A medio liquidar
Sao Paulo no fue el Goliat insoportable que ayer presagiaba MARCAS, pero a Bolívar (David) le faltó una honda, y algo más. Al final de los noventa, el cuadro tricolor paulista sacó una diferencia grande (de esas que son difíciles de remontar) y no estuvo lejos de llegar a una cifra para temblar. Lo cierto es que el cotejo quedó liquidado en el primer tiempo.
Todo el esfuerzo de Bolívar se concentró en su terreno, y eso permitió que el conjunto paulista llegara varias veces a terreno celeste. Tres de ellas para otros tantos goles. Y dos más en las que Sao Paulo estuvo muy cerca.
Para los celestes paceños hubo dos minutos de tregua y de esperanza. Allá por los once, la defensa local mostró nerviosidad —seguramente en La Paz se pondrá de manifiesto más claramente— y cedió un córner: hubo un cabezazo que salvó el arquero Rogerio y luego Ferreira disparó apenas desviado.
Fue, claro está, un espejismo. Sao Paulo batió tres veces al asediado Argüello (Osvaldo y dos de Luis Fabiano), desbordó —sobre todo por la derecha, a través de Aloisio— pero el dueño de casa cometió muchas faltas (la mayoría muy tontas), pareció tanto o más cansado que el visitante en algún tramo, y no siempre fue el dueño absoluto del encuentro.
Bolívar trató de aguantar durante el primer cuarto de hora de la segunda parte, tratando de jugar de igual a igual, lo consiguió con esfuerzo pero despertó bruscamente: una vez más el desborde por la izquierda y gol de Jadson; y un penal que el juez uruguayo Silvera atribuyó a Eguino contra Osvaldo y el gol casi pronosticado de Rogerio Ceni.
Sao Paulo juzgó suficiente el 5-0 y se dedicó a reposar en sus laureles o por lo menos dejó de ser tan inquietante mientras que Bolívar probó por lo menos dos veces (Ferreira el más decidido) y Rogerio fue el seguro arquero de casi siempre.
Bolívar (sucede siempre en las Copas) trató de ser un poco más que en sus presentaciones domésticas, pero permitió que el paulista, nervioso al principio, acertara con sus ataques: en la delantera y en Rogerio Ceni está la mayor fuerza de los tricolores, y habrá que tenerlo muy en cuenta en el estadio Siles.
Lorenzo Carri es periodista y estadístico.