Francisco Agramont: Necesitamos fortalecer el desarrollo autonómico de La Paz
El Secretario Departamental de Planificación del Desarrollo de La Paz observa una leve recuperación de la economía. La región tributa más que otros departamentos pero las recaudaciones no se invierten en el desarrollo local.
El 16 de julio de 1809, un grupo revolucionario encabezado por Pedro Domingo Murillo se levantó en contra del dominio español, proclamando independencia y libertad. Transcurrieron 210 años, los nuevos objetivos de La Paz ahora son la autonomía plena y más recursos para los paceños. El secretario Departamental de Planificación del Desarrollo de la Gobernación, Francisco Agramont, conversó con La Razón sobre el nuevo bastión del desarrollo económico y productivo de la región, sus avances, la redistribución de la riqueza, el origen y destino de los tributos de los paceños, la importancia de un pacto fiscal con el Gobierno y otros. Además, sobre los desafíos que debe enfrentar el departamento para brindar a sus habitantes calidad de vida y bienestar; hablamos de la pobreza, retraso económico, migración y contaminación ambiental.
— ¿Cuál es el crecimiento del PIB del departamento de La Paz en los últimos cinco años?
— Las regiones que más contribuyen al PIB (Producto Interno Bruto), son Santa Cruz y La Paz. En 2018 la contribución paceña al PIB nacional fue del 28%. A nivel departamental, el crecimiento del PIB alcanzó el 6,8% frente a al 4,5% del resto del país.
— Comparado con los años pasados, ¿cómo estamos?
— El dato muestra una leve tendencia a la recuperación de la economía departamental, resultado del trabajo de la Gobernación. La población sabe que somos el Gobierno Departamental con mayor ejecución presupuestaria, con mayor inversión en la región que genera dinamismo económico. Reconocemos la iniciativa privada y la capacidad emprendedora paceña que también aportó a este crecimiento.
— ¿A cuánto asciende esa inversión?
— Para este año tenemos previsto Bs 351,8 millones en proyectos. El presupuesto global de la Gobernación asciende a Bs 1.600 millones, la mitad de estos recursos están destinados al Servicio de Gestión Social (Sedeges). De los Bs 351,8 millones, el 70% está destinado a infraestructura productiva, como caminos, puentes, electrificación, etc. O sea, son Bs 246,2 millones invertidos en ello porque consideramos que si queremos generar desarrollo económico se deben sentar las bases y eso supone un acondicionamiento de las diferentes regiones paceñas.
— ¿Ese presupuesto tuvo variación en los últimos años?
— Entre 2014 y 2015 se dio una fuerte reducción al presupuesto de la Gobernación, pero en los últimos años se estabilizó en Bs 350 millones el presupuesto para inversión productiva. Obviamente son recursos muy limitados para las necesidades del departamento, atendemos 87 municipios, 20 provincias y siete regiones. Es reducido no solo para La Paz sino también para todas las gobernaciones, por eso es importante el pacto fiscal.
— ¿Cómo influye el pacto fiscal?
— Es un elemento clave para el desarrollo sostenido de La Paz que no se concretó. Debe ser un proceso de redistribución de los recursos públicos a los gobiernos departamentales para que tengan la capacidad de asumir las nuevas competencias que se les delegó. Lamentablemente los paceños estamos en desventaja frente a otras regiones, básicamente porque éstas tienen regalías por hidrocarburos, que La Paz no tiene; sino únicamente de la minería, que no es suficiente. Es un tema pendiente que debe resolver el próximo Gobierno, a través de un pacto fiscal que logre concretar el carácter autónomo del Estado.
— ¿Cómo debería ser la nueva distribución?
— Para que sea racional debe hacerse un relevamiento del costo competencial. Es decir, cuánto requiere una gobernación para atender temas como salud; nos delegaron la responsabilidad, pero la distribución de recursos no se concretó. La población debe saber que La Paz es uno de los departamentos que más contribuye en impuestos. Anualmente se recaudan Bs 16.000 millones que equivalen a $us 2.200 millones, que comparados con su inversión pública es muy desproporcional.
Por eso la Gobernación paceña demanda la coparticipación en los impuestos nacionales, por lo menos de un 10% de lo recaudado, unos Bs 1.000 millones anuales para inversión pública en provincias y municipios. Además, La Paz es el departamento que menos recursos per cápita recibe, hay una diferencia de 20 a 1 entre Tarija y La Paz. Un tarijeño recibe per cápita Bs 20.000 en promedio anualmente; un paceño, Bs 500. Esos tributos recaudados no llegan a las gobernaciones, sí un 20% a los municipios y un 5% a las universidades, pero el 75% lo administra el Gobierno. Uno se pregunta en qué se invierten esos Bs 16.000 millones anuales. La mayor inversión que se ve en La Paz está en los teleféricos, que cuestan alrededor de $us 700 millones; es decir, que con la recaudación de un año se podrían construir tres de estos sistemas de transporte. Entonces los teleféricos provienen de la tributación paceña, pero buena parte de esos recursos no se quedan en la región, seguramente estamos subvencionando inversiones en otros lugares.
— En ese contexto económico ajustado, ¿qué proyectos impulsa la Gobernación?
— Este 2019, como infraestructura productiva, se construyen 41 caminos con una inversión de Bs 128,7 millones; 19 puentes con Bs 25,4 millones; una terminal portuaria en San Buenaventura con Bs 1,6 millones. Tenemos 18 proyectos de electrificación por Bs 17,6 millones; 19 de riego por Bs 65 millones; 8 sobre manejo de cuencas por Bs 3,8 millones y otros Bs 3,8 millones para gestión de riesgos como reconstrucción de puentes, caminos y atención de emergencias. Son 180 proyectos y programas, de los cuales 109 son de infraestructura productiva, 32 son iniciativas de apoyo a la producción, 31 de desarrollo social y 8 de fortalecimiento.
— ¿Cuál es la situación de los recursos del IDH destinados a La Paz y si éstos aportan al desarrollo del departamento?
— Hace rato que el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) dejó de ser importante para la Gobernación. Entre 2013 y 2015, estos recursos sumaban más de Bs 100 millones, en los últimos años se cargó a las gobernaciones obligaciones que hicieron que estos recursos ya no se inviertan. Por ello, desde 2016 a la fecha se los destina para cubrir gasto corriente. Dispone 30% a la Renta Dignidad, que es competencia del nivel central, 20% se transfiere a universidades, 10% a seguridad ciudadana y se aporta obligatoriamente al Fondo de Educación Cívica Patriótica. Nos obligan incluso a aportar para premios nacionales, bonos de vacunación, prediarios para los reclusos. En 2014 se tenían Bs 150 millones para proyectos, para este año únicamente tenemos Bs 17 millones.
— Entonces, ¿cuál es la fuente de recursos para las obras?
— Tenemos las regalías mineras, el Impuesto Especial a los Hidrocarburos y recursos propios. Una parte se utiliza para gasto corriente y la otra para inversión.
— ¿Cuáles son los principales desafíos del departamento?
— El primero tiene que ver con la ocupación del espacio, que no es equitativo; casi el 70% de la población está concentrada en la región metropolitana y el 30% en el resto del departamento. Esto se debe a una concentración de las inversiones y la gente va donde tiene oportunidades. Entonces, uno de los desafíos es el desarrollo armónico en las siete regiones de La Paz. Tenemos más de 50 municipios que están con porcentajes de pobreza de cerca del 90%. Uno piensa que La Paz es uno de los departamentos más desarrollados de Bolivia, pero no. Si bien en el municipio de La Paz tenemos apenas un 20% de pobreza, hay otros municipios más pobres. Esto quiere decir que de cada 10 habitante 9 son pobres. Por ello el segundo desafío es la pobreza, elaborar proyectos y programas que ayuden a reducirla sobre todo en los grupos más vulnerables: niños y mujeres. El tercer desafío es superar el atraso económico, tenemos una estructura productiva débil, gran parte de los bienes que consumimos no se producen en La Paz, los alimentos provienen de Santa Cruz o Perú. Se redujo la capacidad de producción agrícola y pecuaria y ni qué decir del sector industrial; el desafío es fortalecer la estructura productiva. El cuarto tiene que ver con el deterioro ambiental y la pérdida de biodiversidad, ya sea por la contaminación que producen actividades como la minera, por falta de políticas sobre la basura y la necesidad de recursos para generar procesos de manejo y control. Y el quinto desafío es fortalecer el carácter autonómico del departamento para que los paceños tengamos la capacidad de controlar nuestras riquezas, hasta ahora aportamos pero no administramos.
— ¿Qué obras se entregará por las fiestas julias?
— Sistemas de electrificación en Viacha, Laja, Calamarca, Sorata, Caranavi. La carretera Ixiamas–San Pedro, el mejoramiento de la ruta Cañaviri–Chilahuala, Río Mulato–Papelpampa, Choquechambi y Ballivián Tripartito.
Perfil
Nombre: Francisco Agramont Botello
Profesión: Sociólogo
Cargo: Secretario de Planificación del Desarrollo de la Gobernación de La Paz
Planificador del desarrollo
Es licenciado en Sociología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) con una Maestría en Desarrollo Humano. Con 25 años de experiencia en temas de desarrollo, planificación y gestión de proyectos en diferentes áreas, contribuyó al análisis técnico del Plan Territorial de Desarrollo Integral (PTDI) del Departamento de La Paz, así como en temas relacionados a los ingresos fiscales, fuentes de recursos públicos y pacto fiscal.