¿pueden China y EEUU establecer un respeto mutuo?
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El mundo va gravitando cada vez más en torno a lo que sucede entre Estados Unidos y China.
DIBUJO LIBRE
El 3 de junio de 2023, buques de guerra de Estados Unidos y Canadá realizaron un ejercicio militar conjunto en el Mar de China Meridional. Un buque de guerra chino (LY 132) superó al destructor estadounidense de misiles guiados (USS Chung- Hoon) y se cruzó en su camino. El Comando del Indo-Pacífico de EEUU emitió un comunicado en el que decía que el barco chino “ejecutó maniobras de manera insegura”. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, respondió que Estados Unidos “primero hizo provocaciones y China respondió”, y que las “acciones tomadas por el ejército chino están completamente justificadas, son legales, seguras y profesionales”. Este incidente es uno de muchos en estas aguas, donde Estados Unidos realiza lo que llama ejercicios de Libertad de Navegación (FON, por su sigla en inglés). Estas acciones de FON están legitimadas por el Artículo 87(1)(a) de la Convención de las Naciones Unidas sobre las Leyes del Mar de 1982. China es signataria de la Convención, pero Estados Unidos se ha negado a ratificarla. Los buques de guerra estadounidenses utilizan el argumento FON sin derechos legales ni autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El Programa de Libertad de Navegación de EEUU se estableció en 1979, antes de la Convención y al margen de ella.
Horas después de este encuentro en el Mar de China Meridional, el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, habló en el Diálogo de Shangri- La en Singapur. El Diálogo de Shangri-La, que se lleva a cabo anualmente en el Hotel Shangri-La desde 2002, reúne a jefes militares de toda Asia con invitados de países como Estados Unidos. En una rueda de prensa, se le preguntó a Austin sobre el incidente reciente. Hizo un llamado al gobierno chino para que “reine en ese tipo de conducta porque creo que pueden ocurrir accidentes que podrían hacer que las cosas se salgan de control”. El hecho de que el incidente se produjera debido a que un ejercicio militar estadounidense y canadiense se llevó a cabo junto a aguas territoriales chinas no suscitó ningún comentario por parte de Austin. Hizo hincapié en el papel de Estados Unidos para garantizar que cualquier país pueda “navegar los mares y volar los cielos en el espacio internacional”.
La pretensión de inocencia de Austin fue cuestionada por su homólogo chino, el ministro de Defensa Li Shangfu. “¿Por qué ocurrieron todos estos incidentes en áreas cercanas a China”, preguntó Li, “no en áreas cercanas a otros países?” “La mejor manera de evitar que esto suceda es que los buques y aeronaves militares no se acerquen a nuestras aguas y espacio aéreo… Tengan cuidado con sus propias aguas territoriales y espacio aéreo, entonces no habrá ningún problema”. Li cuestionó la idea de que la Marina y la Fuerza Aérea de EEUU simplemente estén realizando ejercicios FON. “No están aquí para un paso inocente”, dijo. “Están aquí por provocación”.
Cuando Austin no estaba hablando con la prensa, estaba ocupado en Singapur fortaleciendo las alianzas militares estadounidenses cuyo propósito es estrechar la red alrededor de China. Sostuvo dos reuniones importantes, la primera una reunión trilateral EEUU-Japón-Australia y la segunda una reunión que incluyó a su contraparte de Filipinas. Después de la reunión trilateral, los ministros emitieron una declaración tajante que utilizó palabras («desestabilizadoras» y «coercitivas») que elevaron la temperatura contra China. Con la participación de Filipinas en este diálogo, Estados Unidos incitó a una nueva cooperación militar entre Canberra, Manila y Tokio. Esto se basa en el acuerdo militar Japón-Filipinas firmado en Tokio en febrero de 2023, en el que Japón promete fondos a Filipinas y este último permite que el ejército japonés realice ejercicios en sus islas y aguas.
En el transcurso de las últimas dos décadas, Estados Unidos ha construido una serie de alianzas militares contra China. La primera de estas alianzas es el Quad, establecido en 2008 y luego revivido después de un interés renovado de India, en noviembre de 2017. Las cuatro potencias en el Quad son Australia, India, Japón y Estados Unidos. En 2018, el ejército de los Estados Unidos cambió el nombre de su Comando del Pacífico (establecido en 1947) a Comando del Indo-Pacífico y desarrolló una Estrategia del Indo-Pacífico, cuyo enfoque principal estaba en China. Una de las razones para cambiar el nombre del proceso fue atraer a India a la estructura que está construyendo Estados Unidos, enfatizando las tensiones entre India y China en torno a la Línea de Control Actual. El documento muestra cómo Estados Unidos ha intentado inflamar todos los conflictos en la región, algunos pequeños, otros grandes—y se presentó como el defensor de todas las potencias asiáticas contra la “intimidación de los vecinos”. Encontrar soluciones a estos desacuerdos no está en la agenda. El énfasis de la Estrategia del Indo-Pacífico es que EEUU obligue a China a subordinarse a una nueva alianza global en su contra.
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Durante la rueda de prensa en Singapur, Austin sugirió que el gobierno chino “también debería estar interesado en la libertad de navegación porque sin eso, quiero decir, los afectaría”. China es una gran potencia comercial, dijo, y “si no hay leyes, si no hay reglas, las cosas también se derrumbarán muy rápido”.
El ministro de Defensa de China, Li, fue muy claro en que su gobierno estaba abierto al diálogo con Estados Unidos, y también se mostró preocupado por la “ruptura” de las comunicaciones entre las principales potencias. Sin embargo, Li planteó una condición previa importante para el diálogo. “El respeto mutuo”, dijo, “debería ser la base de nuestras comunicaciones”. Hasta el momento, hay poca evidencia —menos en Singapur a pesar de la actitud jovial de Austin— de respeto por parte de Estados Unidos a la soberanía de China. El lenguaje de Washington se vuelve cada vez más acre, incluso cuando pretende ser dulce.
(*) Vijay Prashad es historiador y periodista