Cuál cambio
Sudamérica ya se “comió” dos jornadas de las 18 en total que tendrán las eliminatorias para el Mundial Rusia 2018 y en el caso de Bolivia ya son seis los puntos perdidos, tres en casa y tres afuera. Punto aparte a este par de episodios hasta que noviembre nos devuelva el fútbol a este nivel con las jornadas tres y cuatro antes de abrir un paréntesis largo hasta el próximo año.
Sudamérica ya se “comió” dos jornadas de las 18 en total que tendrán las eliminatorias para el Mundial Rusia 2018 y en el caso de Bolivia ya son seis los puntos perdidos, tres en casa y tres afuera. Punto aparte a este par de episodios hasta que noviembre nos devuelva el fútbol a este nivel con las jornadas tres y cuatro antes de abrir un paréntesis largo hasta el próximo año.
La pelota ha regresado a la arena dirigencial en la que es hora de que los “capos” actuales de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), de la Liga y de la Asociación Nacional de Fútbol (ANF) se dejen de hacer los distraídos o desentendidos y comiencen a cumplir lo que prometieron: cambios.
La Conmebol ha desconocido los alcances de la resolución emitida en un congreso extraordinario en el que la Liga y la ANF sacaron —revocando su mandato— a Carlos Chávez de la presidencia de la FBF y pusieron a Marco Ortega.
Para Ortega y compañía todo fue legal y legítimo con el 90% y más de apoyo de la dirigencia del fútbol. Si fue así, en esa reunión una de las cosas que también se decidió fue que el Comité Ejecutivo convocara en un plazo no mayor a 40 días a un congreso ordinario para poner en orden las cosas, sin embargo, han pasado 50 días y más y hasta ahora no hay nada.
En vez de preguntarle a la Conmebol en qué argumentos se apoya para asumir tal posición, bueno sería revisar algunos actos propios: el término revocar no existe en el Estatuto Orgánico de la FBF ni en su reglamento; el discurso inmediato que apareció para arreglar el asunto fue “sucesión”. Si fuera así, es decir si efectivamente Chávez está impedido para ejercer su función de presidente (tiene detención preventiva en el penal de Palmasola, es investigado, pero aún no es juzgado y ni ha sido condenado), no era necesario un congreso extraordinario y bastaba con un comité ejecutivo para proceder como dice la norma.
Habría que revisar, una vez más, si está de acuerdo con el Estatuto el cambio de presidente de la ANF: la salida de Jorge Justiniano (en la misma situación que Chávez) también fue aparentemente forzada.
Y, en tercer término, ver cuán legal o legítima fue la elección de Wálter Torrico como secretario general de la ANF siendo que el Estatuto impide que las designaciones involucren a dirigentes vinculados a clubes profesionales, y este señor lo estaba en The Strongest, como en su momento lo demostró fehacientemente el presidente de esa entidad.
Hay que arreglar el fútbol y no solo ponerle parches. Lo conveniente es mirar todo y no solo lo que a unos les conviene. Y hablar con la verdad y mostrar la transparencia de la que tanto se llenaron la boca.