Los ciegos también ‘ven’ la Copa
Desde su cabina de comentaristas, Eduardo y Gabriel escrutan el Maracaná de Río de Janeiro. Uno mira el gramado, mientras el otro observa las tribunas. Su misión: ayudar a vivir una experiencia única a los aficionados ciegos instalados en las gradas.
Desde su cabina de comentaristas, Eduardo y Gabriel escrutan el Maracaná de Río de Janeiro. Uno mira el gramado, mientras el otro observa las tribunas. Su misión: ayudar a vivir una experiencia única a los aficionados ciegos instalados en las gradas.
“Hay que describir todo fielmente. El ambiente en las tribunas, la apariencia física de los jugadores, cómo van vestidos, los colores, las imágenes que se difunden por las pantallas gigantes. Eso no tiene nada que ver con los comentarios de radio habituales”, explica Eduardo Butter, un joven periodista de 23 años. “Con nosotros se enteran, por ejemplo, de que Neymar lleva el cuello de la camiseta subido”.
Por primera vez en una Copa del Mundo, la FIFA instaló en Brasil este dispositivo de audiodescripción en las 12 ciudades sede con la colaboración de la ONG local Urece, especializada en la atención a invidentes o pacientes con deficiencias visuales graves.
En el mundo, 285 millones de personas son ciegas o padecen algún problema grave de visión, de los cuales 6,5 millones viven en Brasil, según cifras oficiales.
“El sistema fue probado con éxito durante la Eurocopa de 2012 en Polonia y Ucrania, y ahora estamos estudiando con la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) su futura instalación en los partidos del campeonato brasileño”, explica Mauana Simas, una de las coordinadoras del proyecto.
Los comentarios de los voluntarios son enviados por ondas de radio FM de corto alcance a sus receptores, que han venido a “sentir” el partido a través de la narración que escuchan con sus teléfonos inteligentes.
“Es mucho mejor que en la radio, donde hay mucha publicidad y comentaristas que gritan ‘gooooooooooooool’ durante mucho tiempo y sin describir lo que ocurre”, explica Ali Herrera da Silva, un joven de unos 30 años que nació ciego y arrastra una importante deficiencia visual desde que fue sometido a una operación cuando era niño.
Una manera diferente de vibrar por el fútbol
Hemos delimitado zonas para que ellos sepan dónde está el balón, tenemos que situarlo constantemente”, dice Eduardo que, como el resto de los comentaristas seleccionados, siguió una serie de formaciones desde febrero para dominar este nuevo lenguaje.
“Comentamos durante tres minutos, cada uno a su turno. Mientras yo narro, mi compañero mira lo que está pasando fuera del gramado y me hace una señal cuando pasa algo como una ola, un entrenador enojado o si muestran imágenes en las pantallas gigantes que hacen reaccionar al público”.
Al otro lado del estadio, conectada a la frecuencia 88.9, Moira Braga sigue el encuentro religiosamente. Es la primera vez que utiliza este sistema y confiesa estar “muy impresionada por la profesionalidad” de los locutores.
“Es mucho mejor que la radio o la televisión, e incluso que un acompañante. Cuando vengo con alguien normalmente está demasiado inmerso, muy nervioso para contarme fielmente lo que está ocurriendo”, confiesa esta mujer de 35 años que padece la enfermedad de Stargardt, que le dejó sin visión cuando era una niña.
“Ahora puedo imaginarme cómo se abrazan los jugadores. Y, además, se siente al público vibrar ¡y eso es genial!”, celebra.