El 44° presidente de Estados Unidos (EEUU), Barack Obama, juró públicamente su segundo y último mandato ante centenares de miles de personas al pie del Capitolio y en su discurso se apoyó en referencias del pasado para mirar al futuro con un optimismo que muchos creían perdido.

Tras jurar su cargo sobre las Biblias de Abraham Lincoln y Martin Luther King, Obama quiso mantener viva la memoria de esos referentes históricos en su alocución de 15 minutos, que estuvo centrado en la unidad nacional que logró el primero y los derechos civiles por los que luchó el segundo.

El resultado fue un discurso más esperanzador que el que ofreció en su primera investidura, en 2009, cuando el Mandatario se asomaba a una crisis económica en pleno apogeo y a la perspectiva de acabar con dos guerras, la de Irak y la de Afganistán.

Pese a los retos pendientes, Obama inició su segundo mandato recordando que está terminando “una década de guerra” al tiempo que comienza “una recuperación económica” y que se puede sacar provecho de este momento siempre que haya unidad. “El discurso fue bastante impresionante”, dijo Mark Brewer, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Maine.

Para Dotty Lynch, profesora de comunicación política en la American University de Washington (AU), los estadounidenses escucharon a “un Obama muy decidido y optimista, alguien firmemente comprometido con valores progresistas”. No en vano, el Mandatario utilizó la palabra “gay” por primera vez en la historia de los discursos de investidura presidencial en el país y pidió acción en dos áreas, la inmigración y el cambio climático, que generan una profunda división en el Congreso.

“El discurso debería complacer a muchos progresistas que han sentido que Obama era demasiado cauto en el pasado; por ejemplo, cuando menciona los derechos de los homosexuales y los equipara a la lucha histórica por los derechos civiles y los de las mujeres”, señaló Jane Hall, profesora de política y medios en AU.

Oportunidad En sus constantes referencias a los “padres fundadores” del país y los íconos de derechos civiles, el Mandatario buscó transmitir la idea de que “tenemos que ir más lejos en el área de la igualdad, particularmente para las mujeres y homosexuales. Repitió cinco veces la frase que abre la Constitución, “Nosotros el pueblo”, para “recordar que nuestro objetivo común es trabajar juntos”.

Si en 2009 Obama veía al país inmerso en un “invierno de dificultades”, en esta ocasión habló de un “llamado de la historia” para “aprovechar un momento” que se hará escurridizo si no se aborda colectivamente. “El progreso no nos obliga a zanjar para siempre debates sobre el papel del Gobierno que ya duran siglos, pero sí requiere que actuemos en nuestro tiempo”, subrayó.

Ese tono decisivo es, según el analista del Washington Post Chris Cilizza, resume el discurso en una sola frase: “Soy el Presidente, lidien con ello”. El Obama liberado de la presión de la campaña electoral tiene más margen de maniobra a la hora de diseñar sus políticas y, al menos en su discurso, “abrazó fuertemente la agenda progresista por la que los liberales, y los demócratas, llevan suspirando”, sostuvo.

Recorrido a pie de Obama

Cientos de miles de personas recorrieron el centro de Washington para participar en las celebraciones de la toma de posesión de Barack Obama, quien entusiasmado hizo parte del recorrido a pie acompañado de su esposa Michelle. EFE