El bello adiós de Pink Floyd en un ‘Río sin fin’
El director del videoclip Po Powell ilustró Louder than words con un navegante montado en un bote de pescador que surca las nubes al filo del ocaso.
La imagen surrealista con la que Pink Floyd ha ilustrado su último disco, The Endless River (El río sin fin), es una invitación para despedir a la banda que se formó en 1965. Un bello final formado por cuatro grandes partes instrumentales y una canción, Louder than words (Más fuerte que las palabras), que habla sobre la ruta que ha recorrido la agrupación británica durante sus 50 años de carrera artística.
La imagen de esta pieza, lanzada el 10 de noviembre en simultáneo con la obra final de Pink Floyd, es un videoclip que desvela el trágico final del Mar de Aral, situado entre Kazajistán y Uzbekistán, dos países de Asia central que fueron parte de la Unión Soviética.
Las aguas del Aral prácticamente han desaparecido en la actualidad por efecto de un proyecto desarrollado por los soviéticos en la década de los 70 y que consistía en transvasar las aguas de los dos ríos que nutrían el gran mar endorreico en favor de las plantaciones de algodón y arroz de esa zona.
El director del videoclip Po Powell ilustró Louder than words con un navegante montado en un bote de pescador que surca las nubes al filo del ocaso. El hombre llega a lo que queda del mar de Aral, donde un viejo pescador recuerda a tres niños que las aguas bañaban sus sueños. Los pequeños juegan a ser pescadores y pescados en oxidados buques encallados en la arena. “Es un ejemplo chocante de las malas gestiones del ser humano y uno de los peores desastres medioambientales del planeta; el agua ha menguado hasta en un 10% de su tamaño original, destruyendo la industria pesquera y pueblos pesqueros por completo”, reflexiona Powell, según la revista Rolling Stone.
El disco, al que hay descubrirlo de a poco, evoca melodías de los 15 discos que Pink Floyd grabó en estudio; es además un homenaje al tecladista Rick Wright, fallecido en 2008. David Gilmour y Nick Mason le sobreviven, y un tanto más alejado Roger Waters porque la inmortalidad no admite disensos.