No hay varita mágica
Lo peor en el fútbol es que cunda la desesperación en los dirigentes y que éstos opten por cambiar entrenadores como medida de solución para enderezar el rumbo de los equipos.
Lo peor en el fútbol es que cunda la desesperación en los dirigentes y que éstos opten por cambiar entrenadores como medida de solución para enderezar el rumbo de los equipos.
Los técnicos se cansan de decir que los resultados no aparecen de la noche a la mañana sino que es cuestión de trabajo y paciencia. Razón no les falta, porque gran parte del éxito tiene que ver con eso.
La semana anterior hubo dos casos en Bolivia: Nacional Potosí despidió a William Ramallo y Sport Boys a Eduardo Villegas. Los nuevos son Oscar Sanz y Xabier Azkargorta, respectivamente.
El caso de Nacional es tremendo porque se ha convertido en un club que “tritura” entrenadores: Sanz, que se estrenará hoy en un partido frente a Blooming, es el quinto DT en el año del club potosino, que en 19 meses —ni siquiera dos años— ha visto desfilar por el banquillo a siete profesionales.
No hay proceso que valga con tanta inestabilidad y no es cuestión de “mala suerte” o “falta de resultados” sino de la inexistencia de un proyecto serio y el respaldo a éste.
En el otro caso, no hay que olvidar que en abril Villegas fue presentado como un técnico elegido para encarar un proceso de largo aliento; sin embargo, quienes lo contrataron se olvidaron de los planes y el DT duró en el cargo exactamente cinco meses, “tumbado” por cuatro partidos en los que Sport Boys no logró ningún triunfo en el torneo Apertura.
Por lo pronto, la varita mágica con la que en un abrir y cerrar de ojos hizo aparecer a Azkargorta en el cargo aún no está funcionando. El vasco ya lleva dos encuentros al mando y su equipo tampoco ha podido vencer. No vaya a ser que con dos resultados más sea el siguiente despedido.
Los dirigentes deben saber de fútbol, como primer paso, y fundamentalmente entender ese particular mundo. No es cuestión de poner recursos, contratar a los mejores y que éstos de pronto empiecen a ganar y ganar. Si no se manejan de esa manera van a seguir patinando en un terreno en el que se requiere dar pasos con convicción.