El Gobierno chileno trasladó ayer a Perú a 122 presos ciudadanos de ese país e inició así las expulsiones de 720 reos extranjeros como parte de un plan para reducir el hacinamiento en sus cárceles, confirmaron a EFE fuentes de Gendarmería (Servicio de prisiones).

Los presidiarios (81 mujeres y 41 hombres) fueron trasladados desde la cárcel de Arica (norte) hasta la frontera con Perú, donde quedarán en libertad, aunque tendrán prohibido regresar a Chile en los próximos diez años. El operativo continuará hoy, con la expulsión de otros 14 reos que serán detenidos en Perú por tener causas pendientes con la Justicia de su país, y finalizará mañana, cuando se traslade a otros 122 reclusos que sí recuperarán la libertad.

Estos traslados son fruto de una ley de indulto, aprobada en abril por el Congreso chileno, que establece una amnistía a más de 6.000 presos que hayan sido condenados por delitos menores con el objetivo de descongestionar las hacinadas cárceles de ese país.

Según datos de la Gendarmería, actualmente hay en Chile 52 mil presos, de los cuales 2.188 son foráneos. Perú y Bolivia son los países que más ciudadanos tienen en las cárceles chilenas, y son 574 los presos bolivianos que han solicitado este beneficio.