Pekín, Tokio y Seúl ya avanzan en definir TLC
Tienen 1.500 millones de habitantes
China, Japón y Corea del Sur iniciaron el miércoles el segundo encuentro a tres bandas para negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) trilateral, que puede consolidar el tercer mayor bloque comercial del mundo.
Representantes de los tres países han comenzado las discusiones en la capital financiera de Shanghái (China), informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
En la reunión se trataron cuestiones como el comercio de servicios, procedimientos aduaneros, medidas de defensa comercial, derechos de propiedad intelectual o el comercio electrónico, entre otros, según Yu Jianghua, uno de los representantes chinos.
“Los tres países han estrechado su relación económica y son importantes socios y mercados los unos para los otros”, destacó Yu a la agencia Xinhua. En 2012, los PIB (producto interno bruto) combinados de China, Japón y Corea del Sur totalizaron hasta 15 billones de dólares, lo que supuso el 20% del total mundial registrado y un 70% del de Asia.
En este mismo periodo, el comercio bilateral entre China y Japón alcanzó los 329.000 millones de dólares, mientras que el de China y Corea del Sur se situó en los 256.300 millones de dólares.
El primer encuentro trilateral se celebró en Seúl en marzo, y después del que se organiza esta semana, los tres países esperan encontrarse en Japón a finales de este año. China, Japón y Corea del Sur son tres de las mayores economías de Asia, por lo que un Tratado de Libre Comercio entre las tres potencias supondría consolidar el tercer mayor bloque comercial del mundo, con cerca de 1.500 millones de habitantes.
Tensión que afectaría
Las negociaciones, no obstante, pueden verse enturbiadas por la disputa abierta entre Tokio y Pekín en torno a la soberanía de las islas Diaoyu (Senkaku para Japón). China y Japón mantienen cerca de un año de tensiones a causa del conflicto por estas deshabitadas islas, administradas por Tokio pero que Pekín reclama como suyas, argumentando que fueron ocupadas ilegalmente a finales del siglo XIX. El conflicto —abierto desde hace décadas— se recrudeció en septiembre de 2012 cuando Japón adquirió uno de estos deshabitados islotes (a un empresario nipón), lo que motivó el enfado de Pekín.