Sevilla despidió a la polémica y carismática Duquesa de Alba
La aristócrata con más títulos del mundo se fue dejando una cadena de escándalos.
Al paso de su cortejo fúnebre, 80.000 personas dieron palmas “por sevillanas”, un tipo de aplauso acompasado y rítmico, para despedir el viernes 21 de noviembre a uno de los personajes más polémicos, queridos, criticados y excéntricos de Sevilla, Cayetana Fitz-James Stuart, la décimo octava Duquesa de Alba.
Aunque nació en Madrid, la aristócrata siempre tuvo una vinculación muy intensa con la andaluza Sevilla, en cuyo Palacio de las Dueñas murió el jueves 20 de noviembre rodeada de su marido y sus seis hijos.
Nacida el 28 de marzo de 1926 en el seno de una de las familias más ilustres de España, era la noble con más títulos del mundo —cinco veces duquesa, una condesa-duquesa, 18 marquesa, 18 más condesa y una vizcondesa— según el libro Guinness de los récords, fruto de una complicada combinación de matrimonios entre sus ancestros en Europa.
Aficionada a la música pop y a los toros, tenía “esa dualidad, de ser libre y moderna y al mismo tiempo mantener valores” tradicionales, según afirmó Fermín Urbiola, autor de varios libros sobre la realeza en España y Europa, que conoció personalmente a esta aristócrata cercana a las familias reales pero que tuvo contacto con los sevillanos de la calle.
Esto lo demostraron las más de 4.000 personas —aparte de personajes y autoridades como al infanta Elena, hermana de Felipe VI, el ministro de Defensa de España, Pedro Morenés, y las autoridades locales— que asistieron al funeral.
Su biógrafo aseguró tras anunciar su fallecimiento el anterior jueves, que durante toda su vida Cayetana, como se la conocía afectuosamente en España “se ha puesto el mundo por montera”, haciendo siempre su voluntad, ajena a las críticas.
Educada en Londres y París antes de instalarse en España, desde su juventud la duquesa fue uno de los personajes predilectos de la prensa rosa española, que había hecho un gran despliegue en 2011, cuando, ya anciana, se casó en terceras nupcias con un funcionario 25 años más joven.
Esa boda suscitó la férrea oposición de sus seis hijos, a la que la duquesa venció distribuyendo entre ellos su fabulosa fortuna, estimada, según la prensa española, entre los 850 y 5.000 millones de dólares.
Ahora las cenizas de esta aristócrata reposan en la Iglesia del Valle, sede de la Hermandad de los Gitanos. En la lápida reza: “Aquí reposan las cenizas de nuestra hermana, doña Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, duquesa de Alba. Camarera de honor de María Santísima de las Angustias, medalla de oro, y gran benefactora de esta Hermandad de los Gitanos, gracias a cuya contribución y ayuda fue posible la reconstrucción de este Santuario. Estará por siempre en la memoria de nuestra hermandad”.