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Saturday 4 May 2024 | Actualizado a 09:13 AM

Bolivia busca articular sus vías de transporte

El ministro de Obras Públicas, Vladimir Sánchez, asegura que la mejora del transporte dinamizará la economía y beneficiará a la población.

/ 6 de agosto de 2013 / 04:00

Cinco aeropuertos internacionales (el de Oruro ya en operaciones); seis terminales turísticas, además de la de Uyuni que ya se encuentra en funcionamiento; 23 vías en construcción; 13 carreteras en reconstrucción. No se trata de un recuento de obras de infraestructura de transporte que desarrolla el Gobierno, son parte de la red que pretende establecer la administración central para dotar al país de un sistema articulado que permita y garantice el tránsito de personas y mercadería por el territorio nacional y se conecten con el resto del mundo.

Ése es el concepto que desarrolla el ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Vladimir Sánchez, a la hora de explicar la tarea de su despacho respecto a la construcción de terminales aéreas y carreteras asfaltadas; además adelanta que el gobierno del presidente Evo Morales inició los estudios del proyecto del Tren Interoceánico, que unirá las fronteras de Bolivia con Brasil y Perú de este a oeste.

“El Gobierno ha recibido un país que no tenía integración caminera ni aeroportuaria, un país en el que se requiere trabajar muchísimo. Muchos países vecinos cumplieron esas tareas en la década del 30 al 50, en el siglo pasado, integraron a sus países por diferentes vías. Ese trabajo no se estaba cumpliendo; por tanto, nos hemos planteado como una de las tareas importantes integrar al país con los distintos medios que hay”, expone Sánchez.

La autoridad advierte que Bolivia no sólo es un país diverso y heterogéneo desde el punto de vista social, sino también en lo geográfico. “Tenemos altiplano, cordillera, valles, amazonia y chaco, por tanto la complejidad de la comunicación también tiene que estar a la altura de esos desafíos, así es que el enfoque de la integración es integral. Por una parte se está decidiendo la vertebración del país por la vía caminera, se están haciendo inversiones muy importantes en el área de construcción de carreteras interdepartamentales e internacionales. Esa vertebración de todos los departamentos es el sueño de todos los bolivianos y el del Presidente es ir de frontera a frontera por carretera asfaltada. Eso se cumplirá dentro de muy poco tiempo”, cuenta la autoridad al señalar la meta.

Hasta 2015 se espera concluir la red fundamental. Ya se han construido caminos que permiten vincular el este con el oeste y el norte con el sur. La carretera interoceánica, que sale de Puerto Suárez y llega hasta Tambo Quemado, está en funcionamiento. Fue entregada la ruta Potosí-Tarija. Se está avanzando hacia Beni y ya se piensa en la integración de la amazonia con carreteras hacia el norte de La Paz.

Además, esas carreteras se están uniendo a rutas internacionales y con la inauguración de la carretera a Paraguay se completó la integración caminera con todos los países con los que limita Bolivia. 

Esa conexión internacional permitió identificar que la infraestructura existente ya fue rebasada, es por eso que se comenzó a trabajar los proyectos de reconstrucción y en casos como la ruta La Paz-Oruro se aplica el concepto de doble vía. Con esa mirada se está buscando la integración del país. El ministro Sánchez advierte que además se está construyendo la infraestructura para crear las condiciones para el desarrollo del país. Asegura que la construcción de carreteras y aeropuertos tiene un efecto multiplicador en la economía, porque la dinamiza y además tiene un impacto social importante pues permite llegar en mejores condiciones y mejorar la calidad de vida de la población. En esa mirada integral también se incluye mejorar la tecnología de la red ferroviaria para que atraviese el país.

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Y rasguña al Paredes o el cinismo ‘Beso a beso’

A estas alturas hay políticos —la definición más cercana para el vocal Ramiro Paredes— que hacen honor al expresidente prófugo Gonzalo Sánchez de Lozada, quien decía que sus años en la política le dejaron cuero de anta, para aguantar e incluso ignorar críticas.

/ 24 de mayo de 2015 / 04:02

Fanáticos de Sui Generis no se enfurezcan, no cambié el título de ese himno setentero, intento referirme a la última gracia del Tribuna Supremo Electoral (TSE); esta vez no hay una voz cantante sino pies bailantes, los del vocal Ramiro Paredes, quien en su defensa solo apeló a su voz para ensayar respuestas que confirman que es mejor con los pies. Salvo que asumamos la victoria irrefutable del cinismo.

Hay actitudes que son difíciles de comprender y explicaciones que aún son imposibles de entender. A estas alturas hay políticos —la definición más cercana para el vocal Ramiro Paredes— que hacen honor al expresidente prófugo Gonzalo Sánchez de Lozada, quien decía que sus años en la política le dejaron cuero de anta, para aguantar e incluso ignorar críticas.

De Ramiro Paredes se supo que 17 días antes de las subnacionales, el 12 de marzo, celebró su cumpleaños con simpatizantes del MAS. Él dice que no se dio cuenta de que era un acto político, pese a que la mayoría de los asistentes vestían de azul y negro. ¿O pensó que se trataba de hinchas del Inter de Milán? A la hora del cambio de parejas no recordó que es vocal del TSE. Poéticamente, él dice que vio seres humanos. Es como si un miembro de la prestigiosa dinastía Ortubé hubiera celebrado su cumpleaños, horas antes de un clásico, con la Ultra Sur o la Vieja Escuela.

Cabe preguntar qué hubiera ocurrido si los colores eran otros. Ramiro Paredes no solo habría sido defenestrado de su cargo sino que algún ministro habría salido a la palestra a revelar alguna enfermedad o magnificar algún pecadillo del pasado del bailarín.

A manera de crítica, una altísima autoridad del Órgano Legislativo decía: “La esposa del intendente no solo tiene que ser la esposa del intendente, sino que tiene que parecer la esposa del intendente”, sin duda una cita criolla de Plutarco —el historiador y filósofo griego que reflexionó sobre la moral—, quien escribió: Mulier Caesaris non fit suspecta etiam suspicione vacare debet (La mujer del César no solo ha de ser honrada sino parecerlo).

A Ramiro Paredes no se lo contrató por ser humano, sino para que haga de árbitro imparcial. Total, para él no fue ni un rasguño y seguramente seguirá contoneándose Beso a beso con cualquier ser humano, sea éste del MAS o del Inter de Milán.

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Curiosidades científicas y policiales sobre el asma

En el caso de la cadete Poma, ¿no hay gabinetes médicos y los exámenes médicos no son requisitos para la inscripción? ¿No es la Anapol la responsable de los cadetes que ahí se deberían formar, más aún cuando el régimen de estudios es cerrado?

/ 12 de enero de 2014 / 04:02

Como si se tratara de una entrega adelantada de un periodiquito de Alasita, la fiscal Lizet Zarco informa que una pericia de patología determinó que la cadete Cinthia Poma falleció con asma y que aguarda dos informes para cerrar el caso. ¿Y dónde quedan las responsabilidades? ¿Y las funciones del Ministerio Público?

El parágrafo 1 del Artículo 225 de la Constitución señala que “el Ministerio Público defenderá la legalidad y los intereses generales de la sociedad, y ejercerá la acción penal pública”. El artículo 2 de la ley orgánica de esa institución define en su naturaleza jurídica: “El Ministerio Público es una institución constitucional, que representa a la sociedad ante los órganos jurisdiccionales para velar por el respeto de los derechos y las garantías constitucionales”. Esas instrucciones no son de Alasita y deben ser cumplidas por los fiscales.

Se ha vuelto parte de la agenda noticiosa que la FELCC recoja cuerpos sin vida en los institutos de formación militar y policial o que conscriptos y cadetes pierdan la vida. En el caso de la cadete Poma, ¿no hay gabinetes médicos y los exámenes médicos no son requisitos para la inscripción? ¿No es la Anapol la responsable de los cadetes que ahí se deberían formar, más aún cuando el régimen de estudios es cerrado?

Según la fiscal, la enfermedad de la occisa justifica su muerte, sin embargo, el primo de la cadete Poma, Remberto Gutiérrez, manifestó el 19 de noviembre, tras la autopsia, sus sospechas de que Cinthia fue torturada porque en ese acto legal observó que “el médico verificó que existían moretones en la parte superior del glúteo derecho y que dentro de la garganta se verificó la existencia de sangre coagulada, al igual que en su abdomen”. Basta acudir a internet para enterarse de que el asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio por lo que los efectos sobre el resto del cuerpo son virtualmente inexistentes.

Más que aclarar, la fiscal parece ocultar. O se trata de casos extremos de asma que provocan lesiones físicas hasta la muerte. Es como si a un enfermo de cáncer lo atropelle un conductor irresponsable y se concluya que la muerte se debe al cáncer y no a las lesiones que ocasionaron el accidente. De lo que se trata es de saber quién conducía el vehículo.

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Kempo: El camino de la mano sabia

Ángel Ocampo creó la modalidad Te Sat Tao, una versión boliviana de este arte marcial derivado del kung fu.

/ 12 de enero de 2014 / 04:00

Hay personas que aseguran que una película cambió su vida, una de esas es Ángel Ocampo, quien vio al menos 13 veces Operación Dragón. Este argentino sesentón que echó raíces en La Paz logró desarrollar una modalidad del kempo y alcanzó el reconocimiento del Te Sat Tao como una versión boliviana del gran tronco que es el kung fu.

Ángel era un despreocupado joven que vivía en Buenos Aires, amante del rock, tenía una banda, luego del servicio militar se casó con una italiana. Un periodo de casi desnutrición le obligó a fortalecer su cuerpo no solo con alimentos sino físicamente, es así que se acercó al kempo. Él buscaba algo más que el mero ejercicio.

En su dojo instalado en el barrio de Los Pinos, al sur de La Paz, el maestro del kempo cuenta que en esos inicios trabajaba en una construcción “gigantesca” y que uno de sus compañeros le pidió que por favor le ayude a lijar una puerta. “El motivo por el que él no podía hacerlo era que estudiaba medicina y el lijado le arruinaría los dedos y el pulso. Me dijo: ‘Creo que eres el único que puede entender porque el resto son unas bestias’. Claro, en una construcción, qué esperaba”, recuerda.

En agradecimiento, el compañero de trabajo invitó a Ángel al cine. La película que vieron… Operación Dragón, con Bruce Lee. “Me impactó tanto que fui 12 veces más, hasta que dejaron de pasarla. Iba a verla todos los días porque no podía creer la energía que recibía de Bruce Lee. Entonces decidí que ése era el ejercicio que necesitaba, pero en esa época en Buenos Aires no había muchos lugares para practicar y si había era para gente con plata y pensé que nunca lo haría”, cuenta.

Después de la muerte de Bruce Lee, en junio de 1973, las artes marciales se expandieron por todo el mundo y se hicieron accesibles. Pero antes de desembarcar en el kempo, Ángel practicó judo y hap kido, una disciplina coreana. Hasta que el hermano de un amigo lo metió en la ruta de la disciplina de la que hoy es maestro.

“Cuando lo vi dije (suspiro profundo): Esto es”, asegura.

Pero qué es lo que diferencia un arte marcial de otro. De manera muy sintética Ángel explica que el karate es la línea recta, que es más militar y, por tanto, efectivo. Pocos golpes y muy fuertes. De una parte de la filosofía china, los japoneses sacaron el karate, necesitaban un sistema no tan sofisticado para guerrear, el 70% de mano y 30% de patada. El taekwondo es al revés, 70% patadas y 30% manos, porque los coreanos tenían que luchar contra jinetes y la única manera de afectarlos era con patadas, por eso es que desarrollaron esa habilidad. En esa escala, el maestro en las artes marciales identifica al kung fu como el abuelo de todas las demás, como el origen, la biblia de la que surgen el resto de las disciplinas y se desarrollan en función a la geografía y las particularidades de cada momento histórico.  

A la hora de referirse al kempo, Ángel no disimula y asegura que el arte marcial que practica es como el nieto favorito porque, sin que sean su especialidad, hereda las patadas voladoras del taekwondo; el golpe en línea recta —no negativo— del karate. “La combinación de todo eso es la aplicación en la defensa personal”.   

Pero antes de la parte física y de las artes marciales, Ángel transitó las rutas de la meditación a través del yoga.

A principio de la década de los 80 se fue a India para perfeccionar esa práctica, ahí su maestro le pidió quedarse o venir a Bolivia. Para él la decisión fue difícil porque entonces no estaba en sus planes vivir en Asia y menos radicar en Bolivia, su expectativa era retornar a Argentina.

“El yogui insistió y me dijo: ‘Tienes que ir a vivir y morir en Bolivia’. En esa época le respondí: ‘En Bolivia no hay nadie, son poquitos —algo más de cinco millones—, es otra cultura y no creo que vaya a pasar algo con el yoga’. De inmediato me contestó: ‘La fuerza del Tíbet, la fuerza de la cordillera del Himalaya —donde estaban los lamas— se iba a dormir para que despierten los Andes, con toda su fuerza. Tienes que ir a Bolivia porque es el corazón de esa fuerza’”.

Pero lo que más le impactó de esa suerte de profecía era el conocimiento del país que tenía el yogui, pese a que nunca había cruzado el océano. Le habría anunciado que en Bolivia nacería un líder de alta jerarquía. “Sabía de los microclimas del altiplano, donde supuestamente viviría ese gurú, me habló de una droga blanca y de una fuerza que estaba fuera de su lugar —que puede haber sido el monolito Bennett, que fue devuelto a Tiwanaku en 2002— y que cuando esa energía vuelva a su espacio Bolivia se abriría para ser inmensamente rica e influyente”.

Respecto al monolito le dijo que había que buscar a una persona capaz de cortar los cordones astrales que ya había tendido la estela en su lugar en La Paz y, para cuando lo encuentre, le dio un mantra —un conocimiento— que debía recitar.

Para 1986 Ángel ya se había establecido en el país y estaba involucrado en las artes marciales, daba clases en el gimnasio de Lourdes Ursic, en San Miguel, y tenía un espacio en lo que fue Telesistema Boliviano para difundir lo que hacía. Ahí se le presentó un estadounidense, miembro de la Logia de los Andes y le pidió buscar a una persona para mover el monolito. Tal cual se lo había anunciado, al menos seis años antes el yogui en la India.

Pero el destino de Ángel estaba en las artes marciales, el kempo en particular. Su futuro era el Te Sat Tao que, explica, en una traducción literal Te significa en japonés mano y en chino quiere decir poder. Sat corresponde a verdad en sánscrito, la lengua muerta del oriente. Y Tao es una palabra china que se refiere a camino o sendero. Es entonces que él interpreta como “el camino de la mano sabia” o “el sendero de la sabiduría”. A partir de ellos desarrolló wasas, que no son otra cosa que formas o tácticas de defensa personal programadas, y el manejo de las armas, en el que son imprescindibles la coordinación y la destreza del practicante. El uso del nunchaku, de la tonfa (un palo con agarrador, como laque), los cali (bastones cortos), el ho (palo de hasta 120 centímetros), el bo (palo de hasta 180 centímetros), el sai (tridentes) y las catanas (diferentes tipos de espada).

Tras el dominio de ese sistema Ángel empezó a definir wasas básicas, de defensa personal, de combate, de coordinación y únicas. Entonces es que tuvo que decidir entre la meditación y las artes marciales. En medio del dilema surgió en su interior la necesidad de crear un arte marcial para el futuro. Tuvo que vivir en paralelo, entre la paz de la meditación y la violencia de un arte marcial, sin hacer alarde de fuerza que puede dar el dominio.

Con la práctica del yoga trataba su espíritu y con el kempo su cuerpo, pero fueron sus propios maestros, principalmente el yogui, quienes le enseñaron el valor del equilibrio para andar por la vida. Aprendió que el espíritu es una pierna y el cuerpo la otra, y mientras mejor estén fortalecidas cada una mejor se podrá caminar. “La perfección no cojea, se debe ir en equilibrio para avanzar correctamente. La perfección es el desarrollo en los dos planos, espiritual y físico. No podemos mirar con un ojo, hay que mirar con los dos, que es una filosofía de vida”, reflexiona.

En esa ruta, Ángel se dedicó a instruir niños y jóvenes, quienes no solo aprenden a dar patadas y golpes de puño, sino también la responsabilidad y los valores para ser poseedores de una conocimiento que permite la defensa personal pero que también puede generar violencia.

Para materializar la idea del Te Sat Tao empezó por diseñar hasta los dogi, trajes que tradicionalmente son blancos o negros. El camino de la mano sabia optó por el plomo, la fusión entre el blanco y el negro, entre el ying y el yang. También diseñó sus cinturones que no son de colores plenos, como en el resto de las artes marciales, sino que en las puntas tiene ribetes negros, la meta que se debe alcanzar.

“Esto quiere decir que el niño o el joven que se ciñe la cinta en su corazón ya es un maestro. Es algo a lo que debe canalizar su energía. Es como mostrarle su futuro no solo en el kempo, sino en la vida”.

Y a la hora de definir qué es el Te Sat Tao o el camino de la mano sabia, Ángel asegura que es una disciplina que prepara a sus seguidores para el último combate, que no es otra cosa que el combate con uno mismo y que lo prepara para soñar y lograr un futuro sobre la base de lo que siembra hoy, porque el presente —para Ángel— es lo que se sembró ayer y el futuro es lo que se siembra hoy. Es así que al definir su disciplina asegura que el Te Sat Tao es el arte marcial para aquellos que ya no tienen miedo y para evitar confusiones aclara que éstos no son los temerarios, sino que son quienes ya no tienen motivo para el miedo y quienes aprenden que lo último que hacen es apelar a los golpes .

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Memorias colectivas: Resquicios que permitieron la salida del closet

Una publicación rescata la historia del movimiento TLGB para no ser haiqueados y ser reconocidos.

/ 13 de octubre de 2013 / 04:00

Fue necesario el paso de más de 50 años para que la pena y la desdicha se transforme en el orgullo de ser parte de la sociedad. Una sociedad que pese a las transformaciones que ha sufrido, tanto en la etapa democrática como en el actual proceso aún no asume a los homosexuales, a las lesbianas, a los transexuales ni a los bisexuales como parte de ella.

Desde la revolución del 9 de abril de 1952, cuando el Estado dio carta de ciudadanía a los indios y el derecho de votar a las mujeres las diferentes identidades sexuales han aprovechado esas rendijas en la sociedad para hacerse visibles. Lo que para unos era parte de su cotidianidad para otros era considerado hasta una enfermedad o un problema psicológico. Estas últimas percepciones obligaron a homosexuales y lesbianas a refugiarse en sectores marginales. Es así que logran espacios en la fiesta del Señor del Gran Poder o en la entrada del Carnaval de Oruro, manifestaciones que eran ajenas a la sociedad hasta la década de los años 70, especialmente el desfile paceño. En esa etapa se produce un quiebre de esa alianza cuando la complicidad se rompe a cambio del acceso de los bailarines al centro de la ciudad. Ya en democracia, en los 90, los efectos del VIH-sida en el mundo también llegaron a Bolivia y ese fue otro de los resquicios aprovechado, esta vez para que las identidades sexuales se agrupen orgánicamente y de amigos pasaron a ser entidades aceptadas —en este caso para trabajar junto a las ONG en la lucha contra la enfermedad— ya no sólo por la sociedad sino también por el Estado. Finalmente, está el esfuerzo desplegado en la Asamblea Constituyente, en 2009 y 2010 para que se reconozcan los derechos de los miembros de estas comunidades por ser componentes de la sociedad civil y del Estado.

Esos momentos son el hilo conductor de Memorias Colectivas – Miradas a la historia del Movimiento TLGB de Bolivia. Un libro escrito por David Aruquipa, Paula Estenssoro y Pablo Vargas, miembros de Comunidad Diversidad del movimiento Travestis, Transexuales, Transgénero, Lesbianas, Gays y Bisexuales (TLGB) de Bolivia. La publicación rescata esos hitos del lento proceso de salida del clóset, para usar el lugar común cuando alguien declara su preferencia sexual. Es David, quien parafrasea a Julieta (Paredes) para justificar este repaso histórico al asegurar: “Si no tienes historia te van a huaiquear”. “Eso es lo que hemos querido hacer. Revisar nuestros orígenes como TLGB, recuperar esas primeras expresiones y en ese camino nos hemos dado cuenta del aporte que hemos hecho a la cultura de Bolivia, desde la música y la danza como expresiones artísticas hasta la generación de pensamiento para lograr la inclusión, el ejercicio de la democracia y el respeto pleno de los derechos a favor de todos los bolivianos”, explica el coautor, quien además preside Comunidad Diversidad. Esa memoria les da otra dimensión, pues atrás quedan los prejuicios y la marginación porque hoy en día ya no son un fenómeno sino parte de la sociedad. Esto se refleja, por ejemplo, en la manera de abordar el homosexualismo. Una edición de la revista sensacionalista Sucesos de 1971, 42 años atrás planteaba el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero con el rótulo de “¡El colmo! Ahora se casan entre hombres”. Ante ese prejuicio muchas de las personas que hubieran pertenecido a TLGB optaron por la marginalidad o la soledad.  

Dos de esas figuras que rescata el libro son los compositores Gerardo Rosas, el Q’iwa Gerardo, y Rubén Ramírez Santillán, Jaime del Río. El primero tuvo una época de oro en Sucre, donde en las chicherías entonaba: “Nunca desde que he nacido/he conocido la dicha/porque siempre la desdicha/andará delante de mí. Dicha que hoy poco duró/desdicha la llamo yo/desdichado el dichoso/que de aquella dicha gozo”. Ése es el bailecito que se hizo nacional en la voz de Benjo Cruz, pero su autor supo más de desdichas por el rechazo que sufrió en su propia tierra y que le obligó a refugiarse en las chicherías, donde camuflado en la bohemia convivía con su identidad sexual. El testimonio de doña Máxima, la Chunchuna, recogido en el libro, revela cómo vivió el Q’iwa en complicidad con sus cholas: la Tigresa, la Pastita y por supuesto, la Chunchuna.

Con ellas cocinaba y hasta se vestía de mujer.

Gerardo Rosas nació en Sucre en 1924 y murió en la misma ciudad en 1984, grabó tres discos Long Play con el sello Capital y a él se le atribuye el zapateo y el jaleo en el bailecito, como una parodia al flamenco español. Su música, su canto, su baile y su humor lleno de ironía le abrieron las puertas en las chicherías, donde se lo veía sobre las mesas danzando. El único espacio donde desplegaba su identidad sexual en público.

La segunda figura que rescata el libro de David, Paula y Pablo es la de Jorge Rubén Ramírez Santillán, quien nació en Cochabamba en 1921, pero desde su niñez sufrió una suerte de exilio familiar en La Paz por su condición de homosexual. Es en la sede de gobierno que asume el nombre de Jaime del Río, se dice que adoptó ese apellido porque consideraba que fue recogido del río.

Del apego y la sensibilidad a su tierra nació el taquirari Oh Cochabamba querida, el segundo himno de esa ciudad, cuya música y parte de la letra fueron plagiadas por un grupo peruano para cantar a Quillabamba.

Pero su clamor desgarrador es la cueca Una pena tengo yo, la cueca conocida popularmente como “cortavenas”. “Una pena tengo yo/que a nadie le importa/qué me importa de nadie/si a nadie le importo yo. No quiero humillaciones/no quiero compasión/sólo, sólo he nacido/solito quiero vivir/sólo, sólo he nacido/solito quiero morir”, dice la letra de la canción que hicieron famosa Los Ch’ascas, Wara, Pepe Murillo y el Grupo Bolivia, entre otros.

Y así fue, Jaime del Río vivió en soledad y murió solo, su cuerpo fue encontrado en su casa de Chijini, al parecer cuatro días después de su muerte, sus restos desaparecieron pese a los esfuerzos de la sociedad de músicos y compositores de enterrarlos en el Mausoleo de Notables en La Paz o Cochabamba.

A la creación musical se suma el aporte a la danza popular con las chinas morenas de la morenada y la china supay de la diablada, que dieron  participación a la mujer en estos bailes, tradicionalmente reservados para figuras masculinas.

Tras su organización en colectivos y movimientos la historia de TLGB encaró el reconocimiento del Estado y para ello formaron alianzas con grupos e identidades marginadas para tener presencia en la Asamblea Constituyente de Sucre, pero Pablo lamenta que pese a los acuerdos se haya impuesto la visión conservadora de los políticos, quienes en la redacción final del artículo 63, relativo al matrimonio, cambiaron los términos “cónyuges” y “personas” por “hombre” y “mujer”, sin embargo en el artículo 64 mantuvieron las expresiones “cónyuges” y “convivientes”. El coautor explica que así pusieron en contradicción a la propia Constitución ya que en el parágrafo II del artículo 14 señala: “El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual”.

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Sierra Nevada, un lugar sagrado en Santa Marta

Una exposición recorre cuatro países —dos del Asia y dos de América— para mostrar el carácter sagrado de la región colombiana.

/ 29 de septiembre de 2013 / 04:00

Estoy en el aeropuerto de Frankfurt con Coque Gamboa esperando nuestra conexión a Bangkok y luego a Phnom Penh en Camboya. Vamos camino a montar una exposición sobre paisaje sagrado en la Sierra Nevada y en dos días se nos une el mamo arhuaco Crispín Izquierdo. Es una oportunidad increíble para entender el proceso mediante el cual se crean los vínculos místicos y mágicos entre la Sierra Nevada de Santa Marta y otros lugares de planeta. Las conversaciones que hemos tenido con Crispín han estado llenas momentos maravillosos, de “iluminación etnográfica” por así decirlo, donde logramos traducir el lenguaje abstracto y comprender el porqué de los actos y acciones rituales. Con Coque y Crispín estaremos grabando los momentos en los que se recogen los materiales y objetos que servirán para hacer pagamento por “los camboyanos’ en la Sierra”, esto escribía el antropólogo Santiago Giraldo el 1 de abril en el blog noticiasantropológicas cuando se ponía en marcha el proyecto Línea Negra: el paisaje sagrado de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia.

El periplo es parte del plan de Promoción de Colombia en el Exterior, encarado por el Gobierno de Bogotá y que en Bolivia tuvo el apoyo de la Cancillería y de la Alcaldía de La Paz. La exposición fotográfica de Coque Gamboa es la actividad más extensa, pero el programa incluye una conferencia del antropólogo Santiago Giraldo y actividades rituales del mamo Crispín Izquierdo. En Camboya y Laos compartió con monjes budistas, en Bolivia lo hizo con el Consejo de Amautas de Tizana —el anfitrión fue el amauta Lucas Choque— y en Perú se encontrará con chamanes de culturas indígenas. La muestra de 32 imágenes de los cuatro grupos étnicos que viven en esa región colombiana se extenderá hasta el 6 de octubre en las salas del Museo Tambo Quirquincho, en la calle Evaristo Valle, cerca de la plaza Pérez Velasco.

Indígenas hay en toda América, de norte a sur, también hay culturas ancestrales, pero estás son muy poco conocidas y difundidas, es por eso que cuando se le pide una referencia sobre los grupos de la Sierra Nevada, él pregunta: “¿De cuántos días dispones?”. De inmediato la risa cómplice de Coque y de Crispín confirma que no es cosa de una entrevista o de una sesión, es mucho más que eso, pero se acomodan a los tiempos y entienden la necesidad de hacer corta la historia, para poder reflejar algo de lo que ellos se propusieron al encarar este proyecto que los llevó a dar la vuelta al mundo con cuatro escalas que no fueron definidas al azar.

Quien toma la voz cantante es Crispín, quien ostenta el título de mamo, el padre y madre del pensamiento de los arhuacos. El asegura que la Sierra Nevada es el centro del universo y desde ese punto de la tierra hay una comunión directa con el sol y otras energías que promueven la vida en la Tierra. Sin titubear, asegura que los descendientes de los aztecas y de los mayas reconocieron esta cualidad a las etnias de esta región colombiana, a través de rituales y ceremonias en las que se conectaron los saberes de sus culturas. Tras experiencias en otros puntos del planeta, tanto en América como en Asia y Europa los mamos colombianos iniciaron esta búsqueda de lugares sagrados para la interconexión.

Energías

En esta maratónica explicación el turno es de Santiago, quien detalla que de una población de más de 46,5 millones de colombianos sólo el 3% se reconoce de origen indígena y se reparten en 80 grupos, no todos con una cultura claramente identificada y algunos sólo con la denominación porque sus costumbres prácticamente desparecieron o fueron absorbidas las dominantes.

En la Sierra Nevada de Santa Marta viven los kogui, arhuacos, wiwas y kankuamos; los tres primeros conservan su cultura casi intacta, el conocimiento occidental aún no ha podido interpretar varias de sus manifestaciones. Según información de la organización Survival Internacional, en esa zona montañosa se han constituido Resguardos Indígenas para que permanezcan allí sin afectar estas características. Todos esos pueblos tradicionalmente hablaban lenguas de la familia lingüística chibchense. En las estribaciones orientales de la Sierra Nevada se encuentra un pequeño grupo de indígenas wayuú provenientes de la parte alta de La Guajira, estos últimos pertenecen a la familia lingüística arawak. Durante el siglo XVI también había otros pueblos como los mocanáes y los malibúes, cuyas lenguas están poco documentadas y por tanto no pueden clasificarse. En 1993 se estimaban 32.000 indígenas en la Sierra según la Organización Gonawindúa Tayrona, aunque Asuntos Indígenas reporta un total de 26.500.

Otro grupo humano de importancia lo constituyen los colonos que a lo largo de la historia se han asentado en la sierra, modificando el paisaje; ellos han introducido el cultivo del café, entre otros. Se asientan sobre la Sierra Nevada algunas poblaciones como Pueblo Bello en el Departamento del Cesar, única cabecera municipal asentada íntegramente en el sistema, así como algunos corregimientos como Palmor de La Sierra, Nabusímake, La Llana, La Honda o Minca.

De acuerdo con sus estudios antropológicos, Santiago recuerda que en la colonia esta región fue asignada a los monjes capuchinos, quienes fueron obligados a abandonar la zona en la década de los años 80 porque los indígenas consideraron que no aportaban nada y los prejuzgaban por sus tradiciones ajenas al catolicismo.  

Los indígenas de Santa Marta son descendientes de los tayronas, una gran civilización cuyo magistral trabajo con el oro y su arquitectura atrae a la región a turistas y profanadores de tumbas.

Cada pueblo indígena se ha adaptado a la invasión de sus tierras a su modo: los kogis rechazaron la invasión exterior huyendo a zonas más altas de la Sierra Nevada. Se han mantenido especialmente hostiles a las visitas de turistas con cámara en mano. Los arhuacos, a cuyos varones se distingue por sus sombreros con forma cónica, han organizado un fuerte movimiento para defender sus derechos, mientras que los kankuamos viven al pie de las montañas, en su mayoría integrados por completo en la sociedad mayoritaria.

Los originarios de la Sierra Nevada se autodenominan los “hermanos mayores” y creen poseer una sabiduría y un entendimiento místicos que superan los de los demás. Se refieren a otros pueblos, países y culturas como los “hermanos menores”. Creen que es su responsabilidad mantener el equilibrio del universo. Cuando hay huracanes, sequías o hambrunas, se dice que son la causa de un fallo humano a la hora de mantener la armonía del planeta. El equilibrio se consigue realizando ofrendas a los lugares sagrados para devolver a la tierra lo que se ha obtenido de ella, es por eso que encararon el proyecto en Camboya, Laos, Bolivia y Perú.

A esta altura de la charla el mamo Crispín interrumpe y aclara que en la actualidad mayores se consideran las culturas que derriban cientos de árboles para tener un libro o que contaminan para trasladarse en vehículos que consumen gasolina y otros energéticos que afectan al medio ambiente. “Mayor se cree el que tiene el último celular o el último televisor y no sabe todo lo que se afectó a la Tierra para conseguir esos materiales. Nosotros rechazamos esto, porque a nosotros, a los indígenas, nos tildan de incivilizados o de culturas no desarrolladas, sólo porque no hemos ofendido a la Tierra para hallar confort, nuestro confort es el aire limpio y las aguas claras que bajan a alimentar al mar. Y nosotros por ese respeto y por ese equilibrio somos los mayores y debemos guiar a los menores para que no destruyan”, reflexiona.

Crispín habla con esa autoridad porque es un mamo, un líder espiritual que tiene la responsabilidad de mantener el orden natural del mundo por medio de canciones, meditación y ofrendas rituales.

La preparación de un mamo comienza cuando es pequeño y puede durar hasta 20 años, durante los cuales es trasladado hasta lo alto de la montaña, donde le enseñan a meditar sobre el mundo natural y espiritual. En la cultura occidental, el mamo sería la conjunción de un sacerdote religioso, profesor y doctor.

La formación en las alturas es importante porque en los márgenes de la cumbre, a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar, es que se identifica a la Línea Negra, idea que impulsó el proyecto que no es otra cosa que la identificación de sitios sagrados en la región. Santiago asegura que sitios sagrados hay en todas las ciudades del mundo y sus culturas son las que definen ese carácter. “El Vaticano es un lugar sagrado para los católicos como los es Belén o Jerusalén. Stonehenge en Wiltshire, Inglaterra, también es un sitio sagrado. Tiwanaku en Bolivia. La Estatua de la Libertad en Estados Unidos, todos esos lugares tienen una simbología y lo que pretendemos con La Línea Negra: Paisajes sagrados de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, es conocer esa simbología e intercambiarla, por eso es que hacemos ceremonias de pagos en Laos, Camboya, Bolivia y Perú”, detalla.

Pero por qué la Sierra Nevada de Santa Marta es considerada sagrada por sus habitantes. Se trata de un relieve montañoso que no está conectado a la Cordillera de los Andes, que atraviesa el continente, está ubicado en el norte colombiano y de manera independiente constituye un sistema de montañas que tiene la particularidad de elevarse desde el Caribe hasta los 5.775 metros sobre el nivel del mar, esas montañas están a tan sólo 42 kilómetros del Atlántico, en su extensión posee todos los pisos ecológicos imaginables, con temperaturas que superan los 30 grados en la costa e inferiores a cero en la cumbre .

Tiene una superficie aproximada de 17.000 kilómetros cuadrados, es la montaña más alta de Colombia, sus picos más altos son el Simón Bolívar y el Cristóbal Colón. Su extensión abarca los departamentos de Magdalena, La Guajira y el Cesar. Y es parte del Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta y del Parque Nacional Natural Tayrona, los cuales son administrados por el Ministerio del Medio Ambiente colombiano.

Con esporádicas intervenciones, el Coque Gamboa es casi un espectador hasta que se plantea la manera en que viven estos grupos y las imágenes que se rescatan de su cotidianidad. La primera reflexión que hace el fotógrafo es que él como profesional no llegó a la Sierra Nevada y empezó a disparar su cámara, tuvo un proceso de acercamiento que empezó hace casi 30 años y que aún está en desarrollo. “Es necesario construir un espacio de confianza, eso sucede en cualquier sesión fotográfica, pero cuando ésta dura años hay casi una convivencia. Yo no puedo ir a tomar fotos si no vivo con ellos y conozco su realidad, hay momentos en que es necesario atravesar ríos y poner la cámara a salvo del agua, eso al principio no comprendía y me quería morir cuando se estropeaba el equipo. Ahora los indígenas me ayudan y no sufro cuando pierdo una lente por la humedad”, cuenta con un tono de resignación.

Esa convivencia se refleja entre los tres viajeros, quienes recorrieron Asia y América con la misión de mostrar la otra Colombia, la de tradiciones y culturas, más allá de la violencia que deja el narcotráfico o la guerrilla que azotan a ese país.

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