Mientras continua el debate sobre si hay crisis o no en el país, más de 30 líderes cruceños se reunieron la pasada semana y en uno de los puntos de su manifiesto afirman que el país vive una ‘recesión económica’.
“Enfrentar en unidad la recesión económica y las amenazas sociales emergentes”, dice uno de los puntos de la declaración de la reunión de líderes en la que participaron políticos, cívicos, académicos y empresarios.
En los últimos meses, y sobre la base de que faltan dólares, la caída de las exportaciones y de las reservas, y las eventuales colas en los surtidores de gasolina, hay opinadores y algunos sectores que consideran que el país vive una crisis económica.
Al frente, esta el Gobierno y otros sectores sociales que rechazan esta posibilidad, argumental la estabilidad de precios, el crecimiento de la economía. Así como el control de la inflación, el fortalecimiento del mercado interno, entre otros, para asegurar que en Bolivia no hay crisis económica.
Sin embargo, pese a que este debate aún no esta superado, los líderes cruceños ahora hablan de recesión. Que es mucho más grave que una crisis. Recesión significa una economía que decrece, o por lo menos está estancada, y con otros problemas como alta inflación, escases de productos y más.
Además, en este mismo punto, los líderes cruceños advierten sobre la posibilidad de conflictos sociales, a los cuales quieren enfrentar en unidad.
Distintos sectores de los empresarios se reunieron con el Gobierno en las últimas semanas y definieron una agenda de trabajo que poco a poco se cumple. El objetivo es devolverle al país una normal circulación de dólares y apuntalar un mayor crecimiento de la economía.
Al primer trimestre de 2024 el crecimiento de la economía registró un moderado índice positivo de 1,3%, producto del bajo desempeño del sector externo, donde destacan los sectores de la soya y el gas, con drásticas caídas del -34% y -13%, respectivamente.
El director del INE, Humberto Arandia, explicó que en el caso de la soya la caída tiene que ver con un retraso en la cosecha, producto del cambio climático, pero también con una disminución en la producción, lo que tuvo un fuerte impacto en las exportaciones y ahora también, así se puede ver, en el crecimiento de la economía nacional.
En el caso del sector hidrocarburos y gas, dijo Arandia este domingo en BTv, la caída tiene que ver directamente con el descuido y la mala administración de este sector durante los últimos gobiernos.
El nivel de crecimiento de este primer trimestre es el más bajo de los últimos cuatro años, en el primer trimestre de 2023, el INE reportó un crecimiento de 2,39%; un año antes (2022) la cifra alcanzó a 4,75% en el mismo periodo. Mientras que, en 2021, la cifra apenas llegó a -0,61% y en el primer trimestre de 2020, a poco de iniciar la pandemia del COVID-19, fue de 0,2%
“Bolivia se encuentra sujeta a un contexto económico de carácter global, no es una isla”, dijo Arandia en BTv a tiempo de explicar que también hay factores externos que afectan al país y hace que su nivel de crecimiento baje. Por ejemplo, la inflación y la caída en la demanda de los productos que el país exporta.
Entre los efectos internos también destacó el ‘bloqueo político’ que sufren en este momento más $us 1.000 millones en la Asamblea Legislativa Plurinacional, con créditos que, en varios casos, están estancados por más de un año.
De todas maneras, Arandia explicó que la soya está en proceso de recuperación los mismo que las exportaciones, pues la balanza comercial en los últimos meses dejó saldos positivos.
Aunque es difícil hablar de plazos, por las experiencias ajenas se puede ver y entender que el proceso de inflación por el que pasa el país no será de corta duración. La gran mayoría de los países vecinos pasaron por esta situación y tardaron entre dos a tres años en superar ese mal momento.
Según el último informe sobre perspectivas de crecimiento del Banco Mundial, los países de América Latina están superando el proceso inflacionario.
“El buen manejo de la inflación ha sido un punto positivo en la región”, dice un reporte del BM, y es reflejo de varias reformas aplicadas. La inflación regional, excluyendo Argentina y Venezuela, se sitúa en el 3,5%, un índice aceptable y en descenso. Sin embargo, la situación de Bolivia es diferente.
Mientras los otros países vecinos luchaban contra la inflación, Bolivia se sostenía firme e incluso llegó a registrar los índices más bajos del mundo en este campo, pero la presión de la inflación en los países vecinos y los problemas que tiene con la falta de dólares y la importación de carburantes rompieron su fortaleza.
En los últimos meses, mientras la inflación de los otros países de la región baja, en Bolivia comenzó a subir, de hecho, ya superó las metas programadas para este año. A julio el registro es del 3% y la proyección anual es de 4%, un punto por encima de la meta planteada por el Gobierno que era 3%. El gobierno, a través del viceministro de defensa del consumidor, Jorge Silva, explicó que en este momento se puede advertir tres tipos de productos en el mercado cuyos precios están subiendo: El primero tiene que ver con los productos importados, que ya vienen con aumento desde sus países de origen y que, obviamente, en Bolivia ahora cuestan más. Estos ya no bajarán de precio.
En segundo lugar están los productos que suben y bajan de precio dependiendo de la fecha y de la oferta. Por ejemplo, las verduras y hortalizas, ya pasó con la papa, luego con la cebolla y últimamente con el tomate. Pero luego bajan incluso a niveles menores al promedio. Y el tercer grupo de productos tiene que ver con la especulación, es decir, con artículos de la canasta familiar que, sin tener ninguna causa de fondo, suben de precio por el simple capricho de un intermediario o de un vendedor. En este momento eso está pasando con el arroz y la harina. Aquí algunos medios de comunicación también juegan un rol vital para el aumento de la especulación.
Ahora un par de preguntas están circulando entre los ciudadanos bolivianos. ¿Cuándo el país podrá alcanzar un nivel estable de precios y hasta cuánto pueden llegar a subir algunos productos?
“En la mayoría de los países, las expectativas inflacionarias siguen ancladas”, señala el BM y asegura que los objetivos se pueden alcanzar en este 2024. En el caso de Bolivia, este proceso inflacionario también podría terminar este año, pero mucho depende de poner en practica los acuerdos que se están firmando con los empresarios y de otras políticas que se asuman. El Gobierno, desde el ministerio de Planificación, asegura que este año volverá la estabilidad de precios.
“Sin embargo, para capitalizar este progreso y reavivar las economías, la región debe abordar desafíos de larga data, como reformas en infraestructura, educación, productividad y comercio son fundamentales”, señala el BM.
CRECIMIENTO
Luego, el gran desafío para los países de la región será reactivar el crecimiento. Para este 2024, el Banco Mundial prevé que el PIB de América Latina crecerá en 1,6%. Y se espera un crecimiento de 2,7 y 2,6 para 2025 y 2026, respectivamente. En el caso de Bolivia la proyección esta por debajo del promedio, con 1,4%.
“Estas son las tasas más bajas en comparación con todas las demás regiones del mundo e insuficientes para impulsar la prosperidad. Muchos hogares se encuentran bajo presión debido a que las transferencias sociales están disminuyendo y los salarios aún no se han recuperado a los niveles de prepandemia”, señala el reporte del BM. Esta misma entidad establece que América Latina y el Caribe viven “una coyuntura crítica”. Si bien en las últimas décadas se lograron avances significativos en la estabilización económica, el crecimiento se estancó, lo que socava el desarrollo y bienestar de la gente. En este sentido, el BM plantea medidas urgentes para revertir este rumbo en su informe “Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?”.
Están pasando las presiones sobre la inflación y será hora de ponerse a pensar en cómo encarar mejores niveles de crecimiento. En el caso de Bolivia, el Gobierno insiste en el plan de industrialización con sustitución de importaciones, que aún no entrega resultados concretos, mientras su sector privado y productivo pide el uso de la biotecnología, la liberación de exportaciones, importación libre de hidrocarburos, entre otros, para superar los niveles de crecimiento. El Gobierno insiste en que el crecimiento de este asño pasará del 3%.
“El bajo nivel de crecimiento, de manera sostenida, no es sólo una estadística económica, sino una barrera para el desarrollo. Se traduce en servicios públicos reducidos, menos oportunidades de empleo, salarios deprimidos y mayor pobreza y desigualdad. Cuando las economías se estancan, el potencial de su gente se ve limitado”. En este contexto, el llamado del BM es a romper este ciclo.
La entidad recuerda que “un escenario global adverso, marcado por tensiones geopolíticas, interrupciones en el transporte a través del Canal de Suez y el fenómeno de El Niño, podría perjudicar aún más las perspectivas regionales” de crecimiento.
COMPETENCIA
Por eso, el BM recomienda fomentar la competencia, porque es fundamental para reactivar la economía y recuperar la confianza de los inversores. “Cuando la competencia se sustenta en políticas, instituciones y marcos sólidos, se alienta a las empresas a innovar, ser más eficientes y ofrecer avances tecnológicos”. “Los precios más bajos y la variedad de opciones benefician a los consumidores. Este es un asunto urgente. La región tiene bajos niveles de competencia, lo que socava la innovación y la productividad. Los consumidores también se ven perjudicados al enfrentar costos más altos que el resto del mundo”, señala la entidad.
Cada minuto hay más de 2.200 ciberataques en América Latina; en Bolivia, al menos seis
Dos informes señalan que países pequeños como Bolivia sufren en promedio al menos seis ataques por minuto, los grandes como Brasil y México, más de 300.
Mientras la tecnología avanza a grandes pasos, los riesgos y la delincuencia también crecen de forma alarmante, y la evidencia son los 2.274 ciberataques que sufre América Latina cada minuto, que tienen como víctimas favoritas a empresas y bancos.
Cada día se registran 3.277.414 ciberataques en América Latina, unos 2.274 por minuto, 37,9 por segundo, según datos publicados por Kaspersky. La cifra va en aumento, pues para 2021 se tenía un registro de nueve ataques por segundo, ahora ya van 37,9.
Otro informe sobre el tema, señala que más del 90% de los ciberataques por minuto (más de 2.000), se producen en países grandes, como México y Brasil, y menos del 10% (200) en países pequeños, como Bolivia. Es decir, hay más de 300 ataques por minuto en promedio en países grandes y al menos seis en países pequeños, en promedio. Según Kaspersky, Brasil presentó en los últimos 12 meses 1.515 ataques por minuto, México reportó 275 ataques, Colombia, 117, Perú, 107; Argentina, 33 y Chile, 27 y asi va bajando según los países.
Es bueno apuntar que según el Mapa de Amenazas Cibernéticas de Kaspersky, que ofrece datos en tiempo real, un país puede presentar cero datos en un momento y al instante esta cifra puede subir a decenas de casos, es decir los datos varían todo el tiempo.
Igualmente, es bueno señalar que en Bolivia y en otros países de la región no hay centros de monitoreo ni registros oficiales, tampoco hay una obligación para que las empresas denuncien los ataques que puedan recibir.
Por eso, el fin de este artículo no es precisar en los datos, sino más bien alertar sobre la gravedad del tema para que las empresas asuman acciones oportunas.
Los datos logrados muestran que América Latina se está convirtiendo en un objetivo cada vez más atractivo para los ciberdelincuentes, señala un análisis del Índice Global de Ciberseguridad (GCI, por sus siglas en inglés) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
De hecho, esta semana, los estados miembros de la ONU aprobaron el primer tratado para luchar contra la cibercriminalidad. Luego de tres años de negociaciones y una última ronda de dos semanas, la «Convención de Naciones Unidas contra la cibercriminalidad» fue adoptada por consenso y deberá pasar la Asamblea General, informó AFP.
Este nuevo tratado, que podrá entrar en vigor una vez ratificado por los países miembros, tiene como objetivo “combatir más eficazmente la cibercriminalidad” y reforzar la cooperación internacional contra los ciberataques.
Los expertos explican que una de las principales causas para que la región sea una de las más vulnerables a los ciberataques es el acelerado y desordenado crecimiento de la tecnología en distintas áreas e industrias. Otro punto clave es el descuido de su seguridad. Muchas empresas, incluidas las del sistema financiero, se preocuparon más de tener los últimos sistemas y plataformas de servicios para sus clientes, pero se olvidaron de incluir medidas de seguridad, algunas no tienen lo más básico que es un sistema antivirus.
Peor todavía, hay empresas e industrias que no consignan para su trabajo un sistema de seguridad nuevo y actualizado, lo que las expone mucho más frente a las habilidades y la audacia de los delincuentes cibernéticos. Es decir, son potenciales víctimas.
La GCI, que mide el compromiso con la ciberseguridad de 194 países a nivel mundial, explica que un ciberataque es una acción dirigida a dañar cualquier sistema o red y están enfocados en las empresas. Son intentos de hackeo con la intención de dañar, robar o manipular datos de un negocio. Sin embargo, las motivaciones pueden ser diversas, incluso algunos se hacen al azar y otros hasta por diversión de alguna gente.
Son actividades típicas de personas o grupos con conocimientos informáticos, pero dedicados al crimen. Suelen ser capaces de acceder a los sistemas más internos y por las vías que tengan disponible, se explica también Gestión Emprendedores.
Por eso, es importante que las industrias implementen soluciones ofrecidas por empresas con amplia experiencia en seguridad digital y, si bien demandan importantes inversiones, son la seguridad frente a millonarias pérdidas que pueden tener en caso de sufrir un ciberataque.
En la actualidad, según Kaspersky y Gestión Emprendedores, hay por lo menos siete tipos de ciberataques que están causando temor entre las grandes empresas y las entidades financieras (infografía) entre las que destacan el ‘Ransomware’ y el ‘Phishing’, que son un ‘software malicioso’ que tiene como objetivo central la destrucción o robo de datos de una empresa. Estos y otro tipo de ataques pueden llegar por distintos caminos, por ejemplo, los correos electrónicos y todos los tipos de redes sociales, descargas y hasta dispositivos de almacenamientos. (infografía)
Frente a este panorama, los expertos llaman a las empresas a asumir acciones oportunas.
Los ciberataques y sus características
Todos estamos en peligro frente a los ciberataques, pero especialmente las grandes empresas y las entidades financieras. A la fecha hay al menos detectados siete tipos de ciberataques. Con ayuda de Gestión Emprendedores le decimos cuáles son y cómo defenderse.
¿QUÉ SON LOS CIBERATAQUES? De forma general, un ciberataque es una acción para dañar cualquier sistema o red. Se conoce como hackeo que tiene la intención de dañar, robar o manipular datos de un negocio y todos sus integrantes.
Son actividades típicas de personas o grupos con conocimientos informáticos, pero dedicados al crimen. Suelen ser capaces de acceder a los sistemas más internos y por las vías que tengan disponible.
¿QUÉ TIPOS DE CIBERATAQUES EXISTEN? No existe un solo hackeo, hay muchas formas de intentar estas acciones, en este momento al menos siete son las más conocidas.
‘Ransomware’. Es un software malicioso que entra en las redes mediante suplantación de identidad e ingeniería social. Al lograr acceder, daña archivos, descifra datos y extorsiona a la empresa para que los puedan recuperar sus documentos. Sin embargo, muchas veces finaliza en una gran pérdida de información y estancamiento de las operaciones.
‘Phishing’. Consiste en suplantar la identidad para que empleados puedan relevar información valiosa y acceder a los sistemas. Su modus operandi consiste en enviar correos electrónicos aparentando ser de una fuente confiable, como bancos o grandes organizaciones. Quienes caen en la trampa, suelen dar información sensible, acceso a cuentas y registros importantes.
Fraude de mandato. Es un tipo de acción maliciosa que consiste en hacerse pasar por un ejecutivo importante o de alto nivel en la organización. Estos delincuentes encubiertos envían correos electrónicos a los empleados de departamentos como finanzas para que les transfieran dinero o le den accesos privilegiados.
Ataques de Denegación de Servicio (DDoS, por sus siglas en inglés). Este funciona sin el contacto directo con la persona, ya que tratan de colapsar los servidores de una empresa con algún virus o tráfico dañino, lo que conlleva que los usuarios reales, empleados y clientes, no puedan acceder.
Aquí se emplean los famosos bots que envían miles de solicitudes para sobrecargar cualquier sistema.
‘Malware’. Es un software malicioso que entra en los sistemas después de un consentimiento, es decir, cuando el usuario acepta algo, descarga o permite que se generen acciones en su cuenta. Es tan común que no solo se ejecuta para negocios, sino para acceder a correos electrónicos, computadores y dispositivos de personas comunes. Una vez dentro, logran espiar y conocer datos para extorsionar.
‘Spyware’. Es más complejo de detectar y consiste en un malware que espía a los usuarios para recopilar datos sin que esté se dé cuenta o haya hecho una acción directa para permitir el acceso. Cuando el delincuente logra tener información crucial de la empresa, la venden a otros interesados. Además, se emplea en sistemas pequeños y contra grandes bases de datos.
Ataque de inyección de SQL. Se trata de una técnica que suele atacar páginas web que requieren de bases de datos para operar.
El delincuente envía comandos dañinos mediante las consultas SQL para entrar y manipular el sistema. Una vez que lo logran, llegan a descifrar información, manipular o eliminar lo que quieran.
¿POR QUÉ VÍAS ACCEDEN LOS CIBERATAQUES? Las vías más frecuentes para lograr un ataque informático son las siguientes:
Correo electrónico: Es de las vías más populares y blanco fácil para muchos delincuentes experimentados. Desde allí logran acceder a otras cuentas y ver información confidencial.
Descargas de software: Suele suceder en portales poco confiables y que ofrecen software gratuito. Aunque no todos lo traen, muchos pueden contener archivos dañinos para entrar al sistema.
Dispositivos de almacenamiento externo: No solo se pasan desde la propia red o sistema, sino que pueden estar guardados en dispositivos como USB o discos duros. Si un empleado lleva alguno de estos artículos infectados y los conecta en la empresa, el virus entrará.
Redes sociales: También se utilizan redes sociales para enviar enlaces maliciosos y creando estrategias de publicaciones que parecen confiables.
Dispositivos móviles: Se incluyen los smartphones, tablets o cualquier dispositivo que pueda tener aplicaciones, recibir y enviar archivos.
¿CÓMO PROTEGERSE DE LOS DIFERENTES TIPOS DE CIBERATAQUES? Hay estrategias importantes para cuidar los diferentes tipos de hackeos, tanto en una empresa como en datos personales. Estas son las más importantes.
Auditorías: Sirven para verificar la seguridad y conocer qué vías son vulnerables.
Capacitaciones: El personal debe conocer qué riesgos se corren al realizar ciertas acciones, e incluso mostrarle todos los tipos de ciberataques que existen.
Actualizaciones de software de seguridad: No se puede permitir tener vencidas las licencias de los antivirus.
Contraseñas seguras: Se debe utilizar claves que sean difíciles de descifrar y cambiarlas con frecuencia.
Emplear los cortafuegos: Estos ayudan a que no entren acciones mal intencionadas como el colapso de servidores.
Accesos limitados: Se debe permitir solo el acceso a empleados y roles muy fundamentales.
Copias de seguridad: Deben ser frecuentes para tener respaldo de los datos importantes.
¿QUÉ CONSECUENCIAS DEJA UN CIBERATAQUE? Ninguna empresa, por grande o pequeña que sea, se puede permitir un tipo de hackeo en sus sistemas. Las consecuencias podrían ser muy grandes y se relaciona con pérdida de información valiosa y recursos económicos.
Si no se emplean las técnicas de seguridad apropiadas, la empresa puede ser víctima de lo siguiente:
Pérdida de datos valiosos
Extorsión para no vender los datos encontrados
Pérdida de dinero
Pérdida de clientes
Estancamiento de las operaciones
Divulgación de datos que pueden beneficiar a la competencia más directa
Además, la reparación de los daños requiere un costo muy alto.
El ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, informó este domingo que 31 de los 34 proyectos aprobados por la actual Asamblea Legislativa Plurinacional con financiamiento externo están en ejecución y tres están en los trámites respectivos.
“La ejecución avanza de manera importante, 31 créditos ya están en aplicación y tres están en trámites previstos”, dijo Cusicanqui en Btv.
De esta manera respondió a las críticas y observaciones de asambleístas, quienes cuestionan que el Gobierno exija más créditos cuando los que están aprobados no avanzan.
Cusicanqui afirmó que eso no es cierto, y explicó que la actual Asamblea aprobó 34 leyes por $us 3.898 millones. De los cuales, $us 1.737 millones ya se desembolsaron. Es decir, cerca al 45%. “Los proyectos se van desembolsando poco a poco”, señaló.
Entrando en detalle dijo que 16 de los proyectos ya fueron contratados y están en ejecución, otros cuatro están en actualización y 11 en proceso de licitación.
También defendió el proceso de industrialización, como la medida estructural para solucionar los problemas de fondo de la economía nacional.
“La industrialización es la solución estructural para el país”, dijo y explicó que ya está en puertas el funcionamiento del Mutún, entre otras plantas. Que ayudarán en el ingreso de recursos y divisas, así como la generación de empleo.
Destacó que el beneficio más importante tanto de la inversión pública como la industrialización será el que llegue a la población, con obras como caminos, puentes y una mayor producción.
Insistió en que la “temprana electoralización” del país, planificada para dañar al Gobierno central, terminó afectando la economía nacional. También los bolsillos de los mismos bolivianos.
Con el propósito de apoyar el bienestar y la nutrición de los niños que forman parte del programa “Pan Manitos”, Nestlé en colaboración y el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto entregaron 4.800 unidades de leche Nido 3+ a la red de centros infantiles ‘Pan Manitos’.
“Nestlé®, fabricante de Nido®, está extendiendo su brazo solidario con los niños en El Alto. Gracias a una alianza con el Gobierno Municipal de El Alto, la empresa líder de alimentos donará a toda la red de centros infantiles del programa ‘Pan Manitos’ alrededor de 400 cajas de Nido® 3+ Pre-Escolar® que equivalen a 4.800 unidades de 800 gramos cada una”, señala una nota institucional.
Rodrigo Cossío, gerente Comercial de Nestlé® Nutrition Bolivia, dijo que el propósito de esta donación es fortalecer los lazos de amistad con la comunidad promoviendo una nutrición adecuada y balanceada. Que ayuden a los cientos de niños, niñas y adolescentes que forman parte de las guarderías municipales a mejorar su calidad de vida. Y, así, contribuir a un futuro más prometedor para todos.
“Nestlé®, a través de un acercamiento con el Gobierno Municipal de El Alto, está apoyando a los niños de este municipio con un alimento lácteo. Que aporta una adecuada combinación de vitaminas, minerales. Así como probióticos y proteínas de alta calidad que ayudan al crecimiento y desarrollo de los niños, y apoyan sus defensas a partir de los dos años”, expresó.
Cristhian Chipana, director de Niñez, Género y Atención Social del Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, agradeció a Nestlé®. Por contribuir a la nutrición y alimentación de las más de 30 guarderías municipales.