La pobreza puede afectar la capacidad mental de una persona
Estudio. El afán por afrontar los problemas materiales deja a las personas sin energía cognitiva
Los esfuerzos por afrontar los problemas materiales básicos agotan las capacidades mentales de las personas pobres, lo que les deja poca energía cognitiva para dedicarse a su educación. Esta movilización de capacidades cerebrales para superar situaciones estresantes, como el hecho de saber si se tendrá el dinero suficiente para alimentar a la familia o pagar el próximo alquiler, puede suponer una reducción de 13 puntos del coeficiente intelectual (CI) de una persona, es decir un descenso de un 10% con respecto a la media de la población.
Una disminución de este tipo de las capacidades mentales equivale a la sufrida tras una noche sin dormir. “Para muchos pobres, estos problemas se vuelven tan persistentes que es difícil concentrarse en otras cosas como la educación, la formación profesional o incluso la organización de su tiempo”, explicó el economista Sendhil Mullainathan.
“Esto no significa que los pobres sean menos inteligentes que los demás, sino que la pobreza moviliza mucha energía mental”, insistió. “Es como un ordenador que funciona lento porque está cargando un video muy largo”.
“La pobreza se ve a menudo como resultado de un fracaso personal o consecuencia del hecho de haber sido criado en un entorno desfavorable, pero nuestro estudio muestra que la falta de recursos financieros puede por sí misma deteriorar las funciones cognitivas”, dijo por su lado el psicólogo Jiayingt Zhao.
Para este estudio se realizaron experimentos con 400 estadounidenses entre 2010 y 2011, con un ingreso medio anual de entre $us 20.000 y 70.000 por año. Los científicos sometieron a los participantes, repartidos en dos grupos, uno formado de ricos y otro de pobres, a diferentes situaciones, como pagar una gran reparación de sus vehículos ($us 1.500) o una factura mucho menos elevada ($us 150), sometiéndolos a pruebas cognitivas y de control.
Enfrentados a problemas financieros fácilmente superables, los pobres obtuvieron resultados comparables a los ricos en estas pruebas. Pero si el problema económico pasaba a ser omnipresente, los menos favorecidos registraron resultados netamente inferiores a las pruebas, con una diferencia de hasta 13 puntos del CI.
Los resultados de estos trabajos podrían tener implicaciones en materia de políticas sociales, e inspirar soluciones a problemas vinculados con la pobreza sin incrementar en cambio el monto de la ayuda financiera. Se trataría sobre todo de atender las preocupaciones que hacen reducir la carga cognitiva de los pobres, señalaron.