El Congreso de EEUU, paralizado y dividido, se muestra incapaz de sacar adelante un acuerdo que evite el abismo fiscal y se va perdiendo la última oportunidad de lograr un pacto que evite que el país y el mundo se hundan en una nueva recesión económica. Aún queda desde hoy un día para llegar a un acuerdo in extremis, pero el pesimismo se ha instalado en Washington ante la resistencia de ambos partidos a ceder en sus posiciones ideológicas sobre las prioridades presupuestarias y la reducción del déficit.

A menos que los republicanos acepten la propuesta original de los demócratas, que incluye una subida de impuestos para los ingresos superiores a los $us 250 mil anuales, el abismo fiscal será inevitable. Las posibilidades de que la oposición acepte esas condiciones son mínimas, por no decir nulas.

La Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, no se reunió hasta el viernes y además ha advertido que no actuará hasta que lo haga el Senado. El presidente estadounidense, Barack Obama, sí está en Washington, pero su capacidad de maniobra es mínima. El miércoles, antes de salir de Hawái, habló por teléfono con los líderes demócratas y republicanos de ambas cámaras, pero ningún progreso se obtuvo en esas conversaciones.

Obstáculos. La Casa Blanca consideraba la posibilidad de enviar hoy mismo una nueva propuesta legislativa que pudiera ser aprobada por el Congreso antes del 1 de enero, pero es difícil imaginar qué texto podría en estos momentos evitar el obstruccionismo del Partido Republicano en el Senado y reunir suficiente número de votos para pasar en las dos cámaras.

Los republicanos se oponen a cualquier subida de impuestos. Los demócratas y el Presidente se niegan a recortar gastos sociales sin subir los impuestos a los más ricos. ¿Cómo se sale de ahí? Obviamente, con concesiones. ¿Quién está dispuesto a hacerlas? Por el momento nadie, o nadie en forma suficientemente generosa.

Mientras tanto, el drama continúa. La Bolsa de Nueva York seguía perdiendo y el índice Dow Jones había bajado hasta el viernes ya del límite de los 13 mil puntos. Los inversores pronostican una fuerte caída del consumo y un retorno inevitable a la recesión si el país cae en el abismo fiscal.

Si la nación cae en el abismo fiscal, expirarán los beneficios fiscales de la época de George W. Bush y los demócratas tendrán su subida de impuestos a los ricos. Igualmente, si eso ocurre, los republicanos tendrán los 55 mil millones de recortes en gastos sociales que ellos consideran imprescindibles. Ambos partidos podrán presumir ante su electorado de no haber cedido ante el rival. Ambos podrán decir que lo seguirán intentando en la próxima legislatura, en condiciones más favorables.

Composición del ajuste económico 

Déficit

De no alcanzarse un acuerdo que implique la reducción del déficit en $us 1,2 billones a lo largo de la próxima década, se entraría en el “precipicio fiscal”.

Impuestos

Suprimirá la prórroga de exenciones impositivas en numerosas categorías,  lo que supondría una subida de impuestos para la mayoría de  los ciudadanos.

Gasto

Efectuará una  retención de fondos federales ya asignados para  el gasto público, especialmente en defensa, educación y salud para ancianos. EFE

¿Qué se entiende por ‘precipicio fiscal’?

El llamado “precipicio fiscal” es una combinación de recortes de gastos y subidas de impuestos que significarán para el presupuesto de EEUU un ahorro de hasta $us 600 mil millones y entrará en vigor el 1 de enero, lo que puede hundir al país en una década de recesión. Esta decisión fue tomada entre el Gobierno y la mayoría republicana en la Cámara de Representantes en las negociaciones de agosto de 2011, cuando el déficit amenazó con bloquear el funcionamiento del país.

Aquellas conversaciones terminaron en un pacto que, a pesar de aprobar algunos recortes, también prorrogó la firma de un gran acuerdo hasta después de las elecciones. Ambas partes sabrían así si las subidas de impuestos a los ricos que defiende el mandatario Barack Obama ganaban su respaldo en las urnas o si lo conseguía el modelo propuesto por los republicanos, que saldría adelante con más facilidad de haber llegado el republicano Mitt Romney a la Casa Blanca.

Sin embargo, los republicanos no admiten su derrota y pretenden compensar en la negociación parlamentaria lo que perdieron en las urnas. Según ellos, Obama no obtuvo un mandato suficiente para subir impuestos y elevar la presión fiscal a los ingresos altos perjudicará el crecimiento.

Nueva ley bloquearía el aumento impositivo

El presidente de EEUU, Barack Obama, dijo estar “modestamente optimista” de que pueda alcanzarse un acuerdo de último minuto en el Congreso que evite antes de fin de año caer en el denominado “precipicio fiscal”. De lo contrario, agregó, una ley bloquearía el alza automática de impuestos.

“El pueblo estadounidense está observando qué estamos haciendo. Obviamente su paciencia es actualmente muy poca”, sostuvo Obama la noche del viernes, luego de reunirse con los cuatro líderes del Congreso en la Casa Blanca.

Además —advirtió— si no se alcanza un acuerdo, se le pedirá al jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, que presente un proyecto de ley para bloquear las alzas de impuestos automáticas que regirán desde el martes.

Si las negociaciones entre los demócratas (que controlan la Casa Blanca y el Senado) y los republicanos (que controlan la mayoría en la Cámara de Representantes) fracasan, Obama conseguirá lo que busca desde hace cuatro años: el fin de las rebajas de impuestos para los más ricos, al tiempo que el Congreso votaría nuevas exenciones para la clase media.