En un gesto de desesperación y afectado por la crisis económica que atraviesa su país, un español se amputó un brazo para tratar de cobrar unos $us 754 mil de las ocho pólizas de seguro que había comprado.

“El hombre (Josep María Vilamajo, de 40 años) se aplicó una anestesia local y se cortó el brazo a la altura del codo. Olvidó retirar el anillo de boda antes de amputarse la extremidad, (pero) intentó recuperarlo después, lastimando el dedo”, relató el portavoz de la Asociación Empresarial del Seguro Unespa, Javier Fernández.

Las lesiones en el dedo despertaron la sospecha y así las aseguradoras descubrieron la estafa. El caso, de una crudeza brutal y a todas luces extremo, pertenece a esa nueva categoría de fraude que ha emergido con la crisis: el que se lleva a cabo por necesidad económica. “Con la crisis se ha producido un aumento del fraude de entre el 25% y el 30%”, aseguró Fernández.

Vilamajo, agregó, pertenecía a una familia de Valencia “en la que todos estaban sin trabajo” y había suscrito más de ocho pólizas de seguro. Su familia lo convenció para que se amputara un brazo para cobrar en torno a 600 mil euros (unos $us 754 mil),

Según datos de las aseguradoras, en 2003 se produjeron 54.114 intentos de fraude; y el año anterior 130.959. “El fraude se ha incrementado sobre todo en los colectivos que más han sufrido los efectos de la crisis: las pymes y los jóvenes menores de 26 años”, apuntó Francisco Valencia, director de gobierno corporativo de Línea Directa.