One, la esperanza de HTC en la lid de la telefonía
La primera sensación con One en la mano es la de sostener un iPhone 5 con una pantalla superior. El cuerpo de aluminio que rodea la pantalla (de 4,7 pulgadas) da sensación de robustez mejor que la de la mayoría de móviles de gama alta, generalmente amigos de los plásticos y derivados. La curvatura de la parte trasera hace que no parezca ni tan pesado (143 gramos) ni tan voluminoso como es.
A pesar del retraso en la fabricación de su nuevo modelo estrella (los proveedores ya no lo consideran cliente preferente) HTC —la firma que más ayudó en la popularización de Android— mantiene la calidad habitual en su apuesta por este sistema operativo móvil.
La primera sensación con One en la mano es la de sostener un iPhone 5 con una pantalla superior. El cuerpo de aluminio que rodea la pantalla (de 4,7 pulgadas) da sensación de robustez mejor que la de la mayoría de móviles de gama alta, generalmente amigos de los plásticos y derivados. La curvatura de la parte trasera hace que no parezca ni tan pesado (143 gramos) ni tan voluminoso como es.
Su punto fuerte es el multimedia. Tanto la cámara como el sonido son sobresalientes. Evita entrar en la guerra de los megapíxeles. Han creado una categoría propia, los ultrapíxeles para promocionar una cámara más luminosa y un sensor más amplio. El resultado es notable, imágenes nítidas con colores vivos y rapidez de disparo, en ráfaga, sin nada que envidiar a muchas cámaras compactas.
El sonido va con la firma Beats (sí, como los auriculares gigantes que lucen deportistas y famosos como si fueran orejeras). Pretende ser más claro y envolvente. Sin unos buenos auriculares es difícil valorar la diferencia. Los altavoces del móvil suenan bien, sin más. En lo que sí brilla es en las llamadas. Hace que se oiga clara la voz del interlocutor silenciando el ruido de fondo.
One compite cara a cara con Xperia Z, iPhone 5 y Galaxy S4, los teléfonos más potentes del mercado. ¿Es mejor que los competidores? Depende de gustos. La pantalla no llega al tamaño del Galaxy de Samsung o el Xperia de Sony, pero sí supera con creces a la de Apple. Es sólido, pero no tan resistente como el Z. El sistema operativo es Android al que añaden HTC Sense, una capa intermedia que pretende marcar la diferencia. No molesta demasiado y la aplicación de meteorología presenta unas animaciones bien conseguidas.
Cuenta con tres escritorios para las aplicaciones. El primero lo ocupa uno de los reclamos para promocionar el móvil: BlinkFeed, una selección de contenidos basados en lo que comparten los contactos en redes sociales. Los dos restantes son a gusto del consumidor. Puede parecer poco, pero facilita anidar las aplicaciones por temas con sólo arrastrar íconos así que es fácil tener todo en orden.
La parte inferior de la pantalla se reserva para accesos directos a llamadas, SMS, navegador y cámara, aunque se puede configurar a placer. La batería de 2.300 mAh, combinada con el modo ahorro, ayuda a conseguir lo que muy pocos, llegar al final del día sin necesidad de enchufarlo a una batería externa o la red eléctrica.
Su precio en el mercado
En España, sólo el equipo, es decir sin el servicio de la compañía telefónica, se oferta a la venta en 679 euros, o sea alrededor de 887 dólares americanos.