Arbitraje: ¿después de Rusia, qué?
Cuando termine el Mundial, el uso del videoarbitraje en esta Copa va a dejar una secuela en gran medida negativa en todas las ligas del mundo que no tienen esa tecnología, y que son la mayoría, entre ellas la boliviana.
Cuando termine el Mundial, el uso del videoarbitraje en esta Copa va a dejar una secuela en gran medida negativa en todas las ligas del mundo que no tienen esa tecnología, y que son la mayoría, entre ellas la boliviana.
Cada vez que haya una acción dudosa, los jugadores, el público, etcétera, van a pedir a gritos el VAR y como no habrá respuesta, éstos se van a creer con más derecho para reclamar, mientras los árbitros se van a sentir mucho más desprotegidos y vulnerables que antes frente a la posibilidad de que una simple repetición de la imagen televisiva contradiga sus decisiones.
Con la millonaria FIFA que puede pagar lo que sea y que está haciendo una gigantesca inversión en este certamen, Rusia 2018 goza del árbitro asistente de video (VAR por sus siglas en inglés) que de hecho, entre otros, ha elevado la cantidad de penales cobrados y en ciertas jugadas los árbitros no han titubeado en recurrir a él por unos instantes —apenas unos segundos— para cerciorarse de que lo que cobraron estuvo bien, o para rectificar sobre la marcha (como dejar sin efecto un penal cobrado), algo que —más allá de hacer justicia y de conformar a los protagonistas— los conduce a los hombres de negro de antes hacia una riesgosa costumbre de esperar la decisión del asistente de video y por ahí desentenderse de toda responsabilidad.
Pero el fútbol después del Mundial va a volver a ser muchísimo más mortal de lo que es con el video y mientras el uso del VAR no se unifique en todas las ligas del mundo los errores y las polémicas van a seguir, aunque ahora con la sombra de lo que se está viendo en Rusia.
En todo caso, el arbitraje en el Mundial también está dejando algunas lecciones sin necesidad de apelar al VAR, que deberían ser asimiladas por el resto de los árbitros del mundo —y también por los jugadores— para actuar en consecuencia.