolívar, la fuente de la madre Patria, Colón (con la nariz rebanada), Sucre, Isabel la Católica; Confucio, el filósofo chino; la loba con sus cachorros; Artigas, el uruguayo y Andrada, el brasileño. Las novedades son pocas: el soldado desconocido frente al obelisco- mástil (colocado en 1973, retirado en 1979 y vuelto a colocar en 2007, según nos informan Gerl y Chávez); Mario Mercado Vaca-Guzmán, exalcalde; la madre boliviana (inopinadamente colocada en la plaza Italia); por último, Gualberto Villarroel, en Calacoto, a la altura del Colegio Militar que lleva su nombre. Nos disculpan si involuntariamente estamos omitiendo algunos, insistimos que la observación se refiere exclusivamente al eje central de la ciudad y toma como base una investigación próxima a cumplir 15 años. Quisiéramos remarcar que hacen falta nuevos estudios y, en el caso del libro que hemos mencionado, una segunda edición requeriría una actualización, así como también la incorporación de nuevos criterios de clasificación, como la de los sitios donde están ubicados los monumentos, y temáticas que contengan el aporte de los pueblos originarios.

El embrollo de la cabeza de Zepita debiera ser resuelto con ese espíritu, dando lugar paulatinamente a otros cambios que signifiquen pasos hacia una mínima coherencia en esta materia. ¿No les parece?

Carlos Soria Galvarro es periodista. 

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En busca del voto conservador

La reacción a las declaraciones de quienes ven en la figura del senador Rodríguez una genuina renovación del proceso de cambio fue de incredulidad.

/ 28 de abril de 2024 / 00:22

Las desafortunadas declaraciones del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, desataron una confrontación pública en torno a la dirección de la reforma de la Ley 348, que garantiza a las mujeres una vida libre de violencia. El senador pasó por alto que diversas organizaciones de mujeres vienen discutiendo mejoras de la norma desde 2020, buscando fortalecer los mecanismos de prevención, atención, protección y reparación integral a mujeres en situación de violencia.

Sin ningún respeto a todo el proceso social que durante dos años recogió y sistematizó cerca de 1.000 aportes en todo el país, el senador priorizó poner en discusión un confuso y mal redactado proyecto de ley que pone en riesgo todos los avances en materia de derechos humanos, y arroja por la borda los compromisos estatales signados en instrumentos internacionales como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw) y la Convención Interamericana de Belém do Pará.

La reacción a las declaraciones de quienes ven en la figura del senador Rodríguez una genuina renovación del proceso de cambio fue de incredulidad. “No comprende la dimensión de lo que ese proyecto propone”, dijeron algunas; “está mal asesorado”, defendieron otras; “han descontextualizado su intervención”, apuraron a decir en su entorno. Sin embargo, al día siguiente, una conferencia de prensa dejó en claro que el senador no fue mal interpretado. Genuinamente él apoyaba la reforma desde una dimensión regresiva.

El senador no solo ponía en duda el espíritu de la ley que enorgullecía la gestión del presidente Evo Morales, también planteaba que la legislación destruía familias y ponía en la cárcel a hombres inocentes. En las primeras palabras del senador se podía identificar un guion bien ensayado (y reconocible); por ello, fue muy fácil encontrar su inspiración en un reciente discurso de Macarena Olona, militante de Vox, partido de la ultraderecha española. Gracias a las redes pudimos constatar que no se trataba solo de una inspiración, sino de la copia fiel de todos sus recursos demagógicos.

Esta declaración confirmó que no se trataba de un error inocente, o mala asesoría. Detrás del apoyo a una ley regresiva se podía vislumbrar un cálculo político electoral que buscaba atraer a los votantes conservadores que victimizan a los hombres y se sienten incómodos frente a una mayor igualdad de las mujeres. Al senador parece no molestarle que ganar esa popularidad implica desconocer que en Bolivia los índices de violencia por razón de género son los más altos de la región.

El Ministerio de Justicia fue contundente en refutar los supuestos que sustentaban ese discurso. En Bolivia, el Ministerio Público reporta que entre 2013 y 2024 se han registrado 1.189 víctimas de feminicidio y casi medio millón de denuncias de violencia de género. Y por ese total de crímenes, el Régimen Penitenciario informa que, a la fecha, 18.459 personas se encuentran privadas de libertad, es decir que, del total de las denuncias citadas, solo en el 4,16% se ha determinado el presidio para los criminales.

Por ello, la autoridad competente afirma que “la situación de injusticia que hoy alegan algunos varones es la misma que han denunciado por años las mujeres contra jueces, fiscales y policías que aplican la ley de manera discrecional”. En ese marco, ¬¿cuánto tiempo ha dedicado la Asamblea Legislativa a fiscalizar a los operadores de justicia? ¿Cuánto se han implicado senadoras y senadores en comprender el problema? El debate respecto a la Ley 348 debiera ser para avanzar y no para consagrar la impunidad.

Con esta experiencia, nos queda por discutir cuán amorfo y elástico puede llegar a ser un programa de izquierda desesperado por ganar elecciones, o cuánto conservadurismo en derechos de las mujeres puede caber en una propuesta del campo “progresista”.

Lourdes Montero es cientista social.

 

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Unidad Opopo

El victorioso plato está servido. Solo se necesitan desprendimiento y voluntad política. Lo demás es cuestión de método.

/ 28 de abril de 2024 / 00:20

La oposición política (Opopo) está lejos de la unidad, pero tiene a su favor varios estrategas de la unidad. No es poca cosa. En un escenario de prematura fragmentación, con ya 15 precandidatos presidenciales, nada mejor para los opositores que escoger, finalmente, un candidato de consenso. Para ello es imprescindible trazar la “hoja de ruta”. El objetivo resulta inequívoco: derrotar al MAS, ese enemigo absoluto. Mejor si pueden eliminarlo.

¿Cómo acordar, en el variopinto paisaje Opo, una candidatura de unidad o, al menos, un frente amplio? No lo lograron en 2009, ni en 2014, tampoco en 2019 y peor en 2020. ¿Por qué no habrían de hacerlo ahora, para los comicios 2025? Les falta calle, cierto, pero les sobran pantallas. Y aunque son especialistas en perder elecciones, no querrán pasar a la historia, una vez más, “salpicados de vergüenza”. Con el ingrato voto del pueblo nunca se sabe.

El victorioso plato está servido. Solo se necesitan desprendimiento y voluntad política. Lo demás es cuestión de método. De las diferentes propuestas de unidad, unas más sensatas/alocadas que otras, bastaría con mezclar la del señor MacLean-Abaroa, lanzada desde el puente del Topáter, y la del señor Guevara Anaya, cuestión de ideas. Ahora es cuando, Opopo. Último llamado urgente.

Veamos los pasos. a) Todos los precandidatos integran la Plataforma de Unidad Posible (Plunipo). b) Un grupo de alto nivel armoniza una Propuesta Participativa y Programática (PPP). c) Profesionales “intachables e imparciales” conforman la Comisión Técnica de Primarias de Oposición (Coteprop) o el Consejo Electoral Ciudadano de Oposición (Coneleciop). d) Se contratan encuestas 1 que definen seis precandidatos que pasan a debate 1, que dan lugar a encuestas 2 que dejan tres aspirantes que compiten en debate 2, seguido de encuestas 3 que determinan el candidato presidencial que debe ser apoyado por todos. Respiren.

Así serían la Primarias Abiertas de Oposición (PAO). Luego vendrán las primarias establecidas por ley, etcétera, donde el ganador de la Opopo participaría con su propio partido o alianza, si lo tuviese, o con sigla prestada, alquilada o comprada. Todo esto, incluida la campaña posterior, con recursos del Fondo Único de Aportes Individuales y Voluntarios de Financiamiento (Funapivofi). Aplican kermeses millonarias estilo Ayo.

¿Ven, señorías, que la unidad es posible? Y sencilla: la Opopo, congregada en la Plunipu, hace sus PAO organizadas por la Cotetrop y/o por el Coneleciop, con base en la PPP y fondos del Funapivofi. Ahora solo falta que los 15 precandidatos firmen y seduzcan al electorado, hasta ahora, para ellos, tan ancho y ajeno.

 FadoCracia viajera

1. Navegar/viajar, ya se sabe, es necesario. Vivir también. ¿Llegar es necesario? No tanto, no siempre. 2. Hoy navegamos, como colectividad, en medio de la kamanchaca. Para no naufragar. “La niebla, otra vez, lo invade todo”. 3. ¿Toca replegarse en la navegación personal? ¿Hay que rabiar, puertas adentro, en este tiempo de las cosas diminutas? Es probable. También queda “volver a los orígenes”. O hacer inventario de cenizas. 4. Hace un tiempo, en mi viaje, encontré un puente: “para cruzarlo o para no cruzarlo”. Lo crucé. Con fado y sin nostalgia. En la otra orilla me esperaba un país. Y la Maga con durazno. Es caprichoso/generoso el azar. 4. Luego, en la edad media, llegó el vuelo del águila: en soledad radical, con tremendo ajuste de cuentas. Fue un vuelo de mutación y renacimiento. 5. “Viajar, perder países. Ser otro constantemente. No pertenecer ni a mí”, invoca Pessoa. 6. Siglos después, el pasado 1 de abril, he iniciado el viaje del elefante. Es el viaje final. “Siempre llegamos al sitio donde nos esperan”, dice el Libro de los Itinerarios. ¿Llegamos? ¿Quién/qué nos espera? 7. El país está perdido. Queda el elefante Salomón. Es nuestro viaje, Maga-nido. Hay dignidad, y latidos con revoluciones de claveles, para rato.

José Luis Exeni Rodríguez es politólogo.

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De ignorantes, mañudas y corruptos

/ 28 de abril de 2024 / 00:19

Ignorante es aquel que no quiere saber y no quiere entender lo que probablemente está delante de su nariz; ignorante es aquel que cree que sabe porque leyó el título o supo de algún caso y lo generaliza por ignorancia, cálculo político o flojera. El y la ignorante son superficiales, se n en opiniones y no en argumentos y hechos. Eso es lo que está pasando con las opiniones —desinformadas y alegres— que algunas y algunos parlamentarios, y gente de las organizaciones sociales, están lanzando sobre la Ley 348.

La Ley 348 es producto de la lucha contra las visiones eurocéntricas, neoliberales y machistas sobre la violencia hacia las mujeres. Fueron largas discusiones contra las ONG neoliberales y las feministas de derecha que estaban felices con la ley promulgada por Gonzalo Sánchez de Lozada en 1995. Andrónico tiene hoy como catedrático a Sánchez de Lozada, al hacerse cómplice de las mismas opiniones y críticas de neoliberales contra las mujeres víctimas de violencia machista. Ignorantes hombres y mujeres de organizaciones sociales que opinan sin saber ni analizar la Ley 348. No vamos a retroceder ni un paso, como no retrocedemos en todo lo conquistado por el pueblo en el proceso de cambios, con el hermano Evo Morales.

Mañudas hay, sin duda que hay, son esas mujeres que mienten, fingen, se hacen a las víctimas, difaman y calumnian por intereses personales. Sí, claro que las hay, pero no por unas cuantas chupa sangre, karisiris, se va a poner en cuestión y tapar con un dedo el gran problema de asesinatos, golpes, torturas y violencias que viven las mujeres en manos de hombres machistas y violentos. No vamos a dudar —por unas cuantas mañudas— de las verdaderas víctimas. Como parte del Feminismo Comunitario de Abya Yala lo venimos diciendo desde 2017, convocando a diferentes instituciones y autoridades a tomar posición ante el abuso que se estaba cometiendo en la aplicación de la Ley 348. Yo misma soy víctima de estas mañudas y no soy hombre. Así que no es una ley “antihombres”, es una que está siendo manipulada por mañudas, corruptos y violentos feminicidas.

Corruptos los fiscales, jueces, policías y peritos que manejan a su gusto y mejor postor la justicia, queremos afirmar que ahí está el verdadero problema. Compañero Andrónico, la manipulación y la corrupción de la Justicia boliviana, que empiezan en la mala formación de las universidades, es el problema. Los fiscales, jueces, policías y peritos son, además de corruptos, ignorantes y mediocres, flojos y mañudos, son manipuladores y pajpakus; claro, hay una minoría que se salva. Ahí esta el verdadero problema, nuestro sistema judicial, ya hemos planteado reformas al aparato de justicia, que en su momento no las hicieron; por ejemplo, la modificación del currículo de las facultades de Derecho. Hoy ya no es reforma lo que necesitamos, consideramos necesaria una revolución de la Justicia. Lamentablemente, ignorantes, mañudos y corruptos hoy pueden ser magistrados y manejar las leyes y la aplicación de la justicia, de acuerdo con el tamaño de sus bolsillos, prejuicios e intereses políticos y personales.

Es del aparato de justicia de lo que nos tenemos que defender y el gobierno de Arce debería ponerse las pilas, por lo menos en este poco tiempo que le falta para concluir su mandato, en hacer realidad las modificaciones que se propusieron en favor de profundizar la protección de las mujeres víctimas de violencia machista.

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.

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