Rudy Cardozo, una joya lista para exportar
La joiven estrella nacional dice que no hay que cortarles a los chicos la posibilidad de que sean futbolistas si demuestran que están yendo por el buen camino.
Rudy Cardozo es considerado hoy el mejor jugador del fútbol boliviano. Un talentoso en el medio campo, de gran visión, hábil y además goleador. Y todavía no ha madurado del todo, así que puede dar mucho más.
Él prefiere decir que está “peleando para ser considerado el mejor futbolista del país”, sin embargo, ya lo ha demostrado en Bolívar, su actual club, y en la selección nacional, más allá de los malos resultados de ésta.
“Pero debo continuar trabajando, mi carrera recién comienza y debo aprovechar el buen momento que estoy pasando a nivel individual para seguir creciendo todos los días”.
Tampoco se considera el conductor de la Academia, aunque no faltan quienes opinan que Bolívar es un equipo con él y otro sin él.
“No, para nada. Lo que pasa es que el grupo es bastante unido y estamos jugando muy bien, además estamos trabajando bien y sin duda alguna aquello ayuda mucho; hay una regularidad tanto colectiva como individual”.
Cardozo fue siempre un jugador para tomar en cuenta. Quizás al principio equivocó el camino, pero a estas alturas de la vida parece haberlo encausado hacia un buen puerto.
“Bueno, a veces uno se equivoca, surgen momentos en los que comete errores, pero luego se da cuenta y corrige sobre la marcha pensando en que ésta es una carrera corta y uno tiene que aprovecharla al máximo. Yo me cuido ahora, sé que mi cuerpo es la materia prima y la disciplina es importante en un buen deportista”.
Hoy por hoy está en un gran nivel por varios factores. Uno de ellos es el hecho de “haber pasado por las manos de varios entrenadores, haber aprendido de ellos y contar hoy con un técnico que te habla y te da confianza, lo que influye cada día y te ayuda a madurar”.
En el nivel en que está, Cardozo ya podría estar jugando en el fútbol del exterior, pero Bolívar prefiere retenerlo un tiempo más.
“A mí me gustaría, pero junto con el club vamos a decidir qué camino es mejor seguir, si esperar y jugar la Copa Libertadores del año que viene o salir de una vez por todas. Yo ya he madurado y mientras tanto voy a seguir trabajando tranquilo, porque quiero volver a salir campeón con el equipo”.
Dice que el éxito en el fútbol no lo cambió para nada. “Soy la misma persona de siempre, de perfil bajo, ayudo a los más chicos, a la gente pobre. Conservo mi humildad y sencillez porque soy un agradecido a mi familia por todo el apoyo que me ha brindado”.
Estuvo un tiempo en el fútbol de Israel, pero era muy joven y no le fue bien. Volvió y firmó para Bolívar primero por seis meses. Después, con la camiseta celeste debutó en el fútbol profesional en 2009 y al año siguiente empezó su idilio con la selección nacional, con la que ya ha jugado varios partidos en un lapso de tres años.
Hoy, con seguridad, es el futbolista más caro de nuestra Liga si se trata de una transferencia al exterior, aunque por el momento este diamante está guardado.
“Bolívar está viendo la posibilidad de colocarme en un buen club del exterior y la verdad es que si fuera Europa mínimo va a pedir un millón y medio o dos millones de dólares por mi ficha de actuación. Pero yo, lo recalco, sigo trabajando y esperando mi oportunidad”
De su natal Tarija saltó a la Tahuichi
Estuvo en la Academia Tahuichi Aguilera, la afamada escuela cruceña de fútbol que tantos futbolistas le dio al país.
El sueño de Rudy Cardozo era llegar a la Tahuichi: “Desde chico me gustaba ver los Mundialitos (torneos que organiza la Academia cada comienzo de año), de donde salían jugadores al exterior y marcaban diferencia; por ello soñaba con llegar a esa institución y se dio después de que me vieron en un Nacional en La Paz; aquí jugó Tarija contra la Tahuichi, hice dos goles y me ficharon. Tenía 13 años”.
Hoy sigue ligado a esa escuela porque su pase pertenece en un 50% tanto a Bolívar como a la Tahuichi.
Antes jugaba en las calles de su natal Tarija. “Una señora, doña Norma, y su esposo me vieron y me llevaron a un campeonato de fútbol de salón, donde empecé a mostrarme”.
Desde entonces dice que algunas veces se escapaba de su casa para jugar al fútbol: “Me perdía todo el día por estar jugando pelota, no llegaba ni a almorzar y mi madre se enojaba, porque ella quería que me alimentara bien, que cumpliera los horarios y asistiera a la escuela”.
Estudió hasta el séptimo grado, luego se fue a la Tahuichi, que a la vez le dio la facilidad de continuar hasta ser bachiller.
“Ahora quiero emprender una carrera universitaria, es un consejo de mi mamá que jamás olvido y quiero darle ese gusto algún día”.
Su familia está integrada por su mamá Zulma Lidia, su padre es Ramiro Cardozo; tiene cinco hermanos: Nery, Ramiro, Jhonatan, Jean y Luciana.
“El que quiere seguir mis pasos es Jean, que a sus tres años muestra ya algunas aptitudes, por ello lo incentivo bastante”.
Rudy Cardozo dice que no hay que cortarles a los chicos la posibilidad de que sean futbolistas si demuestran que están yendo por el buen camino.
“Yo era igual hasta que lo logré, mi sueño era ser futbolista profesional. Ahora siempre les inculco y les digo que esto es sacrificio, entrega y que tienen que aprender a vivir la vida, a ser hombres perseverantes cuando buscan un objetivo”.