La Verde aterriza en Seúl para su ‘sueño asiático’
Luego de más de 30 horas de viaje, entre aviones volando a miles de pies de altura y escalas en aeropuertos, la delegación nacional ya está en su primer destino de esta fecha FIFA.
Solo en Seúl hay unos 10 millones de habitantes, casi la misma cantidad que en todo Bolivia. Es la capital de Corea del Sur. Está a 87 metros sobre el nivel del mar y en esta época hace calor.
En su enorme Aeropuerto Internacional de Incheon, el mayor de todo Asia —inaugurado en 2001— las operaciones de vuelos son incesantes. Hay un montón de despegues y aterrizajes. Entre estos últimos, acaba de posarse una aeronave de la línea Finnair, con bandera de Finlandia, trayendo a la selección boliviana de fútbol que el jueves jugará un partido amistoso frente a la de Corea del Sur, mientras que el martes de la próxima semana se presentará en Japón ante el conjunto anfitrión.
Aquí son cerca de las 10.00 del miércoles, las 21.00 del martes hora boliviana. Son 13 horas de diferencia y algo más de 17.000 kilómetros de distancia entre La Paz y Seúl.
Luego de más de 30 horas de viaje, entre aviones volando a miles de pies de altura y escalas en aeropuertos, la delegación nacional ya está en su primer destino de esta fecha FIFA.
El cansancio se nota en los futbolistas, pero también su expectativa. Muchos de ellos confiesan que están cumpliendo su “sueño asiático”. Más allá de que su meta era ser futbolistas profesionales, nunca se imaginaron venir a esta parte del mundo para ponerse la camiseta nacional.
“Uno se siente privilegiado de jugar defendiendo a nuestra nación, mucho más en países tan lejanos como éste. Nunca pensé que se me iba a dar esta posibilidad. Hoy estamos en Corea del Sur y después nos va a tocar Japón. Estamos listos”, dice el delantero de Wilstermann Gilbert Álvarez.
En 2018, el goleador anduvo también lejos de Bolivia dado su paso por el Al-Hazm Rass de Arabia Saudita. Luego regresó a Wilster sin pensar en volver pronto por estos lados.
“El domingo jugamos con Blooming y al día siguiente ya viajamos sin saber casi nada de los rivales que nos tocará enfrentar”, matiza.
Saúl Torres estuvo a punto de perderse este viaje. Al mismo tiempo que la aeronave aterrizaba en una de las enormes pistas de Incheon su equipo, el líder e invicto boliviano Nacional Potosí, jugaba en la Villa Imperial ante el venezolano Zulia por la Copa Sudamericana. Ni bien bajó a los salones de la terminal aérea buscó conexión de internet para conectarse y saber cómo le estaba yendo al cuadro boliviano.
“Quería jugar con mi equipo, pero tampoco quería perderme este viaje. Lamentablemente no se pudieron dar las dos cosas y a mí me toca enfocarme en la selección para ganarme un lugar. Estoy emocionado porque es lindo jugar por la camiseta de un país”, sostiene Torres.
Camino a la media noche del martes en Bolivia y siendo de día —este miércoles 20— en Corea del Sur, esto aún no ha acabado para la Verde, que se apresta a subirse a un bus y viajar por otras cuatro horas, ahora por tierra, a Ulsan, donde por fin podrá cumplir su primer entrenamiento para sacarse del cuerpo el largo recorrido y empezar a preparar la estrategia para jugar este viernes ante una de las selecciones mundialistas de Rusia 2018.
(20/03/2019)