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Friday 10 May 2024 | Actualizado a 08:23 AM

Una muestra rescata el encanto y riqueza de la cotidianeidad urbana en La Paz

Y son precisamente esas cosas cotidianas, que tal vez para muchos bolivianos son imperfectas o que pasan desapercibidas las que han dado vida a "El Choco", muestra con la que Calderón aspira a que la gente pueda apreciar esos detalles "que a veces son complicados, pero a la vez son cosas que dan personalidad" a ambas urbes.

/ 21 de mayo de 2013 / 17:14

La riqueza y el encanto de la cultura urbana que se genera en la cotidianeidad de las ciudades vecinas de La Paz y El Alto han sido rescatadas en una muestra inaugurada en esta última ciudad por el artista plástico suizo-boliviano Luciano Calderón, a quien sus vecinos alteños han apodado «El Choco».

Coloridas pinturas de los típicos y destartalados microbuses que circulan en ambas ciudades, un muro construido con bolsas de hilo plástico como las utilizadas en el mercado y la vestimenta de un superhéroe andino son parte de la muestra «El Choco», que Calderón, nacido hace 27 años en Berna, expone estos días en el Centro Cultural de España en La Paz.

Calderón está afincado desde hace unos años en un barrio minero de El Alto, donde la mayoría de los vecinos tiene raíces indígenas.

«Yo soy el más clarito de todos y la gente me dice ‘Choquito’, ‘Choco’, por eso la muestra se llama así», explica el artista en entrevista con Efe.

De padre boliviano y madre suiza, Calderón comenta que su infancia y adolescencia transcurrieron sobre todo en Europa, con algunas visitas ocasionales a Bolivia, donde finalmente decidió establecerse.

«Estaba esperando el momento indicado para marcharme de Europa porque sentía que tenía una conexión más fuerte con Sudamérica», sostiene Calderón y confiesa que siempre tuvo  “complicaciones» para encontrar su «sitio» en Suiza, donde las reglas son muy estrictas.

El artista destaca que en Bolivia, «uno tiene más libertad» para expresar lo que siente y, además, «las personas son mucho más cariñosas», aunque considera que su vocación por el arte surgió a partir de haberse criado en Europa.

«Creo que gracias a que tuve una infancia en un país tan correcto y perfecto puedo apreciar las cosas imperfectas que hay en este continente», agrega.

Y son precisamente esas cosas cotidianas, que tal vez para muchos bolivianos son imperfectas o que pasan desapercibidas las que han dado vida a «El Choco», muestra con la que Calderón aspira a que la gente pueda apreciar esos detalles «que a veces son complicados, pero a la vez son cosas que dan personalidad» a ambas urbes.

«La gente debería apreciar más las cosas que tiene y reconocer la gran riqueza de la cultura que tenemos en Bolivia, que no es sólo la morenada o las llamitas, hay mucha cultura ciudadana urbana a la que la gente le da cero importancia, que son cosas que en otros países no existen», insiste.

Así, en uno de los ambientes se exhiben un traje y doce máscaras de un superhéroe andino con diseños creados por Calderón y tejidos a mano por la artesana alteña Sandra Arcani.

Las máscaras, que son el resultado de una combinación entre un pasamontañas y el tradicional lluchu (un gorro andino de lana), muestran dibujos y frases como «Ahora tienes un problema», «Fuera de control» o la tradicional «Nunca de rodillas», que, precedida por el dicho «El Alto de pie», es la frase de guerra de los combativos alteños, cuyas protestas han llegado a derribar gobiernos.

Esta parte de la muestra está acompañada con dos vídeos que muestran al superhéroe patrullando las calles de El Alto, resaltando el contraste entre los colores chillones de su traje con los grises predominantes en esa ciudad andina.

Calderón también ha levantado una «muralla alteña» con un centenar de coloridos sacos de hilo plástico conocidos como «gangoches», en los que se suele vender arroz, harina o azúcar, y que para el artista son parte del «arte omnipresente en las calles» de La Paz y El Alto.

En otro sector de la muestra, siete pinturas plasman imágenes cotidianas de ambas ciudades, pero en las que Calderón ha dejado patente su sello personal.

En una de ellas se ve el tradicional microbús paceño, lleno de pegatinas que los transportistas suelen poner en sus vehículos con peculiares mensajes como «No me sigas, yo también estoy perdido», «Soy soltero, la casada es mi mujer», «Anuncie una cuadra antes de bajar» o la oración del chófer.

«Mi humildad perdona tu ignorancia» es una de las frases de microbús que más llamó la atención del «Choco», por lo que el artista decidió darle un espacio propio en una especie de letrero gigantesco hecho de lona por costureros alteños que venden colchas de ese material para cubrir camiones.

«Es una gran frase para distinguir al país y se puede usar en cualquier situación de la vida, como en la política y respecto al mismo arte», asegura Calderón.

La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 15 de junio.

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El Teatro Municipal de La Paz, el veterano imparable de Suramérica

La estructura arquitectónica del Municipal, como lo llaman los paceños, sobresale bien preservada en medio de otras antiguas construcciones del centro histórico de la ciudad.

/ 11 de marzo de 2018 / 20:25

Las paredes y tablas del Teatro Municipal de La Paz, la capital administrativa de Bolivia, están impregnadas del talento que artistas locales y extranjeros han dejado a su paso por este escenario, que con 172 años es el más antiguo en funcionamiento de Suramérica y respira con más fuerza que nunca.

La Paz tiene seis teatros, pero «el más importante por su historia» es el Municipal Alberto Saavedra Pérez, explicó a Efe la jefa de la Unidad de Espacios Escénicos Municipales, la periodista Mabel Franco.

La estructura arquitectónica del Municipal, como lo llaman los paceños, sobresale bien preservada en medio de otras antiguas construcciones del centro histórico de la ciudad.

Basta poner un pie en el foyer para empezar a respirar historia y quienes mejor saben de ello son sus trabajadores más experimentados, como el técnico de iluminación Juan Antonio Caba.

«Es uno de los más antiguos en Suramérica que aún está en funcionamiento, porque el resto de los teatros de esta edad ya son reliquias y están de museos. Este teatro todo el mundo lo viene a visitar», dijo Caba a Efe.

Caba trabaja desde hace 15 años en el Municipal, pero lo conoce bien desde su infancia, ya que su padre, Mario Caba, se desempeñó también como luminotécnico durante 28 años en este escenario.

Las casi dos décadas que el tramoyista Pedro Ramos lleva en el Municipal le hacen afirmar que «es uno de los mejores teatros en Suramérica».

«Estoy trabajando muchos años en el teatro, he tomado mucha experiencia con los artistas nacionales e internacionales (…) La verdad es un orgullo para mí, que jamás he llegado a pensar trabajar en este teatro, pero he tenido el gusto de hacerlo», afirmó Ramos.

El teatro fue diseñado por José Núñez del Prado, el primer boliviano titulado arquitecto en el país, que también estuvo a cargo del diseño del Palacio de Gobierno.

Su construcción comenzó en 1843 y se inauguró el 18 de noviembre de 1845, con el estreno del himno nacional del país, conocido entonces como «Canción Patriótica».

Aquel suceso es una muestra de que este teatro «no es sólo para La Paz, es para el país» y «tiene una trascendencia nacional», afirmó Franco.

El nombre de Alberto Saavedra Pérez le llegó en 1957, en memoria de aquel dramaturgo y periodista paceño descrito como el «último bohemio que conoció La Paz» por el ensayista Luis Alberto Pabón, recordó la periodista.

La estructura ha sido intervenida en algunas ocasiones, pero siempre ha conservado la planta de herradura, mientras que la fachada fue remodelada después de 1910.

Ese año, el artista francés Lemetyer pintó el plafón del teatro, donde conviven Miguel de Cervantes, Shakespeare, Richard Wagner y Giuseppe Verdi, engalanados por las musas Euterpe, Talía, Calíope y Melpómene y por una imponente lámpara con 84 bombillas.

Los 624 asientos disponibles en las plateas, palcos, anfiteatro y galerías fueron ocupados por más de millón y medio de espectadores entre 2010 y 2016, según datos del municipio.

Teatro no es teatro sin un fantasma y en este caso, el dueño y señor de las tablas del Municipal es el travieso «Tío Ubico», en cuyo nombre fue bautizado el salón de honor del lugar.

El personal del teatro no deja de maravillarse con las «joyas» que ha podido hallar en sus rincones en los últimos años, incluidas antiguas fotografías de artistas fallecidos u otros que ya están entrados en años.

«Los ves jóvenes, anunciándose como bailarines, como cantantes, como actores y dices guau. Es como abrir un cofre de la abuela o del abuelo, donde ese abuelo es de todos los paceños y los bolivianos», agregó Franco.

Aunque se intenta darle un respiro al menos una vez por semana, la demanda de los artistas por presentarse en este escenario a veces obliga a abrir de lunes a domingo.

Ahora la actividad artística no se limita al escenario, sino que ha tomado otros espacios del teatro, como el foyer, donde se exhiben obras ganadoras de concursos municipales.

O la inédita apertura de todo el edificio en 2017, con recorridos e intervenciones artísticas durante la Larga Noche de Museos y en vísperas del Día de Todos los Santos.

Varios eventos hacen que este espacio sea especial, por ejemplo, el que fuera en su momento la primera sala «para que el público descubra ese invento maravilloso que es el cine», recordó Franco.

Pero, agregó, está pendiente «reconstruir la historia del Teatro Municipal» para dar un sustento documentado y objetivo a muchas de esas memorias de las que hoy se habla.

Más allá de lo material o lo anecdótico, para la periodista, «el verdadero valor de este escenario es que desde el siglo XIX hasta hoy día es el espacio para que los creadores se encuentren con el espectador, le propongan sus ideas, lo inviten a pensar la realidad de otra manera».

(11/03/2018)

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El Teatro Municipal de La Paz, el veterano imparable de Suramérica

La estructura arquitectónica del Municipal, como lo llaman los paceños, sobresale bien preservada en medio de otras antiguas construcciones del centro histórico de la ciudad.

/ 11 de marzo de 2018 / 20:25

Las paredes y tablas del Teatro Municipal de La Paz, la capital administrativa de Bolivia, están impregnadas del talento que artistas locales y extranjeros han dejado a su paso por este escenario, que con 172 años es el más antiguo en funcionamiento de Suramérica y respira con más fuerza que nunca.

La Paz tiene seis teatros, pero «el más importante por su historia» es el Municipal Alberto Saavedra Pérez, explicó a Efe la jefa de la Unidad de Espacios Escénicos Municipales, la periodista Mabel Franco.

La estructura arquitectónica del Municipal, como lo llaman los paceños, sobresale bien preservada en medio de otras antiguas construcciones del centro histórico de la ciudad.

Basta poner un pie en el foyer para empezar a respirar historia y quienes mejor saben de ello son sus trabajadores más experimentados, como el técnico de iluminación Juan Antonio Caba.

«Es uno de los más antiguos en Suramérica que aún está en funcionamiento, porque el resto de los teatros de esta edad ya son reliquias y están de museos. Este teatro todo el mundo lo viene a visitar», dijo Caba a Efe.

Caba trabaja desde hace 15 años en el Municipal, pero lo conoce bien desde su infancia, ya que su padre, Mario Caba, se desempeñó también como luminotécnico durante 28 años en este escenario.

Las casi dos décadas que el tramoyista Pedro Ramos lleva en el Municipal le hacen afirmar que «es uno de los mejores teatros en Suramérica».

«Estoy trabajando muchos años en el teatro, he tomado mucha experiencia con los artistas nacionales e internacionales (…) La verdad es un orgullo para mí, que jamás he llegado a pensar trabajar en este teatro, pero he tenido el gusto de hacerlo», afirmó Ramos.

El teatro fue diseñado por José Núñez del Prado, el primer boliviano titulado arquitecto en el país, que también estuvo a cargo del diseño del Palacio de Gobierno.

Su construcción comenzó en 1843 y se inauguró el 18 de noviembre de 1845, con el estreno del himno nacional del país, conocido entonces como «Canción Patriótica».

Aquel suceso es una muestra de que este teatro «no es sólo para La Paz, es para el país» y «tiene una trascendencia nacional», afirmó Franco.

El nombre de Alberto Saavedra Pérez le llegó en 1957, en memoria de aquel dramaturgo y periodista paceño descrito como el «último bohemio que conoció La Paz» por el ensayista Luis Alberto Pabón, recordó la periodista.

La estructura ha sido intervenida en algunas ocasiones, pero siempre ha conservado la planta de herradura, mientras que la fachada fue remodelada después de 1910.

Ese año, el artista francés Lemetyer pintó el plafón del teatro, donde conviven Miguel de Cervantes, Shakespeare, Richard Wagner y Giuseppe Verdi, engalanados por las musas Euterpe, Talía, Calíope y Melpómene y por una imponente lámpara con 84 bombillas.

Los 624 asientos disponibles en las plateas, palcos, anfiteatro y galerías fueron ocupados por más de millón y medio de espectadores entre 2010 y 2016, según datos del municipio.

Teatro no es teatro sin un fantasma y en este caso, el dueño y señor de las tablas del Municipal es el travieso «Tío Ubico», en cuyo nombre fue bautizado el salón de honor del lugar.

El personal del teatro no deja de maravillarse con las «joyas» que ha podido hallar en sus rincones en los últimos años, incluidas antiguas fotografías de artistas fallecidos u otros que ya están entrados en años.

«Los ves jóvenes, anunciándose como bailarines, como cantantes, como actores y dices guau. Es como abrir un cofre de la abuela o del abuelo, donde ese abuelo es de todos los paceños y los bolivianos», agregó Franco.

Aunque se intenta darle un respiro al menos una vez por semana, la demanda de los artistas por presentarse en este escenario a veces obliga a abrir de lunes a domingo.

Ahora la actividad artística no se limita al escenario, sino que ha tomado otros espacios del teatro, como el foyer, donde se exhiben obras ganadoras de concursos municipales.

O la inédita apertura de todo el edificio en 2017, con recorridos e intervenciones artísticas durante la Larga Noche de Museos y en vísperas del Día de Todos los Santos.

Varios eventos hacen que este espacio sea especial, por ejemplo, el que fuera en su momento la primera sala «para que el público descubra ese invento maravilloso que es el cine», recordó Franco.

Pero, agregó, está pendiente «reconstruir la historia del Teatro Municipal» para dar un sustento documentado y objetivo a muchas de esas memorias de las que hoy se habla.

Más allá de lo material o lo anecdótico, para la periodista, «el verdadero valor de este escenario es que desde el siglo XIX hasta hoy día es el espacio para que los creadores se encuentren con el espectador, le propongan sus ideas, lo inviten a pensar la realidad de otra manera».

(11/03/2018)

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«Qullqicha ñuqa ima», la edición en quechua de «Platero y yo» llega a Bolivia

La edición bilingüe, presentada en octubre pasado en España, fue llevada esta semana por Bilbao y la diputada de Huelva Laura Martín a La Paz y Cochabamba.

/ 22 de febrero de 2016 / 21:20

La emblemática historia del burrito Platero narrada por el poeta español Juan Ramón Jiménez llegará a las escuelas bolivianas en una edición bilingüe que incluye una versión en español y otra en la lengua indígena quechua.

Se trata de «Qullqicha ñuqa ima», la edición de «Platero y yo» traducida al quechua dentro de un proyecto impulsado por Alfonso Bilbao, un médico boliviano que vive desde hace 27 años en Huelva, la cuna del Premio Nobel de Literatura.

La edición bilingüe, presentada en octubre pasado en España, fue llevada esta semana por Bilbao y la diputada de Huelva Laura Martín a las ciudades bolivianas de La Paz y Cochabamba, esta última con una elevada población de quechuahablantes.

En una entrevista con Efe, Bilbao señaló que en esta ocasión trajo 1.400 libros que se distribuirán gratuitamente en instituciones educativas en las regiones quechuahablantes de Cochabamba, Chuquisaca y Potosí.

«No son muchos ejemplares, pero vamos a intentar que lleguen a la mayor parte posible de instituciones educativas, colegios, escuelas, universidades, bibliotecas públicas», señaló Bilbao.

Algunas copias fueron entregadas a la Gobernación y la Alcaldía de Cochabamba para su distribución en esa región, y otras se repartirán en La Paz por ser la sede del Gobierno boliviano, aunque su población indígena es mayormente aimara.

La traducción estuvo a cargo del también boliviano Tito Tórrez Fernández, «un magnífico profesor lingüista» experto en quechua.

El libro incluye la versión en español de la edición centenario de «Platero y yo», la traducción de la obra al quechua y un audiolibro leído en ese idioma nativo, hablado por entre siete y diez millones de personas, sobre todo en Bolivia, Ecuador y Perú.

La etnia quechua es la de mayor presencia en Bolivia, con 1.281.116 personas, según datos del censo de población de 2012.

La idea de traducir la historia de Platero al quechua surgió en 2006, durante una «reunión de amigos en Bolivia», en la cual Bilbao vio que había «una especie de renacimiento de todo lo que son las culturas originarias, las costumbres, los usos y las lenguas de los pueblos indígenas» de su país natal.

«Pensábamos que se podía hacer algunas cosas, no necesariamente esperar siempre la acción del Gobierno sino que los ciudadanos podíamos también implicarnos en que este cambio podía hacerse de forma paulatina y fortalecer a estas culturas», señaló.

«Platero y yo» fue la elegida para el proyecto por diversas razones, la más importante porque se apuntó a iniciar la «andadura de traducir obras a los idiomas originarios con una obra que fuera no solamente emblemática, sino de carácter universal», dijo Bilbao.

Otro motivo fue que el libro de Jiménez (1881-1958) ha servido «desde hace muchas décadas» a los niños españoles en sus primeras lecturas «por la belleza de la escritura, por la nobleza que hay en la obra, por el amor a la naturaleza y a los animales».

«Traducir esto a los idiomas originarios también traduce valores universales y para nosotros eso era de primerísima importancia», señaló el boliviano.

Para Martín, la importancia de «Platero y yo» radica en que se trata de una obra que tiene 102 años de vida y aún así es «más actual que nunca y ahora comienza también a latir en quechua».

«Hablar de Juan Ramón Jiménez y de Platero es hablar de la naturaleza, de la vida, de la alegría, de la muerte, de los niños, del amor a los animales. Es hablar de la luz, es hablar de Moguer, su pueblo, y es hablar de Huelva, mi ciudad», señaló.

Al vivir en Huelva, Bilbao logró acercarse a instituciones como la Fundación Juan Ramón Jiménez, la Casa Museo Zenobia – Juan Ramón Jiménez, la diputación provincial, la Universidad de Huelva y la Universidad Internacional de Andalucía para que cooperasen en la financiación del proyecto.

Según Bilbao, la inclusión del audiolibro en la edición bilingüe tiene una «vocación didáctica» para quienes quieran iniciarse en el aprendizaje del quechua, ya que «podrán leerlo, comprobar el significado a través de su versión en español y disfrutar de la fonética del idioma» a través del audio.

Otro objetivo de la iniciativa es despertar el interés de la gente en proyectos de este tipo para que se realicen cada vez más ediciones de otras obras literarias en idiomas nativos, «ya sea desde el Gobierno, las instituciones privadas o desde iniciativas ciudadanas», indicó Bilbao.

Aunque «Qullqicha ñuqa ima» fue presentado en Perú a las pocas semanas de su debut en España, Bilbao espera hacer un relanzamiento de la obra en la Feria del Libro de Lima en junio para una mayor difusión, y también la llevará a Ecuador próximamente.

El boliviano espera realizar en el futuro nuevos proyectos similares con otras obras literarias, españolas y latinoamericanas, y en otras lenguas nativas, no solamente bolivianas.

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«Qullqicha ñuqa ima», la edición en quechua de «Platero y yo» llega a Bolivia

La edición bilingüe, presentada en octubre pasado en España, fue llevada esta semana por Bilbao y la diputada de Huelva Laura Martín a La Paz y Cochabamba.

/ 22 de febrero de 2016 / 21:20

La emblemática historia del burrito Platero narrada por el poeta español Juan Ramón Jiménez llegará a las escuelas bolivianas en una edición bilingüe que incluye una versión en español y otra en la lengua indígena quechua.

Se trata de «Qullqicha ñuqa ima», la edición de «Platero y yo» traducida al quechua dentro de un proyecto impulsado por Alfonso Bilbao, un médico boliviano que vive desde hace 27 años en Huelva, la cuna del Premio Nobel de Literatura.

La edición bilingüe, presentada en octubre pasado en España, fue llevada esta semana por Bilbao y la diputada de Huelva Laura Martín a las ciudades bolivianas de La Paz y Cochabamba, esta última con una elevada población de quechuahablantes.

En una entrevista con Efe, Bilbao señaló que en esta ocasión trajo 1.400 libros que se distribuirán gratuitamente en instituciones educativas en las regiones quechuahablantes de Cochabamba, Chuquisaca y Potosí.

«No son muchos ejemplares, pero vamos a intentar que lleguen a la mayor parte posible de instituciones educativas, colegios, escuelas, universidades, bibliotecas públicas», señaló Bilbao.

Algunas copias fueron entregadas a la Gobernación y la Alcaldía de Cochabamba para su distribución en esa región, y otras se repartirán en La Paz por ser la sede del Gobierno boliviano, aunque su población indígena es mayormente aimara.

La traducción estuvo a cargo del también boliviano Tito Tórrez Fernández, «un magnífico profesor lingüista» experto en quechua.

El libro incluye la versión en español de la edición centenario de «Platero y yo», la traducción de la obra al quechua y un audiolibro leído en ese idioma nativo, hablado por entre siete y diez millones de personas, sobre todo en Bolivia, Ecuador y Perú.

La etnia quechua es la de mayor presencia en Bolivia, con 1.281.116 personas, según datos del censo de población de 2012.

La idea de traducir la historia de Platero al quechua surgió en 2006, durante una «reunión de amigos en Bolivia», en la cual Bilbao vio que había «una especie de renacimiento de todo lo que son las culturas originarias, las costumbres, los usos y las lenguas de los pueblos indígenas» de su país natal.

«Pensábamos que se podía hacer algunas cosas, no necesariamente esperar siempre la acción del Gobierno sino que los ciudadanos podíamos también implicarnos en que este cambio podía hacerse de forma paulatina y fortalecer a estas culturas», señaló.

«Platero y yo» fue la elegida para el proyecto por diversas razones, la más importante porque se apuntó a iniciar la «andadura de traducir obras a los idiomas originarios con una obra que fuera no solamente emblemática, sino de carácter universal», dijo Bilbao.

Otro motivo fue que el libro de Jiménez (1881-1958) ha servido «desde hace muchas décadas» a los niños españoles en sus primeras lecturas «por la belleza de la escritura, por la nobleza que hay en la obra, por el amor a la naturaleza y a los animales».

«Traducir esto a los idiomas originarios también traduce valores universales y para nosotros eso era de primerísima importancia», señaló el boliviano.

Para Martín, la importancia de «Platero y yo» radica en que se trata de una obra que tiene 102 años de vida y aún así es «más actual que nunca y ahora comienza también a latir en quechua».

«Hablar de Juan Ramón Jiménez y de Platero es hablar de la naturaleza, de la vida, de la alegría, de la muerte, de los niños, del amor a los animales. Es hablar de la luz, es hablar de Moguer, su pueblo, y es hablar de Huelva, mi ciudad», señaló.

Al vivir en Huelva, Bilbao logró acercarse a instituciones como la Fundación Juan Ramón Jiménez, la Casa Museo Zenobia – Juan Ramón Jiménez, la diputación provincial, la Universidad de Huelva y la Universidad Internacional de Andalucía para que cooperasen en la financiación del proyecto.

Según Bilbao, la inclusión del audiolibro en la edición bilingüe tiene una «vocación didáctica» para quienes quieran iniciarse en el aprendizaje del quechua, ya que «podrán leerlo, comprobar el significado a través de su versión en español y disfrutar de la fonética del idioma» a través del audio.

Otro objetivo de la iniciativa es despertar el interés de la gente en proyectos de este tipo para que se realicen cada vez más ediciones de otras obras literarias en idiomas nativos, «ya sea desde el Gobierno, las instituciones privadas o desde iniciativas ciudadanas», indicó Bilbao.

Aunque «Qullqicha ñuqa ima» fue presentado en Perú a las pocas semanas de su debut en España, Bilbao espera hacer un relanzamiento de la obra en la Feria del Libro de Lima en junio para una mayor difusión, y también la llevará a Ecuador próximamente.

El boliviano espera realizar en el futuro nuevos proyectos similares con otras obras literarias, españolas y latinoamericanas, y en otras lenguas nativas, no solamente bolivianas.

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Críticas a doble aguinaldo firmado por Morales por considerarlo electoralista

El presidente Evo Morales presentó hoy ante sectores sindicales leales el decreto del doble pago navideño que debe hacer el Estado y los privados a sus trabajadores cuando el crecimiento económico supere el 4,5%.

/ 21 de noviembre de 2013 / 01:08

El pago de un doble aguinaldo decretado hoy por sorpresa por el presidente de Bolivia, Evo Morales, es una medida para sumar apoyo para su reelección en 2014, pero puede aumentar la inflación, advirtieron hoy analistas, empresarios, opositores y disidentes del oficialismo.

«Claramente se trata de una medida electoralista», de un «golpe político mediático perfecto con miras a la reelección del presidente» porque es seguro que muchos asalariados la aplaudirán, afirmó hoy a Efe el economista boliviano Gary Rodríguez.

Morales presentó hoy ante sectores sindicales leales el decreto del doble pago navideño que debe hacer el Estado y los privados a sus trabajadores cuando el crecimiento económico supere el 4,5%.

«Antes se privatizaba la riqueza y se socializaba la pobreza. Nuestra política siempre será socializar la riqueza y reducir la pobreza», señaló el mandatario para justificar el decreto.

La medida tendría que aplicarse a partir de este mismo año, pues según el cálculo oficial, esta gestión cerrará con un inédito crecimiento del producto interior bruto (PIB) de 6,5 %.

Morales, que gobierna desde 2006, buscará un tercer mandato en los comicios presidenciales previstos para el 5 de octubre de 2014, que, de ganarlos, le permitiría seguir en el poder hasta 2020.

Rodríguez también llamó la atención sobre el hecho de que el doble aguinaldo «va a contramano» del esfuerzo que realiza el mismo Gobierno para retirar dinero de la economía y frenar la inflación.

El Índice de Precios al Consumidor ya superó hace dos meses la meta oficial inicial de 4,8 % y los cálculos indicaban que el año iba a cerrar con un 7,5 %, aunque hoy ha aumentado la incertidumbre.

Al respecto, el expresidente del Banco Central de Bolivia Armando Méndez dijo a Efe que el Gobierno «ha entrado en una contradicción económica», pues por un lado retira liquidez y, por otro, dicta el doble aguinaldo, con el que aumentará el circulante monetario.

Según Méndez, es la primera vez que un Gobierno decreta en Bolivia una medida semejante, si bien en la dictadura de Hugo Banzer Suárez (1971-1978) se creó el llamado «bono patriótico», un salario anual adicional que fue anulado en 1985.

A su juicio, Morales quiere «congraciarse con la clase media formal trabajadora, que no era su lado fuerte» pero que ahora podría ratificarle su respaldo en 2014.

Tras haber ganado por mayoría absoluta en las elecciones de 2005 (54 %) y de 2009 (64 %), Morales tiene hoy, a once meses de los comicios, un apoyo que ronda el 30 %, según una reciente encuesta.

Para el profesor universitario Gonzalo Chávez, «es la típica medida rentista de distribuir plata para ganar votos», pero además con el riesgo de generar «un salto inflacionario significativo en los próximos meses» y también alentará la informalidad.

«Si en algún momento has tenido la peregrina idea de convertirte en formal, de querer hacer las cosas bien como empresa, olvídate del asunto porque vienen estas medidas políticas que estrangulan a ciertos sectores productivos», comentó Chávez en radio Erbol.

La decisión de Morales fue aplaudida por el líder de la Central Obrera Boliviana (COB), el minero Juan Carlos Trujillo, que anunció que esta organización hará cumplir el decreto con los empresarios, a los que pidió no quejarse porque, a su juicio, viven en bonanza.

El empresario opositor Samuel Doria Medina escribió en Twitter que «hoy se dio un paso importante para que Bolivia siga los pasos de la economía de Venezuela; inflación y desabastecimiento».

Por la misma red social, la diputada Rebeca Delgado, disidente del oficialismo, sostuvo que Morales «le tiene miedo al juzgamiento del pueblo, por eso decidió comprar votos» y se preguntó si se trata de un «¿doble aguinaldo o prebendalismo electoral?».

La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia tildó de «muy grave» para el sector el decreto y advirtió de que es una «pésima señal» para las inversiones que el sector hace en el país.

«El empresariado nacional manifiesta su energética protesta y total rechazo al decreto por las connotaciones económicas y sociales que el mismo representa», señaló la patronal en un comunicado.

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