Crece el temor a la contaminación radiactiva en Japón
Alimentos. Se encontraron rastros por encima de lo permitido en comestibles
Las autoridades detectaron la presencia de niveles radiactivos superiores a los máximos autorizados en brócolis y leche no pasteurizada procedentes de las prefecturas de Ibaraki y Fukushima, donde se ubica la central nuclear, informó en la madrugada del miércoles la agencia Kyodo News sin dar mayores detalles.
Los diferentes organismos públicos habían reiterado ayer que el nivel de radiactividad detectada en la lluvia, el agua potable o algunos alimentos en torno a la central nuclear dañada no amenazaba la salud. El lunes, un análisis de agua de mar cerca de Fukushima, a 250 km al norte de la megalópolis de Tokio y de sus 35 millones de habitantes, había revelado índices de yodo 131 y de cesio 134 que eran respectivamente 126,7 y 24,8 veces mayores que los fijados por el gobierno.
Ante la situación, Francia exigió a la Comisión Europea imponer «controles sistemáticos» para las importaciones de productos frescos que llegan a la Unión Europea procedentes de Japón.
La Agencia Pesquera japonesa informó por su parte que los pescadores no pudieron reanudar aún su trabajo, 11 días después de que los barcos y puertos fueran destrozados por el tsunami que generó el sismo de magnitud 9.
Esta doble catástrofe, la peor en Japón desde la Segunda Guerra Mundial, dejó unos 23.000 muertos y desaparecidos, de ellos 9.079 fallecimientos confirmados, según un último balance provisional de ayer por la noche.
Reactores. Para evitar nuevos escapes radiactivos, las operaciones seguían su curso para intentar restablecer los sistemas de enfriamiento de los reactores. Estas operaciones se iniciaron tras los primeros incidentes producidos el 12 de marzo, pese al riesgo que supone para la salud de los bomberos y técnicos expuestos a fuertes radiaciones. El lunes, un nuevo problema se produjo con el escape de inquietantes humaredas de los reactores 2 y 3.
La anticuada central de Fukushima Daiichi (N°1) fue gravemente dañada por el sismo y la ola de 14 metros que se generó después en el océano Pacífico. El enfriamiento de los reactores, esencial para evitar una fusión del combustible nuclear, no se ha logrado aún.
Los técnicos empezaron a utilizar un camión alemán equipado para verter agua por encima del dañado techo del reactor 4. Otro camión, con un inmenso brazo articulado, era llevado de China a Japón, donde será utilizado en Fukushima para rociar las instalaciones.
Detectan radiación en EEUU
Las estaciones de medición de la Comisión del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares han registrado trazos de radiación supuestamente procedente de la central de Fukushima, Japón, en la costa este de EEUU, según la central de meteorología de Austria. EFE
La industria, a media máquina
Las consecuencias del terremoto del 11 de marzo y la parada de las centrales nucleares siguen impidiendo, 11 días después, que las empresas japonesas puedan recuperar su actividad normal en un abanico de sectores que van desde el automovilístico a la edición de mangas.
Fábricas sin funcionar, cortes de corriente eléctrica, racionamiento de combustible, entregas imposibles, el engranaje de la economía japonesa está agarrotado y el funcionamiento de los circuitos logísticos, habitualmente fluidos, desorganizado.
Numerosas plantas de producción de piezas para automóviles y componentes electrónicos (sectores que cuentan con miles de empresas de todos los tamaños y emplean a millones de personas) están paradas o trabajan a medio gas. «Hemos relanzado el trabajo en varias partes y preparamos la reanudación en otras», explicó ayer Sony.
«Sin embargo, incluso en las instalaciones que no han sufrido daños directos, la producción es imposible debido a los problemas de suministro de materiales y componentes y de alimentación eléctrica», dice el grupo.
Como consecuencia, «estamos obligados a suspender la actividad en cinco fábricas». El número uno mundial del automóvil, Toyota, no empezará el ensamblaje de vehículos en Japón antes del 27 de marzo, como muy pronto, por las mismas razones del resto.