Percy Luza Ávila: El problema no es la estructura, sino las personas
Dos dirigentes opinan que los males no parten en las tres cabezas. Ambos cuestionan a las personas que están al mando. Uno está en contra de la reelección, el otro no la cuestiona
En los últimos años es común escuchar que los problemas del fútbol boliviano devienen de su estructura organizativa. La actual estructura, a semejanza de lo que ocurre en la mayoría de los países, tiene una cabeza que es la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y dos brazos operativos que se encargan del fútbol profesional y del fútbol no aficionado y aficionado, más conocido como amateur.
Con esta estructura, que fue aprobada en el congreso de Sucre en octubre de 1992, se realizó un trabajo eficiente y coordinado durante la gestión 1992-1994, habiéndose obtenido logros muy significativos en los aspectos institucionales y deportivos como fueron el dotar a la FBF de infraestructura en Cochabamba y La Paz, clasificar a la selección nacional al Mundial de 1994, recuperar la Copa Paz del Chaco y obtener el campeonato en los Juegos Deportivos Bolivarianos.
Los logros señalados fueron el resultado de un plan de trabajo con objetivos claramente definidos y consensuados a través del Comité Ejecutivo de la Federación, entre la Liga del Fútbol Profesional y la Asociación Nacional de Fútbol (ANF). En resumen, este trabajo abarcó todo el universo del fútbol sin que existieran compartimientos estancos o intereses personales.
En los últimos años, y con mayor énfasis en la actualidad, los dos brazos de la FBF se han convertido en cabezas que tienen objetivos dispares y contrapuestos derivados de intereses personales de quienes dirigen estos tres estamentos, deformando la estructura organizativa y modificando algunos articulados de los estatutos y reglamentos para satisfacer, reiteramos, intereses personales como ser la reelección o elección de dirigentes mediante la realización de reuniones de Consejo Superior antirreglamentarias y amañadas, la suspensión o el desconocimiento de dirigentes legítimamente elegidos por las asociaciones departamentales, el reconocimiento de asociaciones municipales que no forman parte de la estructura de la FBF, la elección de dirigentes que no tienen representación de ningún club afiliado a la FBF, la suscripción de contratos por derechos de televisión que corresponde a futuras gestiones, la designación arbitraria y caprichosa para representar a Bolivia en torneos internacionales, la inscripción de equipos con 15 jugadores extranjeros en estos torneos, etcétera.
Además, el que la ANF no permita que la LFPB organice campeonatos juveniles y que ella tampoco los realice, que las selecciones nacionales juveniles no tengan una preparación medianamente adecuada para asistir a torneos internacionales y que sus integrantes sean elegidos a dedo y, en fin, la dirigencia utiliza todo tipo de artimañas para perpetuarse en sus cargos.
El caso de la reelección de dirigentes tiene el inocultable propósito de evitar la fiscalización de su gestión que debiera constituir una obligatoria y saludable práctica para transparentar el manejo económico, financiero y administrativo de cualquier institución pública o privada. Mientras persista la situación descrita resultará difícil mejorar el fútbol boliviano, ya que el problema no radica en la estructura sino en las actitudes y actuaciones de las personas que son parte de la misma.
Percy Luza Ávila es vicepresidente de Fútbol del Club Bolívar. Fue presidente de la Comisión Nacional de Selecciones de la FBF en la gestión 1993-1994