El Congreso de EEUU aprobó una ley que otorga 600 millones de dólares para reforzar la frontera sur con 1.500 agentes, que aún debe ser promulgada por Barack Obama, quien impulsa una estrategia de seguridad frente a la rampante violencia en México.

El Senado abrió brevemente en medio de un receso de seis semanas para una sesión especial con apenas dos legisladores para aprobar el proyecto con el procedimiento conocido como «consentimiento unánime», reservado para asuntos no controversiales.

Los senadores demócratas Chuck Schumer, de Nueva York, uno de los impulsores de la ley, y Benjamin Cardin, de Maryland, aprobaron el proyecto, votado la semana pasada en la Cámara Baja, para combatir el tráfico de drogas y armas, así como la migración ilegal, en la frontera con 1.500 agentes y mayor tecnología, incluidos más aviones sin piloto.

Esta ley incluye mayores recursos a los 500 millones de dólares solicitados por el presidente Barack Obama en mayo, cuando anunció una nueva estrategia para la frontera sur con el despliegue de 1.200 soldados de la Guardia Nacional por un año mientras se entrenan los nuevos agentes.

Obama hizo el anuncio en medio de solicitudes de autoridades en los estados fronterizos ante la violencia del narcotráfico en México, que ha dejado más de 28.000 muertos desde diciembre del 2006.

«La seguridad de la frontera sur es mi mayor prioridad desde que llegué al poder», dijo Obama al saludar la aprobación de la ley.

Autoridades mexicanas también ven problemas

Los gobernadores mexicanos se reunieron con el presidente Felipe Calderón y apuntaron a que hay importantes problemas de seguridad en las fronteras del país, en el norte con el ingreso de armas desde EEUU, y por el sur, con la presencia cada vez mayor del crimen organizado.

La gobernadora de Zacatecas, Amalia García, criticó «la forma en que se venden armas que están entrando» a México desde EEUU, un asunto en el que las demandas de Calderón ante Washington aún han dado pocos resultados.

Según la gobernadora, hay que «volver a subrayar ese rechazo a la forma en que se está utilizando esta industria militar para lesionar nuestra tranquilidad, nuestra seguridad».