El poder de las BRUJAS de luz
Un grupo de mujeres se congrega para explorar su relación con la naturaleza y su fuerza interior.
Cada mujer lleva magia en su interior. Con esta premisa, la intuición, la conexión con los sueños y la sensibilidad son algunos de los elementos con los que trabaja Fernanda Peñarrieta, astroterapeuta, que busca despertar en sus compañeras la sabiduría de su bruja interior.
El concepto de bruja siempre ha sido despreciado tras la persecución que se llevó a cabo en Europa durante el oscurantismo (1450- 1750). A estas mujeres se las cazaba por sus conocimientos sobre la naturaleza, lo que las convertía para la Iglesia en “seguidoras del demonio”. Para la acción eclesiástica, la magia era un delito y tuvo como consecuencia procesos públicos en masa y ejecuciones, donde las practicantes eran quemadas en hogueras. La mujer que manejaba estos saberes era vista como peligrosa y malvada.
La investigadora italiana Silvia Federici, en su libro Caliban y la bruja, defiende la teoría de que “la caza de brujas estuvo relacionada con el desarrollo de una nueva división sexual del trabajo que confinó a las mujeres a lo reproductivo y para aplacar sus saberes que les daban poder y libertad”.
La mirada a esta figura en la actualidad es diferente: se valoran los conocimientos ancestrales y los “poderes” femeninos, como la intuición y la influencia de los elementos. Una muestra de ello es este grupo que busca reencontrar a las féminas con su magia interior.
“Muchas mujeres, por diversas razones, se sienten bloqueadas. Por eso comenzamos haciendo una charla llamada El camino de la bruja, donde identificamos con qué elemento está ligada cada participante para desarrollarlo”, explica Peñarrieta.
Según la astroterapeuta, existen varios tipos de bruja. Están las soñadoras, que mientras duermen reciben mensajes de lo que va a pasar. “Otras son las del fuego, que tienen capacidad de quemar y sostener energía, ellas están muy conectadas con ese elemento”. La del aire es la que tiene mayor poder mental y dirige su pensamiento para que las cosas se concreten. La bruja de tierra está conectada con la sanación.
“También está la que tiene el poder de conexión con los muertos. Ella no se va a asustar de ellos, sino que va a manejar esas energías para ayudar a otros. Es un don el que tienen que saber usar”, resalta Peñarrieta.
“Abordamos temas y hacemos talleres una vez al mes, donde trabajamos la intuición y donde rompemos el estereotipo de que las brujas están ligadas al mal”, enfatiza la maestra.
Energía femenina
Peñarrieta recuerda que desde niña supo de su especial sensibilidad con lo mágico y que tuvo la suerte de potenciarla. Por eso, cuando se topa con mujeres que han pasado malos momentos por sus poderes, siente la necesidad de ayudar. De allí que se gestó la escuela de brujas que espera ampliar pronto.
“Siempre han sido mujeres sabias que han usado sus poderes para bien o mal, pero más allá de ellos, se las ha tachado como algo negativo por una cuestión de género, debido a que el patriarcado quiso silenciarlas”, dice.
Si bien no hay un currículo específico en esta escuela, las participantes se reúnen cada Luna menguante para trabajar con los elementos, que tienen una aplicación sanadora.
“Usamos cristales —con los cuatro elementos de la naturaleza—, aromaterapia y conversamos sobre los poderes que hay en cada mujer”, expresa Carla Guzmán, una bruja en formación, que se siente conectada con el agua.
“Vamos transitando distintas lunas y trabajamos mucho sobre las vivencias de cada una para potencializar sus poderes para lo positivo, para la luz. No hacemos hechicería ni manejamos voluntades”, expone Peñarrieta.
Existe, además, una conexión con los ancestros que tuvieron el mismo poder que la bruja heredera. “De niñas, algunas brujas ven seres, hablan con ellos, tienen premoniciones, sueños, pero cuando se lo cuentan a sus padres, les dicen que están locas y comienzan los bloqueos. Muchas de las mujeres que vienen al grupo han experimentado este tipo de situaciones”.
La idea es que las mujeres aprendan a reconocer sus poderes femeninos y que den rienda suelta a su instinto, imaginación y tengan la seguridad de lo que ellas creen y sienten latir en su interior.
Hacer el bien es el objetivo principal. Ellas son esponjas y receptáculos energéticos. Otro elemento importante es la Luna, lo femenino está ligado a ella.
“El satélite rige el agua y está muy unido con la bruja de este elemento, vinculado con las etapas del fluir de la vida (líquidos): las lágrimas, la menstruación y la sangre, entre otros”.
Los encuentros del grupo han transitado por distintas fases lunares para ir sintiendo cuál es la suya. “La Luna es muy femenina porque las mujeres tenemos una conexión con ella a través de nuestro útero. Según la fase se hacen distintos rituales y hay un apoyo entre mujeres”, sostiene Peñarrieta.
En Luna creciente, la energía de las brujas es creciente y ellas la direccionan para concretar sus metas. “En cambio, hemos elegido la menguante para nuestros encuentros, donde podemos hacer una introspección”,menciona.
Los círculos de brujas están abiertos a todas las que quieran participar. Cada sesión tiene un costo de Bs 40.
En la actualidad, 20 mujeres han participado de los talleres. “Me gustaría armar un currículo y concretar una escuela de brujas y brujos, porque tampoco hay que olvidar que los hombres tienen poderes”, agrega Peñarrieta.
Texto: Fotos: Miguel Carrasco. Fuente: Fernanda Peñarrieta (70219501), Círculos de Brujas.