El secretario de Seguridad del estado de Sao Paulo, Antonio Ferreira, renunció ayer a su cargo, en medio de una ola de violencia que ha dejado unos 300 muertos desde octubre según cifras de la prensa, varios de ellos policías militares, informó el gobernador Geraldo Alckmin.

“Reconocemos las dificultades que estamos pasando y vamos a redoblar esfuerzos en este trabajo”, declaró Alckmin a la prensa al anunciar la renuncia de la autoridad Ferreira Pinto, expolicía militar.

“El secretario trabajó con nosotros casi siete años, fue un buen Secretario de Administración Penitenciaria y Secretario de Seguridad Pública. Puso su cargo a disposición”, añadió. Pero Ferreira Pinto fue citado en la prensa señalando que el Gobernador le pidió dejar el cargo para reformar la secretaría de cara a esta crisis.

En reemplazo de Ferreira Pinto asumirá hoy el exprocurador general de Justicia, Fernando Grella Vieira, quien aseguró ayer al sitio de noticias G1 que el plan de seguridad del Estado necesita ser mejorado. “Esta ola de violencia es un gran problema. Será necesario mucho trabajo y empeño para revertir ese cuadro”, declaró.

En Sao Paulo, la capital económica de Brasil con 22 millones de personas en su área metropolitana, se calcula que en octubre hubo unos 145 asesinatos, casi el doble en comparación con el mismo mes de 2011, según  la prensa. Hasta la fecha, ya se contarían unos 300 muertos, casi un centenar de ellos policías militares asesinados en supuestos ataques ordenados desde las prisiones por bandas criminales.

Las agresiones son atribuidas al Primer Comando de la Capital o “PCC”, creado en 1993 por prisioneros de la cárcel de máxima seguridad de Taubaté.