¿Dónde está el Tigre?
Introducción: es la prueba de fuego para el paraguayo Florentín. Es una final para Always Ready (y la va a jugar como tal). La cancha de Villa Ingenio se llena prácticamente con gran asistencia de hinchada gualdinegra (nadie pide certificado de vacunación y nadie guarda la distancia de bioseguridad, eso sí todo el mundo lleva barbijo). El Tigre coloca de nuevo tres zagueros centrales y dos carrilleros. De líbero, juega Jusino, que acaba de llegar, sin ritmo. Los laterales son los hermanos Sagredo; el cinco es Gómez, con Barbosa a su izquierda y Vaca a su derecha; el enganche es Chura y el punta es Reinoso. En el CAR, Godoy, otro paraguayo, repite el dibujo con el que ganó a Bolívar. El único cambio en el esquema (4-4-2) es el delantero de referencia: Ovejero entra por Catuy.
Nudo: para no variar, el Tigre se pone en modo contragolpe y cede la posesión al local. No juega como puntero. Las dos primeras chanches van a ser stronguistas: remate al palo de larga distancia de Jesús Sagredo y “contra” de Chura que decide mal. Los de la “banda roja” buscan por afuera las espaldas de los carrileros del Tigre. Ramallo y Uzeda se intercambian de lado para atacar ese punto débil del líder. Como Florentín ha decidido refugiarse atrás, anula a Barbosa y Vaca que prácticamente no tienen contacto con la pelota. Los dos equipos tienen miedo a perder, a equivocarse y así el “match” se hace trabado, con mucha marca, tedioso.
Desenlace: los cambios en el descanso indican que quiere cada entrenador. Godoy mete un delantero como Carmelo Algarañaz (por Uzeda) y Florentín introduce doble cinco, metiendo a Wayar y quitando a Chura. El mensaje es claro: sirve un puntito. De yapa, el guaraní entra tarde y es expulsado. En dos minutos fatales, la “banda roja” se adelanta con dos goles merced a sendos fallos de Richet Gómez. Entones, solo así, Florentín coloca a Blackburn y saca del partido a Gómez. Lo que viene a continuación es lo más grave: el Tigre con 2-0 abajo sigue defendiéndose, incluso se escuchan “olé, olé” por parte de la hinchada “albirroja” cuando sus “players” tocan y tocan ante la apatía de los gualdinegros. ¿Dónde está el Tigre? El gualdinegro es un equipo sin norte, sin garra, sin ideas, desconocido, noqueado. Ni siquiera Wayar hace pie (en un bajón tras perder la confianza de la titularidad). El siguiente cambio es de película de terror: entra el paraguayo Ronaldo Martínez por Barbosa. El Tigre ni siquiera hace pressing alto. El golazo de Jair Reinoso para acortar distancias es un simple espejismo. Sobre el final, entra Rudy (por Sagredo) para desmontar la línea de cinco. Florentín es el “enemigo número uno” en casa stronguista.
Post-scriptum: es verdad que The Strongest saca aún buena distancia al segundo (Always se mete en la pelea por el titulo y es segundo a siete puntos tras ganar a los dos grandes paceños). Es verdad que no se puede despedir a un técnico que ha perdido apenas dos partidos en el campeonato. Pero también es verdad que el rival más temible vive en Achumani, que los planteamientos ultradefensivos, inexpresivos y timoratos del técnico arruinan, confunden y enojan a todos: a una hinchada perpleja y unos jugadores acostumbrados (por su calidad) a jugar de otra manera. O la dirigencia de Ronald Crespo hace recapacitar a Florentín o su salida será cuestión de tiempo.