La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció ayer una ampliación de los programas sociales dirigidos a los más pobres, con nuevos beneficios para familias de baja renta que tengan al menos un joven de hasta 15 años de edad.

“El objetivo final es construir un país de clase media”, declaró la jefa de Estado sobre la expansión de los planes sociales, la cual calificó como “una fuerte iniciativa para acabar con la pobreza” en Brasil.

“El camino hacia la sociedad de clase media”, explicó, pasa por el crecimiento económico, la creación de empleos, la educación de calidad, la modernización tecnológica, una industria fuerte y una agricultura cada vez más productiva, pero también por la “retirada más rápida posible de las familias que están en la miseria”.

Con este anuncio, se amplía el horizonte del programa “Brasil Cariñoso”, que desde mayo apoya a las familias de bajos recursos y con niños de menos de seis años de edad, que reciben un auxilio de 70 reales (unos $us 35) al mes.

Según los cálculos del Gobierno, los beneficiados por este plan, que eran hasta ahora cerca de 18 millones de personas, pasarán a ser alrededor de 25 millones. Datos oficiales indican que la expansión del “Brasil Cariñoso” aumentará en 1.740 millones de reales ($us 870 millones) los presupuestos para programas sociales del 2013, que hasta ahora eran de 23.000 millones de reales ($us 11.500 millones).