El Comité Olímpico Internacional, atento a la evolución del conflicto en el COB
También observa casos en Panamá y Ecuador.
Las elecciones recién celebradas en el Comité Olímpico Boliviano, que templan la crisis interna abierta en el organismo por acusaciones de presunta corrupción, reconducen uno de los tres conflictos que vigila con atención el COI en Latinoamérica, donde los casos de Panamá y, sobre todo, Ecuador están más lejos de una solución.
Álvaro Guzmán, titular de la Federación Boliviana de Tenis, tomará mañana posesión de su nuevo cargo como presidente del comité olímpico nacional, tras imponerse el pasado día 9 en unas elecciones supervisadas en nombre del COI por Alejandro Blanco, presidente del olimpismo español.
Se cierra así por el momento la crisis abierta con la dimisión el 5 de septiembre del anterior presidente, Edgar Claure, acosado por denuncias de falta de transparencia en la gestión de los fondos destinados a la participación del equipo boliviano en los Juegos de Londres.
«Han sido unas elecciones bien controladas. En la anterior situación no era posible la gobernabilidad por las diferencias entre las federaciones», dijo a Efe Alejandro Blanco. «Dimitieron todos los anteriores directivos y hubo tres candidatos a la presidencia, entre los cuales Guzmán ganó por una amplia mayoría. Ahora todos son conscientes de la importancia de la estabilidad», añadió.
El COI también considera que las elecciones «fueron correctas, a la vista, sin problemas» -con lo que también están de acuerdo las autoridades políticas-, por lo que entiende que el conflicto está cerrado si no surgen imprevistos, comentó Pere Miró, director del COI para relaciones con los comités nacionales.
También la semana pasada se dio un paso más hacia la solución de los problemas que arrastra el Comité Olímpico de Panamá (COP) desde hace más de una década, debido a la coexistencia durante años de un comité reconocido por el COI y de otro por el Gobierno, con sentencias judiciales contradictorias.
El nuevo ministro panameño de Deportes, Javier Tejeira, se desplazó a la sede del COI en Lausana (Suiza), junto con el miembro panameño en este organismo, Melitón Sánchez, para estudiar con Miró las medidas imprescindibles a corto plazo.
El problema más inmediato, considera Miró, es el reconocimiento de las federaciones que deben formar parte de la asamblea del comité olímpico, «porque hay casos de dualidad, incluso de triplicidad en algunos deportes, que tienen una federación reconocida por el COP y otra por (el instituto estatal) Pandeportes».
«El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, tiene el máximo interés en que esto se solucione. Su entrevista con el presidente del COI, Jacques Rogge, durante los Juegos de Londres cambió la tendencia y ayudó a encontrar soluciones», afirma Miró.
Lo acordado ahora es una revisión del estatus de todas las federaciones panameñas, pidiendo a la correspondiente federación internacional que especifiquen cuál es la que reconocen en Panamá.
«Cuando se pronuncien, el Gobierno y el movimiento olímpico vamos a afiliar a la misma. En caso de duda, que sea la federación internacional la que haga una investigación y sea el árbitro del conflicto», expuso Miró.
«El objetivo es que a muy corto plazo haya una sola federación de cada deporte en Panamá. Porque lo que mas preocupa al COI es que todo esto repercute en perjuicio de los deportistas», dijo el dirigente español, que puso como ejemplo que hay judocas que, por pertenecer a un club que no está afiliado a la federación reconocida, no pueden competir porque no tienen licencia.
«Hay que unificar en favor de los atletas», insistió. El acuerdo con Panamá contempla también que antes de final de año, como corresponde por calendario, el COP celebre elecciones.
«El COI va a velar para que sean totalmente abiertas y va a estar pendiente de que las cosas queden claras», dijo Miró.
Más complicada está la resolución del conflicto de Ecuador, donde el Gobierno intervino todas las federaciones, pese a que antes de los Juegos de Londres se firmó un acuerdo para frenar esa medida.
«Firmamos un acuerdo clarísimo con el ministro José Francisco Cevallos, pero después de los Juegos de Londres no se ha respetado», afirmó Pere Miró.
La disputa surgió cuando el Gobierno ecuatoriano destituyó a las directivas de 40 de las 46 federaciones deportivas porque en su opinión no acataron una ley de 2010 y no convocaron elecciones internas. El ministerio designó interventores para dirigirlas.
La asamblea de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO) aprobó en abril una moción de condena al gobierno de Ecuador y Jacques Rogge escribió una carta al presidente Rafael Correa para mostrarle su preocupación ante la medida, que implicaba «una posibilidad real de suspensión» para Ecuador.
Antes de los Juegos de Londres se llegó a un acuerdo para permitir la participación en ellos de los atletas ecuatorianos y posponer la resolución del problema a negociaciones posteriores.
Pero los interventores de Cevallos ya han comenzado a celebrar las elecciones. Alejandro Blanco, que también fue mediador en este asunto, asegura que «no se han respetado los acuerdos».
«Es un caso de injerencia política. Se creó una comisión para cada federación con representantes olímpicos y del gobierno, dirigida por el presidente de cada federación. Teníamos un acuerdo firmado, lo han roto y han convocado elecciones a través de los interventores. No se ha cumplido el pacto», afirmó.
«No han convocado elecciones en las 40 federaciones, solo unas veinte, pero el COI y las federaciones internacionales piensan que así no se hacen las cosas», sentenció Blanco.
«El ministro debe recapacitar, porque se puede a la vez respetar las leyes el país y las reglas del movimiento olímpico», apuntó.
Con todo, Blanco se mostró optimista: «Estoy convencido de que vamos a solucionar el problema de Ecuador. Esta situación no puede mantenerse».
Pere Miró advirtió de que si las federaciones internacionales no aceptan el resultado de las elecciones en Ecuador, los atletas locales pueden «verse aislados y tener que hacer deporte solo dentro del país».
A juicio de Miró, la creciente importancia del deporte está en el origen del deseo de las autoridades políticas por controlarlo.
«El deporte es cada vez más importante para un país, tanto el de elite como el de base. Es un sector a través del cual los políticos pueden ganar o perder influencia y todos intentan controlarlo, algunos de forma discreta y otros no tanto», indicó.
Tampoco ayuda, dijo, la corta permanencia en el cargo de algunos dirigentes deportivos: «Cuando empezamos a entendernos, los cambian».
