López y Peñaloza, pasión y colección de casacas del clásico
Eddy Peñaloza, de The Strongst y Bryan López, de Bolívar, con sus centenares de casacas de colección
Se trata de dos destacados coleccionistas con cerca a 300 poleras de sus clubes de diversas épocas
Con cerca a las 300 casacas del equipo de sus amores, los coleccionistas Bryan López, de Bolívar, y Eddy Peñaloza, de The Strongest, contaron de su afición, dieron un mensaje de confraternidad e invitaron asistir al estadio este domingo para ver el Superclásico boliviano.
El académico Bryan Yumer López Escalante, de 36 años, evocó que la pasión por Bolívar la heredó de su padre, quien lo llevó desde niño a ver los entrenamientos en Tembladerani.
Años después se hizo coleccionista cuando le regalaron camisetas y por ello se afanó en conseguir algunas muy antiguas como de los 90.
“Conseguí muchas poleras en la pandemia, una de ellas es de 2003 de Copa Libertadores, marca Adidas, con el dorsal 6 usada por Oscar Sánchez,”, sostuvo López.
López cuenta también que tiene una ‘reliquia’ usada por Joaquín Botero de 1999, el gran goleador celeste.
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Otra de las ‘hazañas de coleccionista’ de López es que obtuvo una de 1991 de la extinta tienda del Palacio de las Gorras, la casaca fue usada por el joven Julio Baldivieso. “Esa la conseguí en una subasta electrónica en el Reino Unido que tiene certificado de autenticidad de su año y de quien la uso”, evocó el hincha celeste.
Atigrado. Por su parte, Eddy Ariel Peñaloza Rada, de 36 años, recordó que colecciona casacas desde el 2000, cuando su mamá le compró una polera de The Strongest para el nuevo formato de la Copa Libertadores.
“Yo quería la última, la de esa copa, pero no había en la tienda. Nos dijeron que solo había una reservada para el dueño de una empresa. Mi mamá se tomó la molestia de llamar, hablar con el señor y lograr que nos ceda su reserva y lo hizo gentilmente”, destacó Peñaranda.
El hincha atigrado detalló que desde entonces se compró todas las casacas que salían, una por año y a veces hasta dos. Incluso logró conseguir muchas poleras de años anteriores, porque se le hizo una afición.
“Mis primeros clásicos son parecidos al de muchos, yendo al estadio con mi papá, sea al Siles o Achumani, siempre viendo al Tigre del cual somos desde nacimiento”, sostuvo.
También comentó que se le hizo caro la colección, porque ya debe comprar tres y hasta cuatro poleras para sus otros familiares.
“Cada polera es especial porque marca un partido, un gol, un resultado, como el denominado clásico del Siglo, cuando se jugó en diciembre de 1999 y ganamos, porque con el 2000 comenzó otro siglo”, explicó. ()23/07/2023)