Cada quien por su lado en La Paz
El poderío futbolístico que el fútbol paceño mostró en este último lustro en los torneos de la Liga es indiscutible, porque tanto Bolívar como The Strongest acapararon los títulos desde 2011, erigiéndose como los gigantes del balompié nacional; sin embargo, esa fuerza deportiva no se refleja en el plano dirigencial, pues sus actores se quedaron sin alcanzar la presidencia de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
Muchos años han pasado desde la última vez que un dirigente paceño o del occidente tomó las riendas de la entidad.
En el pasado Congreso Ordinario de la FBF en Tarija —y como ya ocurrió en otros similares en años anteriores—, los representantes del fútbol paceño fueron el reflejo fiel de que cada quien va por su lado, todos quedaron en el camino y dejaron como saldo que La Paz fue la gran perdedora.
César Salinas, el presidente de los atigrados, presentó su candidatura, la mantuvo hasta el final, logró un apoyo interesante (siete clubes de la Liga y cuatro asociaciones), pero no le alcanzó. Precisamente perdió porque en la segunda vuelta los otros delegados del departamento dieron su apoyo a la postulación de Rolando López, finalmente electo hasta septiembre de 2018.
Bolívar se animó a último momento, anotó a Guido Loayza, el exitoso expresidente federativo de 1992-1994, que clasificó a la selección al Mundial de Estados Unidos; sin embargo, horas antes de que se instale la sesión se retiró. En La Paz explicó que vio a un gran porcentaje de los mismos dirigentes que antes votaron por el expresidente Carlos Chávez y que no lo iban a apoyar.
Finalmente, Wálter Torrico, de la AFLP, se anotó confiado en obtener un fuerte respaldo de la Asociación Nacional de Fútbol (ANF), pero un día antes de los comicios se retiró en aras de la unidad de su entidad, que igual tuvo voto disperso. Él también dio su adhesión al actual titular.
Esos hechos, más el cruce verbal en la previa entre Loayza y Salinas, son muestra de que el fútbol paceño no está unido.