KIOSKO y Pro Helvetia: creando alianzas artístico-culturales
Imagen: Kiosko
Piezas de la muestra de fotografía de Wara Vargas.
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El programa de residencias de este espacio se inició en 2007 y ha reunido artistas de más de 20 nacionalidades
KIOSKO Galería es un espacio de arte contemporáneo independiente creado en el 2006 y gestionado por artistas en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. KIOSKO desempeña un papel crucial en el fomento y la promoción del arte contemporáneo en la región, así como en el intercambio cultural a nivel local e internacional a través de su programa de residencia para artistas, sus salas de exhibición, biblioteca especializada y proyectos externos.
El espacio nace con la visión de impulsar un sitio de exhibición alternativo y dinámico, tanto para artistas emergentes como establecidos, ofreciendo un ambiente propicio para la experimentación, la reflexión y la colaboración creativa. A lo largo de los años, KIOSKO se ha convertido en un punto de encuentro para la comunidad artística de la ciudad y más allá, sirviendo como plataforma para la creación de obras de arte innovadoras y provocativas.
KIOSKO inició el programa de residencias internacionales de arte contemporáneo en mayo de 2007, con el objetivo de construir un espacio de encuentro en Bolivia y ofrecer oportunidades de intercambio para artistas nacionales e internacionales; siendo una de las primeras residencias en el país en entender la importancia de los diálogos internacionales y la realidad de los flujos culturales globales. Hasta la fecha, el programa ha reunido artistas de más de 20 nacionalidades que, a través de sus diversas prácticas artísticas, han logrado conectar culturas, conocimientos y talentos.
Las residencias para artistas han sido desde el principio, no solo una gran oportunidad para movilizar la cultura a través de la diversidad de creadores que fluyen en las mismas, sino que han permitido darle visibilidad a un amplio conjunto de artistas en Bolivia que no se desplazan en el mercado y que por diversas razones, especialmente por el conservadurismo de la institución del Estado, no encuentran la manera de promover sus prácticas tanto dentro como fuera del país.
La relación entre KIOSKO y Pro Helvetia nace en 2021, cuando la Fundación Suiza para la Cultura abre sus oficinas de enlace en Sudamérica y lanza la convocatoria “To-gather”, enfocada en apoyar la reflexión crítica sobre los efectos del COVID-19 y en la creación de nuevas estructuras y metodologías para colaborar internacionalmente. De este llamado surge Arte y cambio social: Tierras, periferias y paradigmas, un proyecto de residencia enfocado en movilizar artistas visuales de Bolivia y de Suiza para co-crear una ecología de prácticas desde la perspectiva de las regiones sin litoral, abordando sus vulnerabilidades y posibles futuros.
Durante la residencia en KIOSKO, los 12 artistas participantes generan diálogo, reflexiones y relaciones no solo a través de sus prácticas artísticas sino también a través de las diferencias culturales. Gracias a encuentros en formato de charlas, talleres y exposiciones el proyecto ha facilitado la creación de redes y la construcción de puentes creativos entre dos contextos culturales ampliamente diversos.
Artistas seleccionados: Thomas Moor (Suiza), María Edith Pereira (Bolivia), Hugo Hemmi (Suiza), Wara Vargas (Bolivia), Marion Tampon-Lajarriette (Suiza), Rebeca Paz (Bolivia), Sandrine Pelletier(Suiza), Yhomara Muñoz (Bolivia), Johanna Kotlaris (Suiza), Oscar Barbery (Bolivia), Paloma Ayala (México-Suiza) y Kelly Ledezma (Bolivia)
Entre las obras notables está el proyecto de Marion Tampon-Lajarriette expuesto en video instalación y cerámica, enfocado en el elemento acuático; en sus prácticas, culturas y problemáticas ecológicas.
Durante su estadía la artista desarrolló una red de colaboraciones científicas y artísticas en su recorrido por algunos cuerpos de agua afectados en Bolivia (lago Poopó, Uru Uru, y otros), evocando la pérdida y contaminación de las aguas, articulando sus obras en varias formas y medios.
El comentario sobre la colonización territorial y la destrucción del medio ambiente estaba claro en sí mismo, sin embargo, el toque final de la muestra fue haber encontrado la forma de sembrar musgo y moho, que no solamente hicieron una conexión con el ambiente y la cotidianidad de la humedad de la ciudad, sino que también desviaron la presencia de la escultura tradicional hacia un lugar vivo, oxigenado y directamente relacionado con el contexto de la ciudad.
Las cerámicas producidas por Óscar Barbery son parte de un proceso que empezó en la fotografía y que poco a poco se enfocó en la cerámica, un medio con amplia tradición que requiere mucho conocimiento técnico-formal.
Las obras más notables de su muestra relacionan la quema de las piezas en el horno de cerámica con los incendios a los que estuvo expuesta la ciudad en los últimos meses del año 2023, construyendo representaciones de la vegetación circundante y haciendo un esfuerzo en relacionar la morfología del ramaje vegetal y de las frutas comunes del entorno local para, a través de la cerámica y de sus métodos de elaboración, reflexionar sobre el calor, el fuego, la contaminación y el ecocidio, problema en el que se vinculan avasalladores, colonos, latifundistas, políticos y una amplia población civil silenciada.
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Sandrine Pelletier, artista con amplia experiencia en instalaciones y en obras con materia prima industrial, puso a prueba materiales como la madera, el vidrio y el metal, dando forma a piezas povera que emplazó en el patio de la galería. La obra construida con pantallas de vidrio de televisores en desuso consiguió un contraste que se hacía ampliamente evidente en tensión con la vegetación del patio.
El trabajo de Johanna Kotlaris se proyecta a través de la tinta sobre papel en una serie de ejercicios qué nos recuerda la monotipia desarrollada por los surrealistas del siglo XX y que se conjuga con el color azul y con flores, en este caso lirios que de una forma sutil pero importante construyen el discurso general de la muestra final.
Los ejercicios de escritura automática en tinta azul, monotipias, impresiones y ejercicios formales, se combinan tanto en la monocromía azul como en el espacio, en los cuales no solo se desplazan los olores de los lirios, sino también la preponderancia del color azul que se hace presente en todos los elementos de la muestra.
La complejidad de la poética de la obra se hace presente en el agua azul en la que están plantados los lirios y que tiñe su naturaleza blanca. La capacidad de las flores de sujetarse a la vida y de transformar su morfología en el proceso es una profunda metáfora de la vida, la naturaleza y de sus procesos de adaptación. Es sorprendente como la sensibilidad artística y la curiosidad pueden madurar en una obra tan sorprendente como la de Kotlaris.
En el caso de María Edith Pereira, su proyecto intencionalmente introspectivo se desarrolló de manera ordenada combinando espacios de experimentación formal junto con lecturas sobre sociología y psicología. A través de la cartografía fotométrica, la artista analizó su cuerpo como territorio, pensándolo como un objeto o fenómeno, explorando métodos de interpretación y análisis digital del mismo.
La colaboración entre KIOSKO y Pro Helvetia es un ejemplo destacado de intercambio cultural en el mundo del arte, generando beneficios tangibles en términos de enriquecimiento creativo, colaboración transnacional y promoción de la diversidad cultural.
Este tipo de iniciativas demuestran el poder transformador del arte como vehículo para la conexión y el entendimiento entre diferentes culturas y sociedades. El intercambio no solo fortalece los lazos culturales entre Bolivia y Suiza sino que también genera nuevas oportunidades de colaboración y crecimiento para los artistas y gestores involucrados.
La diversidad de perspectivas y enfoques artísticos aportados por ambos países ha enriquecido el diálogo artístico global y ha contribuido a la creación de una comunidad artística más interconectada y próspera.
Texto: Douglas Rodrigo Rada
Fotos: Kiosko