Venezuela elige hoy al sucesor del fallecido Hugo Chávez en medio del aumento constante de la tasa de homicidios, una alta inflación y escasez que merman la calidad de vida, y un Estado endeudado a pesar de los millonarios ingresos petroleros.

Sin el carisma que protegió al exmandatario, el nuevo presidente deberá enfrentar la “violencia, la criminalidad y los delitos”, calificados por el chavismo como herencia del capitalismo, a pesar de que el aumento de los homicidios ha seguido imparable desde que Chávez ganó por primera vez las elecciones hace 14 años.

El Gobierno admitió en marzo que los homicidios en un país con cerca de 29 millones de habitantes subieron de 4.500 en 1998 a 16 mil en 2012, año en que los asesinatos se elevaron casi un 14% más respecto a 2011, lo que a su vez elevó la tasa de 48 a 54 asesinatos por cada 100 mil habitantes, una cifra récord en Sudamérica.

El politólogo Ángel Álvarez consideró que el nuevo gobernante “está obligado” a afrontar la inseguridad porque no tendrá el “enorme carisma” que a Chávez “le permitió mantener una alta popularidad durante todo su mandato”, pese a que un 80% de los venezolanos considera que la violencia es el principal problema del país.

En su campaña, el mandatario encargado y candidato chavista, Nicolás Maduro, prometió “la paz” al pueblo, si gana los comicios, y crear un plan de trabajo para los 79 municipios con mayor nivel de criminalidad, abordando así el problema que el fallecido Chávez rara vez mencionó en momentos electorales y uno de los que más le costó combatir.

“Nadie le cree a Nicolás que él va a resolver el problema de la inseguridad”, criticó por su parte el candidato opositor Henrique Capriles, quien se comprometió a “ser la solución” al preocupante aumento de homicidios. “El problema de la violencia está distribuido por todo el país y el primer responsable es el Gobierno nacional”, resaltó en uno de sus mitines.

El analista Nicmer Evans recordó que las críticas por la “inseguridad han sido la bandera fundamental de la oposición durante 14 años para decirle a la gente que no vote por Chávez”, pero “nunca lo logró”.

No obstante, el sociólogo Roberto Briceño advirtió que hoy los venezolanos aspiran a “medidas de seguridad más eficientes, más reales y más mano dura” ante la alta impunidad, cuyos niveles superan actualmente el 90%, lo que empuja a la población a “hacer justicia por mano propia”.

Control. Asimismo, el nuevo presidente no podrá evitar aplicar impostergables ajustes para el control de los precios y el abastecimiento del mercado, el tipo de cambio, el déficit público y el desarrollo económico. “El problema fundamental que tiene que atender quien gane (los comicios) es la estabilización de la economía”, apuntó el economista Ángel García.

Venezuela, primer productor sudamericano de petróleo, pudo aguantar sus desbalances económicos mientras el precio del crudo se multiplicó durante gran parte de los 14 años de gobierno de Chávez y “crecía mas rápidamente que la inflación”.

Pero su sucesor recibirá una economía con los precios estancados alrededor de los $us 100 el barril, y un Estado con ingresos insuficientes para saciar la sed de divisas en este país con un aparato productivo fracturado que importa casi todo.

Esta semana, el Banco Central y el Ministerio de Finanzas advirtieron en un informe que los niveles de escasez en productos como harina, aceite y leche superan el 50%, y en algunos casos el 70%, y recomendaron revisar los tiempos de entrega de divisas y garantizar el abastecimiento de insumos de empresas alimenticias.

Venezuela, el quinto peor país en libertad económica, según el índice del Banco Mundial, perdió 200 mil empresas en la última década, y otras 1.600 fueron expropiadas, según Fedecámaras.

Unasur garantiza comicios

Misión

La misión de acompañamiento electoral de la Unasur aseguró que el sistema electoral venezolano es de “alta confiabilidad” y garantiza el “secreto del voto”.

Función

El acompañante electoral tiene limitadas sus funciones a hacer recomendaciones sobre los comicios y reemplaza a la de observador internacional.

Editorial advierte a Maduro

El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, “podría lamentar su victoria” en las elecciones de hoy porque tendrá que lidiar con el legado de Hugo Chávez, indicó en un editorial del viernes el diario The Washington Post. El editorial destaca que estos comicios no contarán con la presencia de observadores electorales de la Unión Europea ni de la OEA y añade que “no es una sorpresa que las encuestas muestren que Maduro ganará esta contienda”.

“Y si por azar no gana, es poco probable que el régimen acepte el resultado”, agrega el editorial. “El mismo Maduro declaró recientemente que la respuesta sería “un levantamiento popular”. “Pero Maduro podría llegar a lamentar su triunfo”, advierte el Post.

“Chávez dejó un desastre extraordinario que incluye la inflación galopante, la escasez grave de energía y bienes de consumo, y una de las tasas de homicidios más altas del mundo”, indica el editorial.

“Las exportaciones de crudo, que han mantenido el país a flote, están disminuyendo”. “Probablemente ni el mismo Chávez podría haber asegurado la tolerancia de los pobres del país por el duro remezón económico que se avecina. Y Maduro, seguramente, no la tendrá”. El editorial señala que el exconductor de bus de 50 años “va a los extremos para vincularse con su mentor, y eso no es una sorpresa”.

“Tampoco es una sorpresa, desafortunadamente, la forma en que el Gobierno maneja la elección”, afirma. A Maduro lo apoyan el aparato mediático del Estado, las fuerzas armadas y la petrolera estatal. En contraste “a la campaña de Capriles se le han asignado cuatro minutos de difusión diaria en los múltiples canales de la televisión estatal, y a sus representantes se les ha negado el acceso al centro de escrutinio de votos en la noche de la elección”, apunta el Post.