Interventor y empleados de Fassil acuerdan pago hasta octubre y comisión de ‘control social’
Araoz destacó que los saldos de la liquidación se pagarán en cuatro cuotas iguales y concluirán hasta octubre. Asimismo, sobre los empleados inamovibles, señaló que hay el compromiso de vincularlos con otras empresas.
El interventor Luis Araoz, en conferencia de prensa este sábado. Foto. Captura de RRSS
Salió humo blanco de la reunión entre el interventor Luis Araoz y los trabajadores del Banco Fassil. Se acordó el pago de lo adeudado en cuatro cuotas hasta octubre. Y la conformación de una comisión de «control social» que seguirá el proceso de monetización de activos.
Así avanza el proceso de liquidación en cuanto a la cancelación de salarios y el retroactivo del incremento salarial. En una conferencia, Araoz destacó el convenio con los trabajadores de la entidad cuyos exejecutivos son investigados por delitos financieros, por el Ministerio Público.
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Araoz destacó que los saldos de la liquidación se pagarán en cuatro cuotas iguales y concluirán hasta octubre. Asimismo, sobre los empleados inamovibles, señaló que hay el compromiso de vincularlos con otras empresas. “Lo vamos a lograr seguro con la solidaridad de éstas”.
Octubre
Añadió que se hará todos los esfuerzos para que no queden sin fuente de ingresos. “Vamos a tratar de vincularlos a otras empresas tras su desvinculación, para que tengan la estabilidad mínima en ingresos”, remarcó el interventor que asumió tras la muerte de Carlos Colodro.
Otro punto que destacó y que muestra la “buena relación” con los trabajadores, es que ellos conformarán una comisión que acompañará todo el trabajo destinado a la monetización de activos, precisamente para la cancelación de las deudas de la institución intervenida.
“Esa comisión va a tener acceso a la información y a todas las gestiones para vender bienes inmuebles, principalmente en Santa Cruz. Es una forma imaginativa de pensar en una suerte de control social, que me parece correcto, y a mí particularmente me da mayor seguridad porque además de la fiscalización regular, los trabajadores van a controlar las decisiones que pueda tomar”.
Con esto se levantan las medidas de presión que realizaban los empleados de Fassil, que habían anunciado que se radicalizarían desde la siguiente semana.