Marcelo Montenegro: El 2022 será de ‘inflexión’, reconstrucción y sustitución de importaciones
El Ministro de Economía y Finanzas Públicas hace un balance de los indicadores positivos de la economía boliviana, los cuales fueron alcanzados a noviembre de esta gestión. Se trata de un anticipo de la “reconstrucción” que llevará adelante la administración de Luis Arce en 2022, tras revertirse los números rojos y superar la crisis política de 2019 y la emergencia sanitaria.
ENTREVISTA
Hoy cumple 398 días al frente del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. Es el principal colaborador del presidente Luis Arce, quien le encomendó trabajar no solo en la reactivación de la economía boliviana, sino también en la reconstrucción de la misma. En este tiempo, la triple crisis —política, económica y sanitaria— no le hizo “dubitar”. A semanas de concluir el año, hizo un balance de los indicadores económicos del país.
Cómo avanza la ejecución de la inversión pública en el país, cuál es el déficit fiscal, cuál es el nivel de la deuda pública externa, se alcanzará el crecimiento del 4,4% este 2021 y habrá incremento salarial en 2022 son algunas de las preguntas que respondió a La Razón el ministro Marcelo Montenegro en una entrevista exclusiva.
—¿La crisis y la necesidad de recursos en el país, en algún momento de su gestión, le hicieron pensar en dejar el cargo?
—En todo este año, pese a la intensidad del trabajo, no. Desde el momento en que nos ha invitado el Presidente sabíamos que iba a ser así. Le dije a mi esposa que el momento bonito fue la media hora de la posesión (en el cargo), de ahí en adelante es cuesta arriba, es trabajo y esfuerzo. No hay espacio para dubitaciones y decir hasta aquí llegué, no va más, mucho conflicto. Sabíamos que iba a ser así. Y vamos a estar hasta cuando Dios lo disponga, porque en términos de salud es quien dispone. Y también el Presidente, cuando considere que puede ser otra persona quien le pueda ayudar en esta cartera, tome esa decisión, que es su competencia y facultad, así que nosotros somos respetuosos y obedientes.
—El Gobierno se trazó como desafío reactivar la economía de una triple crisis. Tras el primer año de gestión y a semanas de concluir el 2021, ¿se ha cumplido con el reto?
—Nosotros dijimos que vamos a tardar dos años en recuperar porque es distinto reactivar que recuperar. Reactivar es como que han cerrado la fábrica, (ahora) suban la palanca, prendan las luces, aprieten el botón de on (encendido) y comenzar. Pero esto es reconstruir porque se han destrozado muchos elementos clave de la economía como la inversión pública. Es difícil construir, es fácil destruir en dos patadas, viene uno y golpea la pared, se cae, pero volverla a levantar cuesta mucho más. Pero a estas alturas tenemos elementos positivos, la economía está volviendo a generar una nueva dinámica en la minería, transporte, manufactura, construcción, y la parte agropecuaria también, a pesar de que ha tenido un momento de sequías y otro de inundaciones. Entonces reconstruir la economía es un proceso que no es fácil, es un flujo además que va tomando tiempo y otra vez la economía está adquiriendo la musculatura que tenía en 2019, cuando Bolivia crecía como la segunda mejor economía de Sudamérica, con 2,9%, mientras que en la primera estaba Colombia, con 3%.
—De las medidas aplicadas para la reactivación, ¿cuáles fueron las más importantes?
—Una fue el Bono contra el Hambre, entregar Bs 1.000 a más de 4 millones de personas ha significado un impulso realmente importante. También el Fideicomiso para la Reactivación y Desarrollo de la Industria Nacional (Firedin), que partió con Bs 911 millones y que ahora es de Bs 1.261 millones, perfeccionándose en el tiempo. Además, una medida que veo que está dando muy buen resultado —en términos productivos— es el incentivo para la formación de capital de las empresas a través de la Ley de Incentivos Tributarios a la Importación y Comercialización de Bienes de Capital para la Reactivación Económica y Fomento a la Política de Sustitución de Importaciones, con una tasa cero del Impuesto al Valor Agregado (IVA). En este momento, más de Bs 500 millones de importaciones de bienes de capital (se han registrado), esta medida ha comenzado en septiembre pasado, y a la fecha tenemos eso, y terminará en septiembre de 2022. Muchas empresas, sobre todo agropecuarias, se han beneficiado. Son medidas que están dando sus frutos. Asimismo, muchas gobernaciones y municipios aprovechan el Fideicomiso de Apoyo a la Reactivación de la Inversión Pública (Farip, de Bs 2.000 millones), y están accediendo a recursos para poder endeudarse y concluir proyectos concurrentes que tenían con el Gobierno. Las medidas de redistribución del ingreso, por ejemplo, el IGF (Impuesto a las Grandes Fortunas), que ya recaudó más de Bs 204 millones, y está el Re IVA (devolución del 5% del Reintegro en Efectivo del Impuesto al Valor Agregado), que va por los $us 4 millones. Entonces creemos que hay varios elementos que han permitido que la economía se vaya recuperando.
—Activar la inversión pública fue clave, ¿cómo avanza la ejecución de los $us 4.011 millones proyectados para este año?
—A la fecha, tenemos más del 50% ejecutado, esperamos terminar el año con una cifra más grande todavía, pero mucha de esa inversión ha sido difícil llevar adelante porque es difícil reconstruir. Reactivar es relativamente más sencillo, igual tiene su esfuerzo. Entonces, con este aprendizaje, el dato que dimos para 2022 es de $us 5.015 millones. Ahora que ya muchos problemas legales, al menos en el área de estructura, se han ido resolviendo, eso está posibilitando otra vez acelerar la inversión en infraestructura; en la parte productiva también estamos metiéndole más aceleración. Creemos que 2022 va a ser un año de mucha más fuerza en la inversión pública que la de ahora.
—¿Este año se cumplirá la meta de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 4,4%?
—Sí. Esperamos crecer algo más que 4,4%.
—¿Es decir que este año habrá una sorpresa en los indicadores económicos del país?
—Claro.
— ¿Organismos como el Banco Mundial, FMI y otros hicieron proyecciones positivas?
—Los organismos nos dieron ratios por encima del 5% y nosotros hemos sido conservadores, no hemos querido ser exitistas ni especular. En el Programa Fiscal Financiero (2021), hemos establecido una tasa del 4,4%. Con esta tasa de recuperación, Bolivia está en el tercer lugar de la región de Sudamérica, con una variación positiva importante. Entonces, este año hemos llegado, a la fecha, a un superávit fiscal del 1,4% a noviembre en balance corriente.
—¿Qué es el balance corriente?
Es la diferencia entre ingresos corrientes, los ingresos rutinarios que son por venta de servicios y recaudación tributaria, menos los gastos rutinarios corrientes, que es pago de servicios, pago de personal, compra de bienes y servicios, materiales y suministros. En realidad, tenemos un ahorro del 1,4% del PIB, y obviamente con la inversión vamos a tener un déficit fiscal global menor al registrado en la anterior gestión, que tenía dos dígitos, de 12,2%. Ahora vamos a generar, tal vez, un número menor inclusive al que habíamos proyectado en el Programa Fiscal Financiero, de 9,7%. Estaremos con un 8,5 o con 8,8%, esperemos que menos, pero la tendencia es importante. Nuestro programa de subasta electrónica nos ha ahorrado más de Bs 204 millones. Hemos tenido austeridad suprimiendo ítems que no eran necesarios, ya no hemos gastado como se hacía en Defensa (FFAA) y Policía, eso lo hemos llevado a la generación de más ítems en educación y salud. Por tanto, estos resultados se están plasmando en un indicador que es el balance fiscal nuevo.
—¿Cómo están las Reservas Internacionales del país?
—Las reservas son un activo internacional que es acumulable, lo administra y lo contabiliza el Banco Central de Bolivia (BCB); estamos por los $us 4.900 a $us 5.000 millones a noviembre. Cuando entré aquí (Ministerio de Economía), estábamos por un valor de $us 5.200 millones, pero eso incluía IFR (Instrumento de Financiamiento Rápido del Fondo Monetario Internacional). O sea, si descontamos los $us 327 millones (crédito del FMI), hemos logrado mantener el nivel de las reservas internacionales del país.
—¿El país está endeudado? ¿A cuánto asciende la deuda externa pública?
—En términos de deuda pública, el pasado teníamos 33% respecto al PIB en deuda externa, ahora tenemos 31% a octubre (2021). Entonces creemos que la administración de la deuda es responsable y sostenible. Los umbrales te dicen de la Comunidad Andina (CAN) 50%. Tienes margen para endeudarte, pero el endeudamiento, como lo he repetido, no es malo, lo malo es no gastarlo bien. Cuando te endeudas de una manera irresponsable e inadecuada, eso te puede llevar a un desbalance importante en las finanzas públicas. Por lo tanto, el endeudamiento externo es responsable. Y creemos que el país está avanzando con la idea siempre de fomentar la inversión pública. En ese sentido, todo endeudamiento externo va a la inversión pública o a la inversión de capital humano. En este caso, preservando la salud, vacunas, pruebas rápidas, medicamentos para terapia intensiva, eso ha preservado la salud de muchos bolivianos, y el endeudamiento ha estado dirigido a eso (emergencia sanitaria) y no a gasto corriente.
—¿En esta gestión enfrentó alguna falta de recursos en el erario nacional?
—En la medida en que hemos iniciado con unos ingresos muy bajos. Recordemos que el entonces ministro Branko Marinkovic (durante la gestión de Jeanine Áñez) afirmó que nos había dejado Bs 17.000 millones. Bueno, uno podría creer, pero cuando llegamos aquí teníamos Bs 3.000 millones. Eso es toda la planilla del sector público, y había que pagar noviembre, diciembre, aguinaldo (2020). Entonces empezamos a ejecutar un plan para mejorar la recaudación tributaria y obviamente hemos recurrido a financiamiento. Por lo tanto, han sido meses complejos, y si revisamos, en ninguno de los meses he salido a quejarme de dónde voy a sacar (recursos) para pagar los salarios, siempre se pagaron a la fecha. Entonces creemos que las primeras fechas que hemos estado viendo esto, sí nos ha llamado poderosamente la atención y fue un motivo de preocupación cómo financiamos hasta que recuperar el ritmo. Y ahora que estamos recuperando el ritmo y la musculatura que teníamos en 2019, esto ya no va a ser un problema. En todo caso, todo endeudamiento adicional siempre va a ir destinado a la inversión pública, que es un gasto de capital no permanente en la medida en que esto concluya en un proyecto productivo de infraestructura, esto ya te tiene que generar réditos, y al generarlos ha sido una buena idea invertirlos en ese tipo de actividades.
—¿En qué porcentaje de ejecución se encuentra el Presupuesto General del Estado (PGE) de esta gestión?
—Al mes de octubre (2021) estamos con 68% de ejecución. Creemos que el sector público, en la medida en que ha empezado a volver a tener la dinámica, va a ir completando esta capacidad de ejecución.
—¿Los gobiernos subnacionales están cumpliendo sus metas de ejecución presupuestaria previstas para este 2021?
—Las anteriores gobernaciones y municipios cometieron un error que fue cometido por las exautoridades del gobierno de facto, como el ministro José Luis Parada. Primero se dieron un balazo en el zapato al dar facilidades de pago en el tema impositivo. La gente que ya tenía para pagar el impuesto de febrero y marzo (2020), con esas facilidades tributarias, se lo gastó, y ese hueco fue de Bs 2.000 millones.
—¿Qué es lo que pasó?
—Los gastos se mantuvieron y los recursos bajaron, recursos por coparticipación. Obviamente, al bajar la actividad económica, pero también al no recaudar el Gobierno central para las transferencias, sintieron un bajón de recursos, pero los gastos seguían siendo grandes. Y a qué recurrieron los gobiernos municipales y las gobernaciones, pues al endeudamiento. Entonces, los nuevos gobernadores y alcaldes (que asumieron cargos el 3 mayo de 2021) se encontraron con una gobernación o un municipio con números rojos. Han tratado de solucionar, pero de ahí en adelante tienen que sanear sus finanzas públicas.
—¿El PGE 2022 tiene luz verde de la Cámara de Diputados pese a que legisladores de oposición hicieron observaciones sobre su magnitud, fomento a la burocracia estatal y favorecimiento a empresas deficitarias?
—Hay una forma incorrecta por la cual se está midiendo el tamaño del presupuesto con el tamaño de la economía. Se compara el presupuesto consolidado y no el agregado contra el PIB y eso es 78,3%. En 2021 fue de 82%, mientras que en 2020 fue 83%, y en otros años fue cercano a lo que estamos manejando, 78%. Qué significa eso. La primera empresa del país es YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) y genera ingresos. Si el tamaño del presupuesto les asusta, entonces les está asustando el tamaño del ingreso que tiene YPFB dentro de la economía y es porque se ha nacionalizado. Antes era residual y no ingresaban recursos. Solo pueden inscribir su presupuesto en ingreso quiénes tienen esa capacidad de hacerlo y eso lo tienen las empresas públicas, que tanto son criticadas y que no reciben subvención y que en la presente gestión ya han empezado a generar utilidades operativas, y muchas que estaban generado pérdidas ahora están generando pérdidas mucho menores que en los anteriores meses. Nosotros creemos que nuestro presupuesto apuesta por la inversión. El déficit fiscal (-8% en porcentaje del PIB) viene más por el lado del capital, entre ingresos y gastos, eso significaría que estamos invirtiendo más. Es decir, le estamos apostando a proyectos productivos, generación de biodiésel con sustitución de importaciones.
— ¿Este 2022 se optará también por un ‘incremento responsable’ del 2% únicamente al Salario Mínimo Nacional?
—Lo que hay que ver es con cuánto va a terminar la inflación (en 2021) y en función de eso habrá que discutir con los actores que así se vea pertinente, y con los que estén convocados, el aumento del salario nacional. Pero creemos que lo que hemos hecho este año ha sido responsable. Mucha gente también decía que si hay el segundo aguinaldo, va a morir la economía; ocurrió que en la métrica no dio el número para el segundo aguinaldo, y entonces creemos que se ha manejado responsablemente la política salarial.
—¿Las proyecciones de crecimiento y el incremento de los ingresos del país todavía no son suficientes para anticipar que el incremento será mayor al registrado este 2021?
—Hay que ver cuánto va a terminar la tasa de inflación (en 2021), es uno de los parámetros, hay que ver también cómo va a estar la coyuntura del país. Uno no debería adelantarse. Es como si un hijo le preguntara a su padre si seguirá en el colegio particular. En la medida en que la coyuntura se mantenga, sí (sería la respuesta), pero se debe ver en el momento cómo están los números, hay que cerrar la gestión y en función de eso empezar a hablar de estos temas con los actores importantes en materia salarial.
—El Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES 2021-2025) proyecta un crecimiento de 4,6% para el próximo año y en el PGE 2022 se prevé 5,1%. Todo hace suponer que de los indicadores rojos pasamos a los números positivos. ¿Esto quiere decir que el 2022 es el año de la reconstrucción?
—Sí. Efectivamente se apunta a reconstruir la economía, a alcanzar los niveles o superar los que teníamos en 2019. Si este año hubiéramos crecido al 6,8%, ya habríamos alcanzado los niveles de 2019. Estamos a unos pelitos para alcanzar lo que era ese año. Por lo tanto, se hace importante establecer que el 2022 es un año importante, de inflexión (giro), para arrancar muchas de las ideas (de la administración de Luis Arce), para implementar, para ponerlas en marcha, como las plantas de biodiésel. Hay una alta probabilidad de dar una sorpresa el próximo año en términos de esta sustitución de importaciones. No importa que sean en un inicio pequeñas, pero se darán resultados. La producción agropecuaria dará los resultados esperados, si los hidrocarburos pudiesen mantener la producción de millones de pies cúbicos día, también va ser importante.
PERFIL
Nombre: Marcelo Montenegro Gómez García
Cargo: Ministro de Economía y Finanzas Públicas
ECONOMISTA
Cuenta con una maestría en Economía Aplicada otorgada por la Universidad Andina Simón Bolívar. Ejerció la presidencia del Banco de Desarrollo Productivo- BDP. Fue director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Se desempeñó como Asesor Técnico Internacional (ATI) Eurecna (Italia) Unión Europea. Fue director de la Red de Análisis Fiscal del Ministerio de Economía, director general de Empresas Estatales y asesor general de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI). Además, ocupó cargos públicos en entidades como el Viceministerio de Planificación Estratégica del Estado del Ministerio de Planificación del Desarrollo y el Viceministerio de Política Tributaria del Ministerio de Economía.